Piqué hizo trampas al lanzar su Sicav: tenía 4 accionistas y no los 100 exigidos por la CNMV

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Piqué, en una rueda de prensa. (AFP)
Borja Jiménez

Kerad 3 Invest, la Sicav que tiene Piqué asentada en Madrid, nació en 2013 con sólo cuatro accionistas, frente a los cien que exige la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para abrir un instrumento financiero de este tipo. Desde la CNMV señalan que toda Sicav con menos de cien accionistas tienen justo un año de plazo para poder regularizar su situación. De lo contrario, no queda otra que cerrarla.

Son muchos los requisitos que el regulador impone a todo aquel que quiera abrir una Sicav; pero hay dos de ellos que, además de ser conocidos por todo aquel que conozca algo el mundo bursátil, son fundamentales: un capital social mínimo de 2,4 millones de euros, y contar con cien partícipes o accionistas. Y Pique incumplió uno.

El artículo 9, del capítulo II de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva, en vigor actualmente, deja muy clara la necesidad de sumar cien partícipes para poder sacar adelante un instrumento de este tipo. Además, no habría sido ni la primera ni la última Sicav que el regulador habría cerrado por este motivo, sin embargo, el central culé regularizó la situación a tiempo.

Regularización en 2014

Cuando el vehículo de inversión de Gerard Piqué estaba a punto de cumplir un año –se acercaba la fecha límite para regularizar la Sicav-, el central culé hizo disparar el número de accionistas por encima de los 120, frente a los 4 que tenía a fecha de 30 de septiembre de 2013.

Según fuentes conocedoras de la situación, son muy pocas las Sicav que nacen así, sin cumplir la legislación vigente. Las Sicav son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC), como los fondos de inversión y tributan de igual forma: al 1% en el Impuesto de Sociedades por sus beneficios (las empresas tributan al 25%) hasta que se realiza la retirada del dinero, cuando tributa como cualquier renta de capital. El problema es que estas sociedades se suelen utilizar para esconder en realidad sociedades patrimoniales, por lo que en la actualidad el Gobierno estudia reformar el régimen de las Sicavs.

Para constituir una Sicav hace falta un mínimo de 100 participantes y un capital de 2,4 millones de euros. “El truco es incluir 90 o más accionistas con tan sólo una acción, que son comparsas de los que manejan realmente las inversiones, y se les denomina en el sector como los mariachis. Tener una Sicav no es ilegal, pero debe limitarse su uso para evitar que sirvan a particulares y clanes familiares para configurarlas como verdaderas sociedades patrimoniales”, explica a OKDIARIO el secretario general de Gestha, Carlos Cruzado.

“De esta forma se aprovechan de las ventajas de las Instituciones de Inversión Colectiva, sobre todo, de la de no tributar hasta que no se rescata la inversión. Además, son ellos quienes gestionan sus inversiones, en lugar de estar en manos de una gestora como ocurre con los fondos de inversión. No hay fraude fiscal, sino elusión. Otra cosa es que podamos discutir si hay un fraude de ley, que es lo que la Inspección de Hacienda en su momento empezó a investigar”, añade Cruzado.

En concreto, el responsable de Gestha recuerda que la Agencia Tributaria tenía abiertas unas 200 actas contra las SICAV en 2005 por no cumplir el citado requisito de tener 100 participantes y entendía que por esta razón debían tributar como el resto de empresas (entonces el tipo era del 30%). Entonces el Congreso decidió que sería la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) quien tendría la competencia de controlarlas. Y entonces el organismo supervisor echó tierra sobre el asunto.

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