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EUROPA LEAGUE

Xavi evita la pena máxima

El Barcelona no ha pasado del empate ante el Nápoles (1-1) en su estreno en la Europa League. Un absurdo penalti convertido por Ferran Torres ha evitado la derrota culé ante el equipo italiano, que se había adelantado con un tanto de Zielinski. Los pupilos de Xavi Hernández dominaron y dispusieron de varias oportunidades para remontar, pero volvieron a ofuscarse en los metros finales y la eliminatoria se resolverá dentro de una semana en el estadio Diego Armando Maradona.

Sonó el himno de la Europa League por los altavoces del Camp Nou y dio la sensación de que había un fallo en Matrix. Piqué, con el brazalete de capitán, ponía gesto mustio. Pero no, esta es la nueva realidad del Barça, por mucho que Joan Laporta proclame que una nueva edad dorada ya asoma por el horizonte. Quedan muchos pasos por dar hasta llegar a ese supuesto edén azulgrana, muchísimos, y el peligroso Nápoles llegaba con ganas de convertirse en otra estación del via crucis culé.

Con Busquets en el banquillo por primera vez esta temporada, Aubameyang estrenando titularidad y Mingueza ocupando el lateral derecho, el Barça empezó con brío y un disparo de Pedri que salió por poco así lo confirmo. Poco después lo intentó Nico, sustituto del capitán, y Meret respondió con una buena parada. Los sufridos aficionados culés sonreían de inicio, pero pronto esbozarían su mueca habitual de esta temporada. La de disgusto.

Avisó Osimhen después de ganarle la espalda a Piqué y plantarse algo escorado ante Ter Stegen, que respondió al reto. A la media hora Ferran Torres tuvo la más clara gracias al esfuerzo defensivo de Aubameyang, pero falló solo ante Meret, y el Nápoles respondió con un mordisco letal en la siguiente jugada. Elmas le puso los patines a Jordi Alba y desde línea de fondo cedió para la llegada de Zielinski. Ter Stegen detuvo el primer remate, pero el balón volvió al polaco, que no falló en la segunda.

Una tarde más, y van unas cuantas esta temporada, el equipo foráneo se daba el gustazo de estrenar el marcador del Camp Nou. Y no era el Nápoles un visitante cualquiera, solo dos derrotas lejos de casa entre Serie A y Europa League. Antes del descanso, dos nuevos intentos de Ferran Torres. Otra vez agua. No era la tarde del valenciano, que se marchó al descanso echando pestes.

DEMBÉLÉ, PITADO Y REVOLUCIONARIO

Y el extremo encontró redención desde el punto de penalti. Corría el minuto 58 y el Barça se encontró un regalo totalmente inesperado. Adama centró y el balón rozó la mano de Juan Jesus, que tenía el brazo extendido. Nadie lo vio y el partido siguió como si nada hasta que Istvan Kovacs recibió la llamada del VAR. El árbitro rumano paró el juego en pleno ataque del Nápoles y corrió hacia el monitor. Penalti. Ferran engañó a Meret y empató el marcador con media hora por delante.

Xavi recurrió a Gavi y Dembélé, que fue recibido con una fuerte pitada de la hinchada culé. Los silbidos se repetían cada vez que tocaba la pelota. Ni perdón, ni olvido. Le quedan cuatro meses de traca en Barcelona. Sabe que se lo ha buscado, o al menos eso cabe suponer, porque parece más fácil leer el Quijote de tirón que leer las intenciones del francés.

El Barça fue ganando metros bajo la batuta de Pedri y al Nápoles se le fue agotando la gasolina de Osimhen, después de aterrar al Camp Nou en un par de carreras pegado a la banda. No se veían ocasiones claras, pero se mascaba que la remontada podía llegar en cualquier momento. Hasta se apagaron los pitos a Dembélé. «Unidos somos más fuertes», rezaba la lona gigante que el Barça había desplegado en las gradas antes del partido.  Pedid y se os dará.

En la recta final el Barça subió aún más las líneas, pero la misión no era sencilla ante el equipo menos goleado del Calcio italiano. Dembélé se puso las botas y dibujó dos jugadas fantásticas por la banda derecha. La primera la culminó Ferran Torres mandando la pelota al cielo una vez más. La segunda la cazó de chilena Luuk de Jong, pero el talismán de Xavi no acertó esta vez. Aún tuvo la última Ferran. Otra vez al limbo. El Barça tiró 20 veces a puerta y solo cuatro fueron a portería. Necesita mejorar la puntería si quiere sobrevivir en Nápoles.