El Tottenham gana la Europa League al Manchester United por accidente
El Tottenham Hotspur se proclama campeón de la Europa League en Bilbao ante el Manchester United tras un gol de Shaw en propia puerta
El equipo de Londres suma su segundo título en la segunda competición continental y saca su billete a la próxima Champions League
Así te hemos contado la final de la Europa League


El Tottenham Hotspur se ha proclamado campeón de la Europa League sin querer, en una final desastrosa. Un gol en propia puerta del Manchester United en la primera parte decantó un partido entre dos equipos que por nombre asustan, pero cuya propuesta está más cerca de la Primera Federación que de la que es la segunda competición continental. En un cúmulo de accidentes, Luke Shaw se marcó con el brazo el gol que le dio a los spurs su segundo título en esta competición y que les da un billete –inmerecido– a la próxima Champions.
Todo, ante un United que se quedará recluido la próxima temporada en el fútbol inglés, sin tocar Europa, como se merece. Mucho tienen que cambiar las cosas este verano por Old Trafford para que puedan asomarse al nivel de los grandes de su liga y poder presentarse en 2026 en cualquiera de las tres competiciones europeas. Ni la Champions, ni la Europa League, ni la Conference son plaza para un equipo desastroso que ha puesto la guinda en San Mamés a una de las peores temporadas de su historia. Y eso que Shaw pudo resarcirse de su despropósito en el gol del Tottenham en el descuento.
Bilbao era una tabla de salvación para United y Tottenham, dos grandes de Inglaterra hundidos esta temporada en los puestos más bajos de la Premier League. Hasta el punto de que sólo los tres descendidos han firmado peor curso que ambos conjuntos, que ocupan la decimosexta y decimoséptima posición en la clasificación. En la competición de plata de Europa habían encontrado el único objetivo para maquillar una temporada para el olvido, que les dará además el premio de estar en la próxima Champions.
Con un centro del campo liderado por Bruno Fernandes y, sobre todo, Carlos Casemiro, se presentaban los red devils en San Mamés. Onana formaba bajo palos, con Yoro, Maguire y Shaw formando la línea de tres defensas, escoltados en los carriles por Mazraoui y Dorgu. Superando el doble pivote, en el que estaban las dos estrellas del equipo, formaban Mount, Diallo y Hojlund.
En el Tottenham llamaba la atención una ausencia. Heung-min Son se quedaba en el banquillo en la final puesto que llegaba tocado. Salían los spurs con Vicario en portería y una defensa de cuatro formada por Pedro Porro, Cuti Romero, Van de Ven y Udogie. En el centro del campo, los londinenses tenían a Betancur y Bissoma, mientras que de enganche aparecía Sarr, con Richarlison en una banda, Johnson en otra y Solanke en punta.
Con esto, el balón echó a rodar a las 21:00 horas. Con las gradas colmadas por hooligans ingleses, que se habían comportado más de lo esperado en los prolegómenos del encuentro, comenzaba el duelo entre los dos ingleses en Bilbao. Y lo hacía con el United mandando sobre el césped y llevando mayor peligro ante la portería del conjunto de White Hard Line. Eso sí, los gallos plantaban cara y trataban de responder ante la meta de Onana.
Un gol por accidente
Pasaban los minutos y el partido entraba en una fase en la que ninguno de los dos era capaz de proponer absolutamente nada. Al borde del precipicio ambos equipos, se palpaba el miedo a perder. Y ese estado de nervios se notaba en cada jugada a balón parado. Fue así como llegó el primero de la noche, desde un centro lateral de falta y en lo que fue una auténtica carambola.
El gol reflejó lo que estaba siendo hasta el momento la final: una auténtica calamidad. Maguire prefirió tapar a su marcador que despejar, dejándole el balón a en boca de gol a Johnson. Pero el delantero del Tottenham no acertó en su remate y lo mandó hacia atrás, donde estaba Shaw, al que le pegó en el brazo para meterse en la portería de Onana con mucho suspense. El portero, para culminar la sucesión de horrores de la jugada, tampoco llegaba para sacar el balón antes de que entrara.
Sin reacción y sin Europa League
Ya en la segunda parte, el United comenzó a cercar –o a intentarlo– la portería de Vicario. Pero no lograban disponer de oportunidades para lograr el empate que les llevara a la prórroga. De hecho, el Tottenham se encontraba con muchos metros para avanzar al contragolpe, aunque con el mismo éxito que han acumulado esta temporada. Para más inri, se lesionaba Richarlison, que entraba pasada la hora de partido por Son.
El surcoreano saltaba al césped en busca de explotar y aprovechar las oportunidades a la contra que les dieran los de Mánchester en los minutos finales. Pero a punto estuvo de arruinarse el plan nada más entrar. De nuevo, a balón parado, llegó la oportunidad más clara de la segunda mitad. Salió a por uvas Vicario para despejar mal un centro y dejárselo en bandeja a Hojlund. Cabeceó el danés, pero entonces apareció providencial bajo palos Van de Ven para despejar.
Entró Garnacho en los diablos rojos y entonces el equipo sí que comenzó a carburar más en ataque o, por lo menos, a dar cierta sensación de peligro. Pero insuficiente para igualar una final que pareció todo menos un partido en el que había un título. Tuvo el gol Shaw en el descuento, pero no pudo resarcirse de su gol en propia puerta y el Tottenham se proclamó campeón de esta Europa League que no pasará a la historia como la mejor.