Deportes

Sexo, accidentes, corrupción y dopaje: por qué los patrocinadores se alejan del deporte

Manny Pacquiao no es el primer deportista que ve cómo los patrocinadores lo abandonan tras una polémica. Declaraciones, casos de dopaje, sexo, corrupción y hasta accidentes… son muchas las razones por las que instituciones y protagonistas se han visto privados de lo que es el mayor maná de dinero de los grandes del deporte.

El boxeador filipino se descolgó hace unos días con unas declaraciones claramente homófobas, asegurando que los gays y las lesbianas «son peores que los animales, porque los animales distinguen entre machos y hembras». Inmediatamente, Nike ha cortado el flujo de dinero y, con un comunicado durísimo, ha abandonado al púgil a su suerte.

Las compañías recelan de ver manchada su imagen en casos así, y ciertamente crece la sensación de que es un golpe de buena imagen para las grandes empresas salir públicamente a mostrar su compromiso social dejando en la cuneta a quien se sale del tiesto.

Veamos otros casos similares al de Manny Pacquiao:

Lance Armstrong

El mejor ciclista de la historia fue un engaño constante. Subía las montañas del Tour de Francia como si llevara un motor en la bicicleta destrozando a sus rivales y todos los récords de velocidad en cuanto Alpe d’Huez u Hautacam se le pusiera por delante. Siete rondas francesas consecutivas, de 1999 a 2005, y hasta 70 veces siete desmentidos agresivos cuando alguien insinuaba que había algo oscuro en su proceder.

Lance Armstrong. (Foto: AFP)

«En unos pocos días perdí más de 75 millones de dólares», confesó el ex ciclista a la periodista estadounidense Oprah Winfrey, años después, en una entrevista que hizo más audiencia casi que sus pedaladas de molinillo por las carreteras francesas.

«La llamada más difícil fue la que me hizo Nike para comunicarme que no podían seguir con el apoyo y lo mismo sucedía con los de mi Fundación Livestrong», una asociación de lucha contra el cáncer –enfermedad que sufrió el ciclista– que se nutría de su prestigio.

Días después, seis compañías más imitaron a Nike poniendo fin a su relación comercial con el ciclista. Éstas fueron la empresa cervecera Anhauser Busch; el fabricante de bicicletas Trek; el de electrónica RadioShack; el de bebidas energéticas FRS; el de productos alimenticios Honey Stinger; y la empresa fabricante de cascos de ciclismo Easton Bell.

Años después, el deportista tejano tuvo incluso que indemnizar a uno de sus patrocinadores, que le había bonificado con 5 millones de dólares por ganar el Tour de 2004. En 2015, Armstrong debió desembolsar el doble. Hasta 10 millones de dólares, a la compañía SCA Promotions Inc.

Tiger Woods

Otro que fue el mejor del mundo, y acaso el mejor de la historia. Otro gran deportista estadounidense, el golfista Tiger Woods, perdió el apoyo de sus patrocinadores, en su caso por escándalos de tipo personal. Desde que en diciembre de 2009 se destaparan sus infidelidades y un incidente extraño persiguiendo el coche de su mujer con un palo de golf en la mano hasta golpear en el automóvil, el antaño intratable ‘tigre’ no levanta cabeza. Ni en lo deportivo ni en lo económico.

Tiger Woods. (Foto: AFP)

Woods acababa de llegar a los 1.000 millones de dólares en ganancias en su fulgurante carrera, ingresaba más de 75 millones al año entre torneos y patrocinios… y todo eso se cayó.

Sólo Nike ha permanecido a su lado de las grandes marcas que lo acompañaban. Gatorade, compañía de bebidas energéticas, tenía una gama con su nombre. La canceló. Gillette utilizaba su imagen para anuncios de maquinillas de afeitar. Se fue a buscar a Federer, un tenista inmaculado. Accenture, la consultora internacional, comunicó públicamente que «Woods no es la persona adecuada para representar los valores de la empresa»… Y así hasta el gigante de las telecomunicaciones AT&T, que imprimía su logo en la bolsa de palos del deportista, el mejor escaparate que tiene un jugador de golf para vender espacios publicitarios.

Oscar Pistorius

El primer atleta paralímpico en lograr participar en unos Juegos Olímpicos también tuvo una caída en desgracia inmediatamente acompañada de la ruina económica. En menos de un año pasó de héroe en Londres 2012 a villano homicida. Y si los gastos de un largo juicio por homicidio son onerosos, mucho más lo son sin ingresos por falta de competición y por ausencia de sponsors.

Oscar Pistorius. (Foto: AFP)

Oscar Pistorius mató a tiros a su novia, Reeva Steenkamp, una noche de San Valentín de 2013. Inmediatamente, Nike retiró un anucio en el que Pistorius aparecía sobre lema «yo soy la bala en la recámara», muy poco adecuado.

Los ingresos por sponsorización del atleta sudafricano se calculaban en algo menos de 5 millones de dólares anuales. Pero todos se esfumaron en menos de un mes. Las dos grandes marcas que lo acompañaban, Nike –una vez más– y la empresa de gafas deportivas Oakley, retiraron su apoyo al paraatleta de inmediato. Las demás aguardaron a la resolución del juicio.

Hoy Pistorius ha sido declarado culpable de asesinato. Cumplirá la pena impuesta en diciembre de cinco años de cárcel si en abril su apelación es rechazada. Y está arruinado.

Federación Internacional de Atletismo

El escándalo de los dopajes encubiertos en Rusia ha sido la gota que ha colmado el vaso de Adidas el pasado mes de enero. La compañía alemana de artículos deportivos anunció que abandonaba a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y que resolvía un contrato que era el sustento esencial para la entidad.

El ex presidente dela IAAF Lamine Diack. (Foto: AFP)

En 2008, Adidas firmó por 41 millones de dólares el patrocinio de la IAAF para 11 años. Un maná que se cortó de inmediato hace menos de un mes cuando la segunda parte de un extenso informe de la comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Este texto determinaba que las iregularidades probadas en Rusia no pudieron cometerse sin el conocimiento del presidente de la Federación Internacional, Lamine Diack, y que, textualmente, la corrupción era «parte integrante» de la IAAF.

Johan Muehllegg

Fue el mejor esquiador español de todos los tiempos… por unos días. Ganó tres medallas de oro olímpicas en esquí de fondo en los Juegos de Salt Lake City (EEUU), en 2002… pero le duró poco. Días después se destapaba su positivo por EPO y era desposeído de su presea y de sus marcas, era sancionado por dos años e iniciaba un camino sin retorno a la ruina.

Johann Muehlegg, con una de sus medallas de oro. (Foto: AFP)

Uno de sus apoyos era la marca de cera para los esquíes Swix, de origen noruego. A los pocos días de conocerse su descalificación, ésta el abandonó y ‘Juanito’ no pudo disfrutar de los premios que tenía pactados con el sponsor. El portavoz de la empresa, Inge Kjetil Grini, explicó que en el contrato con el esquiador hispano-alemán existía una cláusula antidopaje que invalidaba los incentivos pactados.

El deporte de invierno no da para tanto como el golf y el ciclismo, y menos en un país sin tradición como España. Pero aun así, Johann Muehlegg perdió todo lo que tenía: un agujero de unos 500.000 euros en concepto de premios y ayudas estatales. Sumando patrocinadores y otros ingresos indirectos la cantidad sobrepasó los tres millones de euros.

 

Años después, su madre lloraba ante los micrófonos: “Hemos perdido todo: Johann y nosotros; su hermano Martin, que es ingeniero diplomado, no encuentra trabajo y yo pierdo los clientes de mi hotel”.

FIFA

Los escándalos que envuelven el fútbol y su gran institución llevan haciendo caer sus apoyos económicos ya varios años. En 2014, dos grandes patrocinadores, la aerolínea Emirates y la compañía electrónica Sony le hicieron un agujero al gigante futbolero presidido por el suizo Joseph Blatter por valor de 200 y 300 millones de dólares.

Joseph Blater, presidente de la FIFA. (Foto: AFP)

Al año siguiente, la empresa del automóvil Castrol, la compañía de neumáticos Continental y la sanitaria Johnson & Johnson se bajaron del grupo de ocho sponsors de segundo grado que le daban a FIFA en total más de 500 millones al año.

Y en 2015, la Fiscalía de Estados Unidos lanzó una operación anticorrupción en la FIFA ordenando la detención de varios de sus dirigentes y reclamando a Blatter que acudiera a declarar a suelo estadounidense. Inmediatamente, los patrocinadores americanos se retiraron. Y no eran marcas cualquiera: Coca-Cola, Visa, McDonald’s y Budweiser rompieron sus contratos de cientos de millones.

Un diputado conservador inglés, Damian Collins, llegó a definir a la FIFA como una «marca tóxica», razón por la cual las marcas huían de su compañía…Peo no todas: en 2013, la FIFA se había puesto una estupenda venda antes de la enorme herida económica que seguiría a sus escándalos. El conglomerado energético ruso Gazprom. Curiosamente, un par de años antes Rusia había recibido el encargo de organizar el Mundial de 2018… en una votación muy turbia.

Jorge Lorenzo

Y este es el primer caso de abandono por la tangente. El actual campeón del mundo de Moto GP, el mallorquín Jorge Lorenzo, vio cómo uno de sus sponsors se retiraba de su mono de piloto tras el escándalo de Malasia… un afaire en el que él no estuvo envuelto. Al menos directamente.

Jorge Lorenzo, campeón de MOtoGP. (Foto: AFP)

A falta de una carrera para el final del campeonato, por el que luchaban Lorenzo y su compañero de escudería, el italiano Valentino Rossi, éste tuvo una carrera muy peleada con Marc Márquez. El otro español fue acusado por el transalpino de manipular la carrera perjudicándolo para favorecer a su compatriota y acabó tirando a Márquez al suelo de una patada en la moto al paso de una curva.

La firma de relojes Sector No Limits anunció a los pocos días que no renovaría su contrato con el piloto español que a la postre se proclamó campeón. Quizás tuviera algo que ver que dicha empresa relojera es italiana