CASO RFEF

Rubiales se queja en un pinchazo de que el Gobierno de Sánchez que le sostuvo ahora le «sabotea todo»

Rubiales, protegido por Moncloa durante años, señaló que sus proyectos peligraban porque el Gobierno le "sabotea"

Sánchez Rubiales
Pedro Sánchez y Luis Rubiales.
Pelayo Barro

Durante años, el Gobierno de Pedro Sánchez sostuvo al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, con un apoyo explícito. Moncloa hizo oídos sordos a muchas de las polémicas en las que aparecía salpicado Rubiales, blindándole ante el Consejo Superior de Deportes y su Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), único organismo con capacidad para inhabilitarle. Ese apoyo se terminó con el polémico beso a la futbolista Jennifer Hermoso. En los pinchazos que la Guardia Civil ha realizado al ex presidente del fútbol español, Rubiales se queja amargamente de que todos los negocios que intenta emprender se encuentran con la oposición del Gobierno. «Me sabotean todo», reconocía Rubiales en una llamada grabada el pasado 9 de febrero.

Ese día, pasadas las diez y media de la mañana, los investigadores de la Guardia Civil captan una llamada de teléfono entre Rubiales y una persona desconocida, pero con la que el ex presidente muestra cierta confianza personal. Fruto de esa confianza, Rubiales le pone al día de sus nuevos negocios hoteleros con su amigo Francisco Javier Martínez Alcaide Nene.

Tras describir brevemente en que consisten, Rubiales le dice a su interlocutor: «Y nada, como también está haciendo cosas fuera de España, pues me estoy metiendo en algunas cosillas. Y luego, esperando a que pase el tiempo, yendo a los juzgados, intentando sacarlo todo adelante», en referencia a su acusación por su presunta agresión sexual, coacciones y amenazas a Jennifer Hermoso.

En ese punto, le reconoce a su interlocutor que «no es fácil, porque cada vez que hago una cosa me las intentan sabotear desde el Gobierno y desde Tebas (sic.)», señalando Rubiales que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha puesto en su contra.

Apoyo… hasta el beso

«Todo mi apoyo para construir la España que la gran mayoría de votantes decidimos el pasado 10 de noviembre», le escribió en 2019 Rubiales al teléfono personal de Sánchez, a lo que este contestó «Gracias!!!». Esos mensajes filtrados son sólo una muestra de la buena sintonía que durante años tuvo Moncloa con Rubiales, que fueron más allá de las fotografías de ambos sonrientes en aquellos actos en los que coincidieron. Pero el favor expreso del Gobierno, que protegió a Rubiales durante un 2022 plagado de escándalos, llegó a su fin abruptamente con la polémica del beso a Jennifer Hermoso en la final del Mundial femenino de 2023.

Durante los meses en los que la prensa asedió a Rubiales con presuntos conflictos de intereses, en parte por los negocios de la RFEF con la empresa del ex futbolista Gerard Piqué para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, el Gobierno recibió numerosas solicitudes en las Cortes Generales para que diese explicaciones sobre lo que estaba ocurriendo en la Federación. El Consejo Superior de Deportes y su Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), único organismo con capacidad para inhabilitarle como presidente, dejó correr los plazos en silencio hasta que el asunto fue judicializado. Algo a lo que se agarró el Gobierno para no tomar una decisión sobre un Rubiales cada vez más cercado por la polémica, con el argumento de que la causa ya estaba en los tribunales.

Comisiones por contratos

La empresa de construcción Gruconsa es el centro de la presunta corrupción en la Federación Española de Fútbol en tiempos de Luis Rubiales. Así se determina en la investigación de la Guardia Civil, tal y como ha podido conocer OKDIARIO. Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) creen que por esa empresa, dirigida por el hermano de un miembro de la RFEF, pasaba la presunta corrupción en la RFEF.

De hecho, la Guardia Civil sostiene que la Federación pagó 3,8 millones de euros a Gruconsa para que después la propia Gruconsa desviara ese dinero a una de las empresas de Francisco Javier Martínez Alcaide, alias Nene, amigo íntimo de Rubiales.

Gruconsa habría recibido esos 3,8 millones de euros (en concreto 3.833.085,62 €) en concepto de trabajos (como los de la obra de La Cartuja) para después pasar el dinero a Dismatec, empresa de Nene, desviando así estos emolumentos que la Federación daba a la principal contratista de la Federación Española. La Guardia Civil sostiene también que esta empresa de Nene se llevó unos ingresos como «contraparte» de hasta 530.911,92 euros.

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