Rodrigo, de casi jugar en el Atlético a casi jugar en el Barça en seis meses
El delantero hispanobrasileño vació su taquilla y se despidió de la plantilla para ir al Atlético en verano y pasó reconocimiento médico en Barcelona este martes, pero ambas operaciones se rompieron
Lopetegui quiso ficharle para el Real Madrid hace dos veranos, pero el Valencia exigió los 120 millones de su cláusula
Rodrigo Moreno estuvo más fuera que dentro del Valencia tanto en verano como en este mercado invernal. Sin embargo, tanto la operación de venta al Atlético de Madrid en agosto como la de enero al Barcelona acabaron rotas. El hispanobrasileño se ha visto tratado como mercancía tanto por el dueño de su club, Peter Lim, como por su agente, Jorge Mendes.
En verano el Atlético de Madrid mostró mucho interés en el atacante. Simeone le identificó como la pieza que le faltaba y la operación sólo tenía un condicionante: la venta de Correa por 50 millones de euros. A última hora el Milan desistió de fichar por esa cantidad al argentino y Rodrigo, que había recogido su taquilla y se había despedido de sus compañeros, tuvo que permanecer en Valencia.
Incluso un día antes del cierre de mercado su por entonces entrenador, Marcelino, no pudo asegurar que se quedaría, ya que así se lo había trasmitido el presidente y mano ejecutora de Lim, Anil Murthy. En la primera vuelta sólo pudo mostrar su nivel a cuentagotas y le costó volver a centrarse sobre el campo. Hasta el momento, sólo dos goles en Liga pero dos tantos fundamentales en Champions, en Londres y Amsterdam.
La lesión de Luis Suárez provocó que el nuevo técnico, Quique Setién, tuviera que dar su opinión en cuanto a incorporar un nuevo delantero para la segunda mitad del curso. A la palestra salieron multitud de nombres sin más parecido entre sí que el lugar por donde suelen jugar. El elegido al final, por características y por disponibilidad del club vendedor, fue Rodrigo Moreno.
Pasó reconocimiento médico con el Barcelona
La propiedad del Valencia ya le catalogó hace meses como transferible; no por su nivel deportivo, sino por su edad (28 años) y por la gran cantidad que ingresarían en caso de venta. Es el momento idóneo para rentabilizarle al máximo económicamente. Este martes incluso pasó revisión médica en Barcelona con el doctor Cugat, aunque oficialmente no estaba ligado con el club culé.
El problema ahora: el Barça tiene el límite salarial casi agotado. Los contratos nuevos y las renovaciones de las vacas sagradas ahogan las finanzas del club culé y no puede acometer una operación tan alta en enero. Solo una gran venta podría hacer hueco a Rodrigo y los 13 millones que puede ingresar por Carles Pérez no son suficientes.
Por todo ello, el Barcelona solicitó una cesión sin compra obligatoria y el Valencia se negó. Las compras obligatorias, aunque se fijen para la siguiente temporada, computan desde ya mismo para LaLiga como traspasos. La versión que sale del club azulgrana es que Lautaro Martínez es la prioridad y la compra de Rodrigo hipotecaría la operación en verano tanto deportiva como económicamente, pero la realidad es que no tiene margen para acometerla.
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