Bale se exhibe ante la Roma

La tormenta que paralizó Nueva Jersey no fue nada. Nada en comparación de la que azotó a la Roma. Un chaparrón imparable llamado Gareth Bale que brilló más que cualquiera de los relámpagos que se vieron en la previa del encuentro sobre el Metlife Stadium.

El de Gales asume el rol y se erige como el líder de este Real Madrid tras la marcha de Cristiano Ronaldo. Coge los galones y se exhibe ante un conjunto capitalino que amenazaba con amargar el fin de la gira del Madrid y acrecentar la necesidad de fichajes. Pero no. Gol y asistencia de la estrella blanca -que vistió de rojo- para dejar claro quien está llamado a ocupar el trono dejado por el que fuera el 7 blanco.

Pocos segundos pasaban del primer minuto de juego cuando el Expreso de Cardiff sacó de la nada medio gol. Centro medido con el exterior de su pie izquierdo para Asensio, que ponía el estadio en pie al definir de maravilla ante Olsen. Los blancos empezaban de la mejor forma posible y lo hacían con un generoso Bale, que avisaba de lo que se venía.

No hizo falta esperar mucho más para que volviera a aparecer. Minuto 15 y el británico ponía tierra de por medio gracias a un gran contragolpe. Con Benzema arrastrando a la izquierda a la defensa, Bale encontró espacio para correr ante un buen pase de Carvajal. Arrancó en el medio campo, se metió hacia dentro superada la frontal y se la puso al meta de los romanos al palo corto.

El ’11’ ponía todo de cara y se gustaba cada vez más. El monólogo blanco era más que evidente y Bale no paraba de generar. Sobre todo, aparecía por la derecha, su habitat por excelencia, pero la movilidad en ataque de los blancos era constante. Donde sorprendió fue en la presión en campo propio, así como bajando a recibir. Y es que Bale estuvo en todas partes.

Los campeones de Europa centraban gran parte del ataque por la derecha, algo nada habitual durante la era de Zidane, y donde el nuevo líder madridista combinaba con todo el que se terciara. Intentó repetir el mismo envío que en el primer gol con Isco -esta vez sin acierto-, e incluso pudo terminar su participación en el encuentro con una asistencia más si Olsen no se hubiera estirado de manera esplendida ante un gran disparo de Benzema.

Tras la reanudación, duró 10 minutos sobre el césped. Tiempo en el que apenas le dio tiempo a aparecer, pues el rol ejercido por el conjunto blanco durante la primera mitad no tuvo nada que ver con lo visto en la segunda. Aún así, su partido fue incontestable. Tras la tormenta, Bale hizo un llamamiento a la calma ante tanto alarmismo por la inoperancia madridista en el mercado. Si las lesiones le respetan, el nuevo Madrid tiene líder.