Histórico Alcaraz: se hace centenario en tierra batida con el segundo mejor registro de la ‘era Open’
El murciano sólo ha necesitado 119 encuentros para lograr 100 triunfos en arcilla
En la 'era Open' únicamente Nadal mejoró su registro con 100 victorias en 112 partidos

Alcaraz eleva el puño y sonríe en la Philippe Chatrier. Acaba de derrotar a Shelton tras firmar un ejercicio de fortaleza mental que ha sellado su billete a los cuartos de final de Roland Garros y le permite entrar (más todavía) en la historia del tenis. La conseguida sobre Shelton es la victoria número 100 que consigue sobre tierra batida.
Únicamente ha necesitado 119 partidos y sólo un tenista en la ‘era Open’ precisó de menos encuentros para ello. Fue el rey de la arcilla, Rafa Nadal, que se hizo centenario en apenas 112 enfrentamientos. Si extendemos el periodo hasta toda la historia del tenis, sólo Ken Rosewall y Tom Okker mejorar el registro del murciano. Ambos alcanzaron los 100 triunfos en 115 partidos.
Alcaraz camina a caballo entre la madurez y las desconexiones transitorias de los partidos. Como si no se decidiera entre la conciencia y la tentación. Aunque ante Shelton la batalla la ganó el ángel de su hombro, que le llevó por el sendero de la paciencia, consistencia y trabajo. Sus piernas y su cabeza corrieron a la misma velocidad. Y no se dejo ir cuando el estadounidense forzó el cuarto set.
«Nos respetamos mucho. Hemos elevado el nivel y hemos podido entretener a la gente. Hemos jugado un tenis muy completo. Tener a Shelton es estupendo para mí y para el tenis. Ha sido un partido duro porque he luchado mucho contra mí mismo, contra mi mente. He estado enfadado conmigo mismo, pero estoy contento de que mi mente y mis pensamientos negativos no hayan podido conmigo en los momentos complicados», aseguró tras el partido.
Alcaraz amagó con desconectarse cuando le vino cierto bajón y Shelton lo aprovechó para apuntarse la tercera manga. El estadounidense se metió en la cabeza del murciano por momentos y le forzó demasiados errores no forzados. Pero ahí lució solidez mental para aguantar el tirón e ir minando a su rival, al que ya no le salían los reveses igual y sus derechas no hacían tanto daño. Realizó ahí un último esfuerzo para cerrar el partido y citarse con Tommy Paul en cuartos de final sin forzar demasiado. Más práctico que vistoso.