La Copa Davis no evita la reincidencia de Alcaraz
El murciano no resarce en Málaga su irregular final de año
Vuelve a darse de bruces de la misma manera que lo hiciera el curso pasado
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Resulta sorprendente que Carlos Alcaraz, ganador de dos Grand Slams esta temporada -Roland Garros y Wimbledon-, se encuentre en el tercer escalón del ranking ATP por detrás de Zverev, huérfano de major alguno en su palmarés. El sorpasso explica una inconsistencia, la del murciano, en los Masters 1.000 en general y final de temporada en particular, algo que mantiene como su asignatura pendiente al no poder aprobar en la Copa Davis.
Opositó a ello ante Tallon Griekspoor, al que arrolló. Carlos entró en sintonía con la pista, que fue tan rápida como sus golpes. Para entonces, el neerlandés ya había comenzado a quebrarse tras haberse presentado de buenas maneras en el partido. Entró Tallon en barrena con la grada y encalló sobre la pista. Tiró la raqueta contra el suelo, el público, en su gran mayoría español se lo recriminó y él gesticuló con los brazos pidiendo más.
Alcaraz se lo dio. Un correctivo que no encontró respuestas desde el otro lado de la pista. Una hora y media después de ello, el murciano se cargó de bastantes breaks en contra la mochila que portaba conjuntamente con Granollers y el peso les superó. La doble exigencia pasó factura en las piernas e ideas de Carlos. Precisamente ese incorpóreo le ha azotado este final de curso de la misma manera que ocurrió en el anterior.
Alcaraz ha protagonizado el mayor pico de forma del circuito, pero también ha atravesado dos momentos valle definitivos en su pugna con Sinner por el número uno del ranking. Su año es de sobresaliente, cualquier tenista firmaría ganar dos Grand Slam cada temporada, pero el propio Carlos es consciente de que permanecer varias semanas en el número uno depende de la regularidad.
«Mi objetivo para el año que viene es llegar más fresco a esta parte del año y disfrutar de cada lugar, cada torneo y cada partido. Para mí no es fácil viajar mucho en esta parte del año. Echo de menos mi casa. Quiero pasar tiempo con los míos, en casa. El año que viene intentaré ser mejor en eso», señaló.
Alcaraz tropieza con la misma piedra
La caída de Alcaraz en 2023 fue una concatenación de malos resultados. En Pekín, Sinner le superó en semifinales. Dimitrov hizo lo propio en el torneo de Shanghái y Safiullin en París antes de que Zverev le sorprendiera en la fase de grupo de las ATP Finals en Turín. Sin sabores contra los que Alcaraz se mentalizó para no reproducir en 2024.
«Estoy preparado para hacer buenos resultados o al menos llegar más lejos que el año pasado, lo cual creo que no es muy difícil», aseguraba. Y en cierta parte cumplió su palabra. Se impuso a Sinner en Pekín tras una final épica, pero volvió a claudicar antes de tiempo en Shanghái, en París-Bercy, donde Humbert le superó en segunda ronda, las ATP Finals en las fase de grupos y la Copa Davis en la primera eliminatoria.
Todo ello desembocó en pérdida de posición en el ranking ATP. Pasó del segundo al tercer escalón. Además, Alcaraz tiene otra asignatura pendiente para 2025 relacionada con los Masters 1.000, torneos en los que tiene el peor porcentaje de victorias. Tan sólo del 75% por el 84,5% que posee en los Grand Slam.
Esta temporada se impuso en Indian Wells, pero claudicó en Miami, no compitió en Montecarlo y Roma por lesión, cayó en Madrid y llegó a Cincinnati tras los Juegos y sin haber descansado mentalmente, como él mismo aseguró. Conviene recordar que Alcaraz sólo tiene 21 años y, pese a su juventud, ya ha precintado cuatro Grand Slams. Este 2024 le servirá de aprendizaje para no reproducir sus problemas la temporada que viene, en la que podrá descansar más al no haber Juegos Olímpicos.