La Copa del Rey de Baloncesto es la fiesta nacional de las aficiones

La Copa del Rey de Baloncesto volvió a convertirse en una auténtica fiesta nacional y en un ejemplo de convivencia y celebración entre aficiones de todos los equipos. Las calles céntricas de Granada, empujadas por un montaje más que meritorio por parte de la ACB, congregaron a miles de aficionados durante la mañana del sábado, aumentando la apuesta de días previos, con un espectáculo sin paragón en el panorama deportivo nacional en el que pudimos ver cantar, bailar y disfrutar a seguidores de los diferentes equipos.

Las calles de Granada llevan días repletas de camisetas de todos los equipos imaginables, desde los dos favoritos, Real Madrid y Barcelona, pasando por los aspirantes a la Copa aún en liza, UCAM Murcia y Lenovo Tenerife –ambos mayoritarios– y pasando por los eliminados en cuartos de final. A ellos, como ya es tradición y aunque resulte asombroso, se suman seguidores de equipos no clasificados que, ataviados con emblemas de sus respectivos clubes, protagonizan una de las imágenes que explican por qué la Copa es la fiesta del deporte nacional.

Baskonia, uno de los capos del baloncesto español, pese a su no clasificación, contó con representación mencionable en la Plaza Bib-Rambla de la ciudad nazarí, con una charanga que hizo las delicias de los espectadores y animó a bailar a todos sin importar la bufanda que llevaran colgada o la camiseta que defendieran en las horas previas y posteriores en el Palacio de los Deportes de Granada.

Todos se sumaron en unos minutos de baile en la rebautizada como Plaza de la Copa ACB, uno de los núcleos de Granada, que también ha contado con nuevos nombres para sus calles más emblemáticas, la de los Reyes Católicos, durante unos días con el sobrenombre de La Vida Puede Ser Maravillosa, o la Plaza de las Pasiegas, que ha sido la Plaza de las Aficiones en homenaje a aquellos que dan color al deporte y, de paso, una lección de convivencia a nivel mundial.