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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 30

El Barça convierte el resto de Liga en un trámite

Derrota al Atlético con un gol en el último minuto de la primera parte y deja el título sentenciado

Griezmann pudo haber cambiado la historia, pero se topó con el larguero y con Ter Stegen

Los dos pudieron marcar tras el descanso, pero fallaron ocasiones muy claras

Sánchez Martínez se tragó un penalti de Busquets en el último minuto

La devaluada Liga de Tebas ha quedado resuelta con dos meses de antelación y ocho jornadas de trámite. El Barça ha acabado con el sueño imposible del Atlético mientras mantiene al Madrid a 11 puntos de distancia con sólo 24 por disputarse. Está todo el pescado vendido después de que los de Simeone fracasaran en su último intento de inyectarle algo de adrenalina al Campeonato. Lo tuvieron en la mano en la primera parte, pero el travesaño y Ter Stegen se interpusieron en el camino y luego Ferran Torres marcó el gol decisivo cuando el choque se iba al descanso.

El Atlético ha sido mejor que el Barça en los dos partidos de Liga, pero el fútbol se define en las áreas y ahí ha sido estéril. Justo lo contrario que su enemigo, que no ha necesitado demasiado para sacar petróleo y arrebatarle a los rojiblancos seis puntos que le mandan al purgatorio y que le impiden pelear por otra cosa que no sea proteger la tercera plaza. No está mal teniendo en cuenta cómo se fue el equipo al parón del Mundial, pero el balance ante el líder vuelve a poner en evidencia que esta plantilla reclama a gritos un goleador para poder pelear en condiciones.

40 segundos tardó el Atlético en enmudecer el Camp Nou. Busquets no puso el pie fuerte ante Lemar, que se llevó el balón, y Correa lo prolongó hacia Griezmann para que el francés, de primera, dibujara una parábola fantástica que superó a Ter Stegen, pero no al travesaño, que escupió el remate para desgracia del francés, que había empezado a celebrar el 0-1.

La oportunidad rojiblanca intimidó al líder, que no se esperaba una salida semejante y que no supo resolver la ecuación que le planteó su rival. Asfixiado por la presión ordenada por Simeone, el Barcelona cedió metros y el Atlético pisó el área rival en varias ocasiones con peligro, pero sin efectividad. Lewandowski se sacudió el dominio tras un control descomunal en el área, pero el rechace final se lo arrebató Lemar a Ferran cuando el internacional español se preparaba para definir.

Restablecida la paridad en el partido, el delantero polaco volvió a hacerse notar a los 25 minutos con un espuela que dejó a Ferran en franca posición de servirle el gol a Rapinha en el segundo palo, pero de nuevo al valenciano le faltó rapidez y dio tiempo a salir a Oblak. La velocidad es justo lo que le sobra a Araujo, exuberante en un par de carreras con Correa en las que dejó en evidencia al argentino.

El Atlético fue el siguiente en disparar a los 35 minutos. Y con más puntería. Carrasco se llevó a Koundé en la carrera, consiguió que el balón llegara al área y allí Griezmann soltó un disparo letal entre una nube de defensores, pero Ter Stegen emergió de entre las sombras para sacar una mano milagrosa que privó al francés del gol por segunda vez en el partido.

Simeone, consciente de que el Camp Nou no abundan este tipo de oportunidades, miró al suelo cabizbajo. Fue toda una premonición. En el minuto 44, cuando expiraba la primera parte, tras un contragolpe rojiblanco errático, Rapinha, habilitado por la lentitud en la salida de Giménez, acomodó un balón en el costado derecho al que no pudo llegar Hermoso y su centro al área lo controló Ferran, que esta vez no necesitó rapidez, sino calidad, para resolver con un disparo raso imposible para Oblak. 1-0 en el primer disparo entre los tres palos del Barça. Demasiado castigo para el Atlético, pero es la consecuencia de la primera ley del fútbol: el que perdona, paga.

Obligado a perseguir sombras en la segunda parte, el Atlético no escatimó esfuerzos para darle la vuelta al partido, pero cuando está por delante en el marcador es difícil sacar al Barcelona de su zona de confort, aunque es cierto que hubo ocasiones suficientes para alterar el resultado en una y otra portería. De Paul y Griezmann tuvieron el 1-1, pero Gavi, Rapinha y sobre todo Lewandowski fallaron tres remates a bocajarro que hubieran supuesto el 2-0.

La tarde acabó con el Atlético reclamando su primer penalti de la temporada por una mano de Busquets que fue un clon de la que castigó en el área rojiblanca Mateu Lahoz ante el Getafe. Por supuesto ni Sánchez Martínez ni Iglesias Villanueva quisieron saber nada, lo que convierte la racha actual, de 33 partidos, en la más extensa de la historia del club sin un máximo castigo a favor. Fue el broche a un partido que define el título de manera definitiva. Lo que queda a partir de ahora es un simple trámite.