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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 33

El Atlético se apunta a la Champions y calma su crisis

Derrota al Athletic y aumenta a seis puntos su ventaja sobre los bilbaínos

Goles argentinos de De Paul y Correa en una noche estelar de Llorente

Noche negra de Griezmann: ausente en ataque, le regaló el gol al Athletic

El Atlético se apunta a la Champions con una victoria vital ante su enemigo en la lucha por la cuarta plaza. El Athletic se queda a seis puntos de distancia con 15 en disputa y con el golaverage particular igualado tras una noche llena de imprecisiones y errores que resolvió Correa con un gol genial en el arranque de la segunda parte. Partido negro de Griezmann, intrascendente en ataque y responsable directo del gol de Nico Williams tras un error en el pase.

Limitado por las ausencias, Simeone agitó la coctelera y de ahí salió una combinación inédita, con Correa por la derecha, Griezmann en el centro y Llorente por la izquierda. A Marcos sólo le faltaba ya esta posición por experimentar esta temporada, pero le sentó muy bien. Fue con mucha diferencia el jugador más desequilibrante del equipo. Todo lo contrario que Griezmann, que lleva más de un mes en paradero desconocido.

Los hermanos Williams dejaron su sello en el arranque de partido para desespero de un Atlético que no salió bien al campo. A los tres minutos Iñaki le cogió la espalda a Lino y soltó un disparo que se fue alto, y pocos segundos más tarde Nico le sacó al árbitro una tarjeta a De Paul por una acción que en absoluto merecía cartulina, pero que ya dejó en evidencia a las primeras de cambio a Martínez Munuera, que en la siguiente jugada le perdonó la amonestación a Paredes ante la indignación absoluta del estadio.

La noche arrancó agitada y de color hormiga, pero de repente el destino le brindó un empujón al equipo. A los 14 minutos Llorente centró desde la izquierda, Lekue despejó mal hacia el centro y el rebote lo capturó De Paul, cuyo disparo rebotó en la cadera de Galarreta y convirtió el balón en imposible para Unai Simón.

El gol le dio al Atlético ventaja en el marcador, pero sobre todo le confirió la fortaleza mental que le faltaba. Los jugadores volvieron a sentirse seguros de sí mismos y empezaron a levantar la cabeza. Griezmann tuvo casi de inmediato el 2-0, pero disparó mal. Mucho más cerca estuvo Guruzeta a los 28 minutos en una volea muy violenta en el área que rozó el poste y que dejó sin aliento al estadio, que seguía respondiendo con música de viento cada error en el pase de Nahuel Molina, cuya titularidad sólo puede interpretarse como un capricho de Simeone porque no hay una sola razón objetiva que la justifique.

El partido se igualó y a ratos se volvió extraño, con Martínez Munuera parándolo por insultos a Nico Williams desde la grada. El Atlético pareció tenerlo controlado con Llorente amenazando el 2-0, pero a los 44 minutos a Griezmann no se le ocurrió otra cosa que dar un pase hacia atrás sin mirar que permitió al Athletic salir al contragolpe con una ventaja demasiado notable para desperdiciarla. Nico Williams, a pase de Guruzeta, fusiló a placer a Oblak y dejó en nada el pequeño tesoro que había conseguido el Atlético. Tocaba volver a la casilla de salida en la segunda parte.

El Cholo no tocó nada en el descanso y el equipo volvió del vestuario dolido, pero consciente de lo que había en juego. El partido se reanudó embarullado, sin continuidad y con errores constantes, pero en ese escenario difuso apareció de repente un instante de genialidad. A los 52 minutos Koke advirtió el hueco entre la defensa del Athletic y le regaló a Correa un pase maravilloso que el argentino mejoró con un control galáctico que le permitió superar a los centrales y batir a Unai Simón con un disparo imparable. Simeone lo celebró, pero muy contenido. La rabia iba por dentro.

A Valverde no le quedó otra que mover el tablero con Muniain, Herrera y Berenguer, a los que se unió poco después Vesga. Simeone respondió con un cambio que pedía a gritos el equipo: Nahuel abandonó el campo para que entrara Riquelme y Llorente se retrasara al carril derecho con la misión de secar a Nico Williams, que por supuesto siguió en el partido. Con veinte minutos en juego por delante el Atlético se preparó para proteger su botín.

Solventado el agujero de la derecha, el equipo no sólo le cerró al Athletic todos los caminos, sino que acabó resolviendo el expediente a los 80 minutos en un disparo de Lino que, tras golpear en el poste, golpeó en la espalda de Unai Simón y acabó dentro de la portería. El 3-1 no sólo aclaró el panorama, sino que permitió igualar el golaverage particular, lo que no es ni mucho menos un premio menor. Consciente de lo conseguido, Simeone sacó de inmediato a Azpilicueta para evitar sorpresas y certificar un 3-1 que de momento calma la crisis rojiblanca.