Alcaraz triunfa en el duelo del futuro
Carlos Alcaraz suma y sigue con una progresión meteórica que no parece tener límites. El tenista murciano superó su segundo escollo en el Masters 1000 de Paris-Bercy y no uno cualquiera. Jannik Sinner se cruzaba en el camino de Alcaraz con la vitola de referencia de la nueva camada de Next Gen y ya como parte del Top 10 de la ATP. Sinner es uno de los tenistas más en forma de la actualidad, pero Carlos sacó su mejor versión para tumbarle (7-6, 7-5) por segunda vez y colocarse con absoluto mérito en los octavos del final del torneo.
El despliegue tenístico de Alcaraz aunó la fortaleza mostrada desde hace meses desde el fondo de la pista con el talento innato para competir y sacar su mejor versión en los momentos calientes. Estos ingredientes, sumados a la siempre necesaria suerte, que apareció para lanzarle con los dos primeros puntos del tie-break del primer set, acabaron con la resistencia de un Sinner que era uno de los grandes favoritos al título en París pero que se despide antes de tiempo abrumado por el tenis infinito de la nueva perla española.
La victoria va más allá de lo meramente tangible en términos estadísticos. Alcaraz, de 2003, vuelve a vencer por segunda ocasión en dos duelos a Sinner, de 2001 y llamado a pelear a corto plazo con los Zverev, Medvedev, Nadal o Djokovic por el número uno. Todo ello, además, en una pista rápida indoor como la del complejo parisino, en la que el italiano tenía las de ganar pero el que levantó los brazos fue el español, combativo a más no poder durante el grueso del partido y mucho más atinado en los momentos clave, hasta desquiciar a su rival.
El triunfo de Carlos –se medirá a Gaston en octavos– se cocinó a fuego lento como demuestran las dos horas y diez minutos de partido asfixiante pero de máximo disfrute para el espectador, pero tuvo su punto de inflexión en el tramo decisivo de ambas mangas. En la primera, después de dos roturas iniciales y un cúmulo de juegos sin pelotas de break para ningún bando, Alcaraz combinó la suerte de los primeros dos puntos, con genialidad incluida en el segundo, con tiros de muchos quilates que le dieron el mando del partido.
En el segundo, con un cariz distinto por la subida de nivel de ambos al resto, Carlos esperó al momento exacto para tirar la balanza de su lado, cuando parecía que a los puntos Sinner estaba más cerca de forzar la tercera, para llevarse el encuentro. Fue una única rotura la que permite entrar directamente al podio de sus triunfos más brillantes esta segunda ronda de Paris-Bercy, en un duelo generacional en el que Alcaraz suma una victoria de auténtico escándalo. Y las que quedan.