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Si tienes este apellido es oficial: desciendes de los árabes y no hay discusión

Los árabes
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La historia de España es un mosaico de culturas que se han entrelazado a lo largo de los siglos, dejando una herencia rica y diversa. Entre esas culturas, la presencia de los árabes es especialmente relevante, ya que durante casi ocho siglos, la Península Ibérica fue parte del mundo islámico. Esta larga convivencia dejó huellas profundas en el lenguaje y en la genealogía de muchos españoles, especialmente en Andalucía.

En esta región, la influencia árabe es visible en la arquitectura emblemática de ciudades como Málaga, Granada o Córdoba, con construcciones como la Alcazaba o la Alhambra que son auténticos testimonios de ese pasado. Pero también esta influencia se mantiene viva en los apellidos de muchas familias andaluzas, que tienen un origen morisco o árabe. Estos apellidos son una forma de conexión con aquellos antepasados que vivieron y dejaron su legado en tierras andaluzas.

La huella de los árabes en Andalucía

Durante la Edad Media, con la conquista musulmana, los árabes y bereberes trajeron un cambio en la sociedad, la cultura y las costumbres. Cuando avanzó la Reconquista cristiana, muchos de esos musulmanes (conocidos como moriscos tras su conversión forzada al cristianismo)  continuaron viviendo en la región, manteniendo su identidad y sus apellidos. Así, a día de hoy, muchos apellidos que se usan en Andalucía tienen raíces árabes que reflejan esta historia compleja y fascinante.

Algunos de estos apellidos se distinguen porque comienzan con el prefijo «al», que en árabe significa «el» o «la», y se solían utilizar para describir lugares, profesiones o características de las personas. Por ejemplo, el apellido Alcázar proviene de «Al Qasr», que significa «fortaleza», mientras que Alcalá deriva de «Al Qualat», que quiere decir «pequeño castillo». Otros apellidos relacionados con familias moriscas se conservaron a lo largo de la historia, adaptándose al español, pero manteniendo ese vínculo con sus orígenes.

Lista de apellidos

Entre los apellidos que comienzan por la letra «A», destacan algunos como Abdo, Abencerraje, Alcázar, Alcalá, Alcaraz o Alguacil. Por ejemplo, Albarracín proviene de términos árabes relacionados con fortificaciones o castillos, y Almodóvar deriva de «Al-Mudawwar», que significa «el redondeado». Estos apellidos reflejan el vínculo histórico con el mundo islámico, que se mantuvo incluso después de la Reconquista.

En la letra «B», apellidos como Benarrocha, Benavides, Benjumeda o Bitar hacen clara referencia a familias de origen morisco. Es interesante destacar que el prefijo «Ben» en árabe significa «hijo de», un elemento que también se encuentra en apellidos de origen hebreo.

En la letra «C», apellidos como Cebrián, Chacur, Chible, Cordobés o Cid muestran la influencia árabe en la zona. Aunque el apellido Cid está asociado a la histórica figura castellana Rodrigo Díaz de Vivar, existen raíces árabes en la adaptación y evolución del término.

Avanzando en el abecedario, en la letra «D» encontramos apellidos como Dib, Derberián y Duk, que claramente remiten a orígenes árabes o norteafricanos. Por otro lado, apellidos como Elías o Eitit, en la letra «E», también son muestra de la mezcla cultural que Andalucía ha experimentado a lo largo de los siglos.

Los apellidos Fajuri, Farran o Feres, por ejemplo, mantienen ese aire de herencia árabe que todavía perdura en la región, al igual que ocurre con los apellidos Gálvez, Gazul o Giaccaman, además de los ya mencionados García, que a pesar de su fama como apellido español, podría tener influencias moriscas. En la letra «H» destacan apellidos como Haddad, Hamad, Hamdan o Hazbun, que tienen un fuerte vínculo con el mundo árabe y significan, en muchos casos, profesiones o características, como «herrero» o «el que es fuerte».

En la letra «J», apellidos como Jalifa, Jalilie y Jattar son muy identificables por su origen árabe, relacionados con cargos, familias o tribus. En la misma línea, Kattan y Kurbag, en la letra «K», son apellidos de ascendencia árabe o levantina que se mantienen en Andalucía. Otros apellidos como Lahsen, Lama o Latif, que comienzan con «L», también reflejan la herencia morisca que aún sigue viva en esta comunidad.

Continuando con la letra «M», apellidos como Muley, Muhay, Mosalem y Manzur son claros ejemplos de la influencia árabe y norteafricana en la región. Nombres como Nazer, Nazal y Nustas, en la letra «N», mantienen este legado en la comunidad actual. A pesar de que apellidos como Pérez o Palacios (letra «P») son considerados españoles en la actualidad, también tienen su propia historia con influencias árabes. En la letra «R», apellidos como Rabah, Rahal o Rizik son una muestra más de esta herencia.

En la letra «S», la lista se vuelve especialmente amplia y diversa. Apellidos como Saadi, Salama, Salem o Sabbag tienen significados relacionados con la paz, el trabajo o la salvación. En las letras siguientes, encontramos apellidos como Tala, Talhuk o Tamuz en la «T», que también forman parte de esta tradición.

Por su parte, apellidos como Valenciano o Venegas, en la letra «V», muestran cómo la influencia árabe llegó incluso a la toponimia y la genealogía regional. Finalmente, en las letras «Y» y «Z», apellidos como Yamal, Yoma, Yarur, Zaid, Zalaquett o Zaror cierran esta lista.

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