Naturaleza

No vas a ver nada igual: ésta es la catarata más grande del mundo y se encuentra bajo el agua

Catarata más grande del mundo
Círculo Polar Ártico.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando pensamos en cataratas, lo más probable es que nuestra mente viaje a imponentes caídas de agua como las del Niágara, Iguazú o Victoria. Sin embargo, existe una maravilla mucho más impresionante, aunque oculta a simple vista: la catarata submarina del estrecho de Dinamarca. Con una caída descomunal de 3.500 metros y una altura de 2.000 metros, esta obra maestra de la naturaleza es la catarata más grande del mundo. Situada en el Círculo Polar Ártico, canaliza inmensas masas de agua fría y densa desde los mares de Groenlandia, Noruega e Islandia hacia el más cálido mar de Irminger, en el Atlántico Norte.

A pesar de sus enormes dimensiones  y su complejidad geológica, su existencia es prácticamente imperceptible desde la superficie, ya que todo ocurre en las profundidades del océano. Sin embargo, gracias al desarrollo de drones submarinos, sensores avanzados y modelos de simulación, los científicos pueden admirar y comprender mejor este fenómeno natural extraordinario. Además, el análisis de su impacto en el clima global y en los ecosistemas marinos podría arrojar luz sobre cómo mitigar los efectos del cambio climático.

La catarata más grande del mundo

Con 480 kilómetros de ancho y una pendiente que desciende a través de 500 a 600 kilómetros de lecho marino, la catarata del estrecho de Dinamarca no tiene rival. Su peculiaridad radica no sólo en sus dimensiones, sino también en el proceso físico que la origina. A diferencia de las cataratas terrestres, que dependen de la acción de un río, esta catarata submarina está formada por corrientes oceánicas que interactúan debido a diferencias de temperatura y densidad del agua.

El agua fría y densa, proveniente de los mares nórdicos, se encuentra con corrientes más cálidas del Atlántico Norte. Este contraste provoca que las aguas frías se hundan rápidamente debido a su mayor densidad, creando una «caída» que supera cualquier catarata de la superficie terrestre. Aunque el flujo puede alcanzar volúmenes gigantescos, el agua desciende a una velocidad de apenas 0,5 metros por segundo.

La formación de la catarata más grande del mundo tiene su origen en la última era de hielo, hace entre 17.500 y 11.500 años. Durante este periodo, los glaciares esculpieron el lecho marino, creando un canal profundo que hoy conecta las aguas heladas del Ártico con el Atlántico Norte. Este flujo continuo de agua fría desempeña un papel crucial en la regulación del clima global, ya que forma parte de la llamada «cinta transportadora oceánica», el sistema que distribuye el calor alrededor del planeta.

El estrecho de Dinamarca actúa como un conducto natural que canaliza las corrientes del Ártico hacia el Atlántico. En el norte de la catarata, la profundidad del agua es de 400 metros, mientras que al sur, en la desembocadura, se reduce a 200 metros. Este cambio en la profundidad crea una caída natural que, aunque invisible, rivaliza en escala con cualquier otra maravilla geográfica.

Además de sus dimensiones y su origen glaciar, la catarata más grande del mundo destaca por su impacto en el ecosistema oceánico. Este flujo constante de agua fría influye directamente en la biodiversidad marina, proporcionando nutrientes esenciales a las especies que habitan estas aguas. Al mismo tiempo, su contribución al ciclo global del agua ayuda a mantener el equilibrio climático, redistribuyendo el calor y regulando las temperaturas oceánicas.

Sin embargo, a diferencia de las cataratas terrestres, que suelen estar rodeadas de exuberante vegetación y son accesibles para los turistas, la catarata del estrecho de Dinamarca es un fenómeno invisible para el ojo humano. Su estudio depende de sofisticados equipos de exploración submarina y tecnología avanzada, lo que subraya su carácter misterioso y remoto.

El geofísico Mike Clare, líder de geosistemas marinos en el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, señaló que «si estuvieras allí abajo, probablemente no notarías todo ese revuelo». Esta afirmación pone de manifiesto la paradoja de esta catarata: una fuerza natural de proporciones épicas, pero que se manifiesta de manera silenciosa y sutil.

El futuro de la exploración submarina

Con los avances tecnológicos actuales, el futuro de la exploración submarina promete grandes descubrimientos, especialmente en fenómenos tan extraordinarios como la catarata del estrecho de Dinamarca. Las nuevas tecnologías permitirán obtener imágenes más detalladas y mapas precisos de ésta gigantesca catarata submarina, así como recopilar datos sobre su dinámica, composición y el impacto que tiene en los ecosistemas marinos. Al estudiar con mayor profundidad las interacciones entre corrientes oceánicas, temperaturas y densidades, los científicos podrán comprender mejor su influencia en la regulación del clima global.

Además, este conocimiento tiene aplicaciones prácticas  muy importantes, como desarrollar estrategias para mitigar los efectos del cambio climático y preservar la biodiversidad de las regiones polares. La exploración de este fenómeno también puede inspirar avances en la ingeniería submarina y el diseño de tecnologías adaptadas a entornos hostiles. En definitiva, el futuro de la exploración submarina no sólo busca desvelar los secretos de esta maravilla oculta, sino también aprovechar su estudio para proteger y entender mejor el planeta Tierra.

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