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Ni España ni Alemania: los únicos países que no entrarían en una Guerra Mundial

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Vivimos tiempos convulsos, en los que las tensiones geopolíticas escalan a un ritmo alarmante. La inestabilidad económica y los conflictos sin resolver en diversas partes del mundo hacen que, por momentos, la sombra de una posible Tercera Guerra Mundial parezca menos lejana de lo que quisiéramos imaginar. En este contexto, es interesante identificar naciones que podrían quedar fuera del campo de batalla para quienes piensan en la seguridad y la supervivencia ante un escenario global cada vez más incierto.

Más allá de los pronósticos económicos o los análisis militares, existe una serie de países que, por su localización geográfica, capacidad de autosuficiencia y escaso interés militar para las grandes potencias, podrían escapar del impacto inmediato de un conflicto de escala mundial. Estos territorios ofrecen características únicas: aislamiento, estabilidad política, abundantes recursos naturales y una escasa relevancia estratégica en conflictos globales. A continuación, repasamos cuáles son y por qué podrían representar verdaderos refugios en caso de que el mundo entre nuevamente en guerra.

Países más seguros si estalla una guerra mundial

No todos los países tienen la posibilidad de mantenerse al margen de una guerra de escala global. Diversos factores determinan su vulnerabilidad ante un conflicto de este tipo: desde su ubicación geográfica hasta su nivel de involucración en alianzas militares, la existencia de recursos estratégicos en su territorio, o la presencia de bases extranjeras que los convierten en objetivos.

Incluso su peso en la economía internacional puede hacerlos piezas clave en una disputa mayor. Sin embargo, hay naciones que, por sus características particulares, reúnen condiciones que las colocan en una posición de relativa seguridad ante el estallido de una guerra mundial.

Estos países suelen compartir ciertos atributos esenciales: un aislamiento geográfico que los aleja del foco de las tensiones globales, permitiéndoles evitar ataques directos o consecuencias inmediatas. Además, la autosuficiencia alimentaria y energética los protege ante eventuales bloqueos o colapsos logísticos. También influye el tamaño y cohesión de su población, que facilita una gestión más eficiente de los recursos.

Nueva Zelanda: a salvo en el fin del mundo

Nueva Zelanda ha sido citada en múltiples informes y estudios como uno de los mejores lugares para sobrevivir a una catástrofe global, ya sea una guerra nuclear, una pandemia masiva o una crisis climática extrema. ¿La razón? Su ubicación remota, lejos de los polos de poder global, combinada con un entorno fértil, abundante agua y una tradición democrática firme.

Este país oceánico ha invertido durante décadas en mantener una política exterior basada en la diplomacia y el desarme. De hecho, Nueva Zelanda fue una de las primeras naciones en declararse oficialmente como territorio libre de armas nucleares. Además, su sistema agrícola altamente eficiente permite la producción de alimentos en grandes cantidades, garantizando el abastecimiento interno incluso en situaciones de aislamiento.

Un dato muy interesante: diversos millonarios de Silicon Valley han comprado propiedades rurales en Nueva Zelanda precisamente por su reputación como «refugio global». Esto, lejos de ser una simple excentricidad, subraya la percepción extendida de que este país representa una suerte de arca de Noé moderna.

Fiyi: aislado en el paraíso

Situado en el corazón del Pacífico Sur, el archipiélago de Fiyi representa uno de los rincones más remotos del planeta. Su aislamiento, lejos de ser una desventaja, se convierte en su principal fortaleza. Rodeado de miles de kilómetros de océano, este país insular podría mantenerse al margen de las disputas entre grandes potencias, cuya atención suele concentrarse en territorios estratégicos o económicamente relevantes.

Aunque su economía no destaca a nivel mundial, Fiyi cuenta con una naturaleza generosa: tierras fértiles, acceso a agua potable y recursos marinos que le permiten una autosuficiencia alimentaria considerable. Con una población total que apenas supera el millón de habitantes, la gestión de recursos en una eventual crisis sería mucho más sencilla que en países densamente poblados. Además, su política exterior ha sido históricamente neutral y no ha formado parte de conflictos de envergadura, un factor que podría jugar a su favor ante una crisis internacional.

Islandia: energía limpia y geografía estratégica

En el otro extremo del planeta, en el Atlántico Norte, Islandia emerge como otro posible refugio ante una guerra global. Esta isla volcánica, famosa por sus paisajes impresionantes y su cultura vikinga, posee una ubicación privilegiada: suficientemente lejos de los centros de poder militar y económico, pero al mismo tiempo conectada con Europa y América del Norte. Sin ser un punto de interés bélico, Islandia se beneficia de su bajo perfil geopolítico.

Lo más destacable es su independencia energética. Islandia obtiene casi el 100 % de su electricidad a partir de fuentes renovables como la energía geotérmica e hidroeléctrica. Esta autosuficiencia en un recurso tan esencial le da una ventaja enorme en caso de bloqueos comerciales o interrupciones del suministro global. Con una población pequeña (alrededor de 375.000 personas) y una infraestructura moderna, el país tiene además la capacidad de responder con rapidez ante emergencias o desastres.