Mascotas

Adiós a los maullidos de noche: una entrenadora gatuna explica el sencillo truco para que tu gato te deje dormir

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Dormir bien por la noche es fundamental para cuidar la salud tanto física como mental, pero ésta no es tarea sencilla cuando los maullidos del gato son constantes. Este comportamiento, más habitual en cachorros, puede afectar notablemente a la calidad de vida de los dueños, por lo que la entrenadora felina Laia Salvador ofrece una serie de consejos prácticos para abordar este problema. El objetivo es encontrar el punto de equilibrio entre el descanso y el respeto a las necesidades naturales del animal.

«Patrulla Felina, hoy vamos a hablar de qué podemos hacer para que nuestros gatos por fin nos dejen dormir toda la noche», comienza. Y añade: «como siempre, antes de corregir una conducta molesta, debemos entender por qué la realiza». Para ello, lo primero es descartar «cualquier posible causa orgánica, por ejemplo, que le duela algo». Luego, se pueden analizar otros factores, como el aburrimiento o el estrés.

Cómo evitar los maullidos de noche

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«Algunas causas podrían ser el estrés, la frustración, un mal hábito o por la conducta sexual del celo. Sobre esta última, la solución es bastante obvia, ya que la castración podría reducirla casi por completo». Para gatos ya castrados, los maullidos de noche pueden deberse a la energía acumulada durante el día. Cabe recordar que los gatos son animales con un instinto de caza muy marcado, de manera que necesitan actividad física y mental. La falta de estimulación puede hacer que liberen energía por la noche, normalmente a través de maullidos, aunque alguno también pueden adoptar comportamientos destructivos.

«Podría ser que nuestro gato esté frustrado porque tiene mucha energía acumulada que no puede canalizar», advierte la experta. Para ello, «unas buenas rutinas de ejercicio físico y mental y de paseos controlados podrían ser de gran ayuda».  Los dueños deben planificar actividades diarias que permitan al animal liberar su energía de manera segura. Por ejemplo, los juegos de caza simulada con juguetes que se muevan como presas, los circuitos para trepar o los juegos de inteligencia funcionan muy bien.

Además, si el entorno lo permite, los paseos controlados con arnés y correa son muy recomendables. Estos paseos permiten al gato estimular sus sentidos, olfatear, observar movimientos y explorar de manera segura, lo que reduce significativamente la ansiedad. Una rutina de este tipo ayuda a calmar al gato por la noche y fortalece el vínculo entre mascota y dueño, mejorando la calidad de vida de ambos.

«Otra posibilidad es que hayamos confirmado el maullido y que se haya convertido en un hábito, por lo que estaríamos hablando de una conducta aprendida. Si cada vez que nuestro gato maúlla hacemos caso a sus demandas, aprende que así consigue cosas.” Por lo tanto, ignorar el maullido es crucial. El problema es que por la noche no entiende que es hora de dormir, por lo que insistirá hasta que consiga lo que quiera, comida, juegos, mimos… Y si al final lo consigue, estamos perdidos», señala la entrenadora felina.

«No debemos ceder nunca a sus demandas, ni de día ni de noche, le ignoraremos completamente, sin mirarle, ni hablarle, ni tocarle. Debemos enseñarle que las cosas se consiguen desde la calma, no maullando como un loco».

Estrés

«En el caso de que nuestro gato maulle por estrés, es vital averiguar qué es lo que está estresando a nuestro gato y tratar de eliminarlo. Desaparecido el problema, dejará de maullar». El estrés en los gatos es un fenómeno más común de lo que muchas personas piensan.

Entre los factores más habituales se encuentran los cambios en el entorno, como mudanzas, la llegada de nuevas personas o animales al hogar, obras, ruidos fuertes o cualquier alteración en la rutina diaria. Los gatos son animales territoriales y muy sensibles a los cambios. Otro factor clave es la falta de estimulación; los gatos necesitan oportunidades para cazar, trepar y explorar, incluso cuando viven en espacios cerrados.

El estrés se manifiesta a través de diversas señales. Entre las conductas más comunes se encuentran los maullidos excesivos, agresividad, comportamiento destructivo, pérdida de apetito o, por el contrario, ingesta excesiva de comida. Algunos gatos empiecen a esconderse más de lo habitual, mientras que otros muestran signos de hiperactividad o ansiedad constante.

Para prevenir y aliviar el estrés, la clave está en ofrecer un entorno seguro y estable. Mantener rutinas consistentes de alimentación, juego y descanso es fundamental. Los gatos necesitan horarios predecibles para sentirse seguros.

Finalmente, la socialización también juega un papel muy importante. Pasar tiempo de calidad con ellos, acariciándolos y jugando, fortalece el vínculo con sus dueños y aporta una gran seguridad a nivel emocional. Es crucial respetar su espacio y no forzarlos a interactuar si no lo desean, ya que esto puede aumentar su estrés.