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Ni agua ni vinagre: el truco de los expertos para que las sartenes no vuelvan a pegarse

Truco de las sartenes
Una sartén con dos huevos fritos.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las sartenes son uno de los utensilios más utilizados en la cocina, y aunque son esenciales para preparar una gran variedad de platos, con el paso del tiempo pueden perder su capacidad antiadherente. Esto puede ocurrir por diferentes motivos: un uso excesivo, el contacto con utensilios metálicos, o simplemente el desgaste natural del recubrimiento. Si notas que tu sartén ya no es lo que era y los alimentos tienden a pegarse, no te desesperes ni corras a comprar una nueva. Existe un truco sencillo, económico y muy eficaz que permite restaurar la superficie antiadherente de las sartenes de manera rápida y sencilla.

Para ponerlo en práctica, sólo necesitas sal gorda y aceite. Si bien este método no hará que la sartén recupere por completo el recubrimiento original, sin duda mejorará su rendimiento y evitará que los alimentos se peguen, lo que facilita la cocción y la limpieza. Sin duda, es un truco muy efectivo para sartenes que han perdido parte de su capacidad antiadherente debido al uso frecuente, pero que aún no están completamente dañadas.

El truco definitivo para que las sartenes no se peguen

Este procedimiento es una excelente manera de alargar la vida útil de tus utensilios de cocina y, al mismo tiempo, evitar que los alimentos se peguen al momento de cocinar. A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo.

El primer paso consiste en colocar la sartén en el fuego a temperatura media. Es importante que la sartén esté completamente seca antes de comenzar este proceso, ya que cualquier exceso de humedad puede afectar el rendimiento de la sal y del aceite en el proceso. Si tu sartén tiene restos de agua o grasa, asegúrate de limpiarla con un paño seco antes de empezar.

Cuando la sartén esté caliente, agrega un puñado generoso de sal gorda en la base de la sartén. La cantidad de sal debe ser suficiente para cubrir toda la superficie de la sartén. La sal gorda actúa como un abrasivo suave que ayuda a limpiar y a restaurar las pequeñas imperfecciones en el recubrimiento de la sartén. Además, su acción de pulido también ayuda a eliminar residuos de comida que pueden haberse quedado adheridos a la superficie de la sartén.

Mientras la sartén se calienta y la sal gorda comienza a chisporrotear, empieza a mover la sal en círculos, realizando movimientos envolventes de manera suave y constante. Este paso es fundamental para distribuir uniformemente el calor y asegurar que toda la superficie de la sartén reciba el tratamiento adecuado. Puedes utilizar una espátula de madera o una cuchara de madera para mover la sal sin dañar la superficie de la sartén. La sal comenzará a tostarse y a hacer ruido, lo que es señal de que está cumpliendo su función. Deja que el proceso continúe durante unos minutos para obtener los mejores resultados.

Cuando notes que la sal comienza a cambiar de color y se vuelve ligeramente tostada, es momento de retirar la sartén del fuego. Ten cuidado al tirar la sal: no la tires directamente en una bolsa de basura porque podría quemarla. Deja que la sal se enfríe un poco en un plato antes de deshacerte de ella.

Una vez que hayas retirado la sartén del fuego y la sal se haya enfriado, es el momento de añadir el aceite. Agrega un chorrito de aceite sobre la superficie de la sartén. El aceite ayudará a crear una capa protectora en la sartén, lo que restaurará su capacidad antiadherente. Utiliza un trozo de papel absorbente para extender el aceite por toda la superficie de la sartén, asegurándote de que cubra completamente el área que ha sido tratada con sal. Este paso es esencial, ya que el aceite ayuda a reforzar el recubrimiento y a prevenir que los alimentos se adhieran a la sartén en el futuro.

Una vez que hayas extendido el aceite de manera uniforme, deja reposar la sartén durante unos minutos para que el aceite penetre bien en la superficie. No es necesario calentarla nuevamente, ya que la acción del aceite solo necesita reposar en la sartén para lograr su efecto. Este paso también contribuye a que la sartén recupere su capacidad de antiadherencia y evite que los alimentos se peguen durante la cocción.

Este truco es ideal para sartenes que han perdido parte de su capacidad antiadherente debido al uso frecuente, pero que todavía no están completamente dañadas.  Este método es rápido, económico y efectivo, y te permitirá alargar la vida útil de tus utensilios de cocina sin tener que gastar dinero en una nueva sartén. Así que la próxima vez que tu sartén empiece a mostrar señales de desgaste, no dudes en probar este truco.

Finalmente, para cuidar las sartenes, evita utilizar utensilios metálicos, cocina a fuego medio o bajo para prevenir el daño por calor excesivo, limpia con estropajos suaves, y guarda las sartenes sin apilarlas.

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