Hojas de laurel en la lavadora: el truco para que tu ropa quede como nueva

Quizá nunca se te habría ocurrido meter hojas de laurel en la lavadora, pero es uno de los mejores trucos caseros para que la ropa quede como nueva. En las últimas semanas se ha hecho viral en redes sociales, y no es para meno, ya que es muy fácil de poner en práctica y ofrece unos resultados increíbles.

El laurel es una planta aromática con multitud de usos. En la cocina es un gran condimento para dar sabor a las salsas y a los guisos y en el hogar es el mejor aliado para decir adiós a los malos olores. Además, tiene beneficios para el cuidado de la piel y el cabello: combate la caspa, controla el sebo, alivia las picaduras de insectos, etc.

El truco de las hojas de laurel en la lavadora

Aunque parezca evidente, lo único que necesitas son unas hojas de laurel. Puedes meterlas en un saquito de tela o preparar una infusión con ellas, lo que te resulte más cómodo. Una vez lo tengas listo, introduce el laurel en el interior de la lavadora junto con la ropa. Una vez termine el ciclo de lavado, te sorprenderá lo perfumada y limpia que salen las prendas.

¡Cuidado con estos errores!

Además del truco de las hojas de laurel, si quieres que la ropa salga limpia de verdad de la lavadora, hay algunos errores que debes evitar a toda costa.

Existe la creencia generalizada de que la lavadora, al estar en contacto con agua y detergente, está limpia. Pero nada más lejos de la realidad. Tras cada lavado, es muy importante limpiar la goma de la puerta y dejar la puerta entreabierta para que no se cree moho por la humedad. Además, una o dos veces al mes es recomendable lavar el cajetín con vinagre blanco.

Por supuesto, siempre hay que revisar los bolsillos de la ropa ante de meterla a la lavadora. Y es que, hasta una simple moneda puede dañar el tambor u obstruir el filtro, así que es esencial tener cuidado.

La lavadora no hace milagros, así que si metes una prenda con una mancha, lo más probable cuando la saques es que siga ahí. Por lo tanto, debes tratarla antes con un producto específico.

Y, por último, echar demasiada cantidad de detergente o suavizante pensando que así la ropa va a quedar más limpia es un gran error. Demasiada cantidad puede estropear las fibras y dejar manchas en las prendas.