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Es como Maldivas pero está al lado de Zaragoza: la cala secreta con aguas cristalinas que merece la pena visitar

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Aunque muchas veces soñamos con playas exóticas de aguas turquesas al otro lado del mundo, la realidad es que no siempre hace falta viajar tan lejos para encontrar rincones de ensueño. A sólo unas horas en coche desde Zaragoza se encuentra un pequeño tesoro del litoral catalán que sorprende a todos los que lo descubren por primera vez: la Cala del Illot, (Tarragona).

Lejos del turismo de masas y de las grandes playas urbanizadas, este lugar ofrece una experiencia distinta: una escapada en contacto directo con la naturaleza, en un entorno virgen y prácticamente intacto. Si estás buscando un destino tranquilo, con aguas cristalinas, paisajes que cortan la respiración y una sensación de desconexión total, esta cala te va a enamorar. Puede que no lo sepas aún, pero el paraíso está más cerca de lo que imaginas.

Un rincón salvaje y escondido: así es la Cala del Illot

Situada en el término municipal de La Ametlla de Mar, en la provincia de Tarragona, la Cala del Illot forma parte del espacio protegido conocido como la zona natural de La Almadrava y Las Tres Calas, una región costera caracterizada por sus acantilados y pequeñas calas rodeadas de vegetación mediterránea.

Lo que hace especial a esta cala no es sólo su agua cristalina, que recuerda a las famosas playas de Maldivas, sino el contexto natural que la envuelve. Aquí no encontrarás chiringuitos, sombrillas ni aglomeraciones. Es una playa salvaje, virgen, de difícil acceso, lo que la mantiene a salvo del turismo masivo.

La Cala del Illot es bastante pequeña, y se esconde entre dos formaciones rocosas que la protegen del viento y de las corrientes marinas. Gracias a esto, sus aguas son tranquilas, perfectas para nadar, bucear o simplemente dejarse llevar por la sensación de estar en un rincón secreto. La transparencia del agua es tal que puedes ver el fondo incluso a varios metros de profundidad.

Cómo llegar

Llegar hasta la Cala del Illot no es complicado, pero sí requiere un poco de esfuerzo, lo que explica que siga siendo un lugar poco conocido. Se accede a pie desde el Camino de Ronda GR-92, una ruta de senderismo que recorre toda la costa catalana y que ofrece paisajes espectaculares. Desde La Ametlla de Mar, la caminata hasta la cala puede durar entre 30 y 45 minutos, dependiendo del ritmo, pero cada paso merece la pena.

Durante el recorrido, el mar Mediterráneo se convierte en tu compañero de viaje. Pasarás por pinares, miradores naturales y otras calas escondidas que invitan a detenerse, respirar hondo y disfrutar del entorno. No hay señalización específica que indique el camino a la Cala del Illot, lo que le da ese aire aún más exclusivo. Una vez llegas, la recompensa es inmediata: un rincón silencioso, donde sólo se escucha el mar y el canto de las aves.

Recomendaciones

Visitar la Cala del Illot es una experiencia única, pero para disfrutarla al máximo conviene ir bien preparado. Al tratarse de un entorno natural, no cuenta con servicios como bares, tiendas o aseos. Por eso, es fundamental llevar todo lo necesario desde casa. Agua suficiente para mantenerse hidratado, algo de comida ligera y protección solar (crema, sombrero o gorra, y gafas de sol) son imprescindibles, especialmente en los meses de verano.

Otro aspecto importante es el calzado. Aunque el acceso no es extremadamente complicado, sí es necesario caminar por senderos irregulares, con tierra, rocas y zonas algo empinadas. Unas buenas zapatillas de montaña harán que el trayecto sea mucho más cómodo y seguro.

También es fundamental respetar el entorno. La Cala del Illot es un espacio virgen y eso es parte de su encanto, así que es fundamental que se mantenga limpio. No está permitido encender fuego, y es importante no molestar a la fauna ni arrancar plantas. Por último, recuerda que en muchas zonas del camino no hay cobertura móvil.

Puede parecer exagerado comparar una cala española con los destinos paradisíacos del océano Índico, pero basta con poner un pie en la Cala del Illot para entender por qué muchos la asocian con lugares como Maldivas o Seychelles. La variedad de tonalidades en el agua, el mar en calma y la ausencia de construcciones hacen que este rincón mediterráneo tenga una esencia mágica y casi tropical.

Más que un simple paisaje bonito, es un lugar que se experimenta con cada sentido. El color vibrante del agua atrapa la vista; el murmullo constante de las olas transmite una paz reconfortante. A lo largo del sendero que conduce hasta allí, los aromas del bosque mediterráneo (romero, pino, tomillo) envuelven el ambiente, mientras el tacto de las piedras cálidas y la frescura del mar completan una sensación de conexión total con la naturaleza.

En un país tan visitado como España, resulta sorprendente encontrar lugares vírgenes y auténticos. La Cala del Illot es uno de esos secretos bien guardados. Y lo mejor: está mucho más cerca de lo que imaginas.