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La verdadera historia de la princesa de Éboli

Princesa de Éboli
La verdadera historia de la princesa de Éboli

Cuando hablamos de la princesa de Éboli, como se conoce a Doña Ana de la Cerda, una de las más atrapantes que tenemos en España. Probablemente hayas visto algún retrato de su figura, con ese llamativo parche sobre el ojo derecho y un aspecto atractivo y misterioso. Esta es la verdadera historia de la princesa de Éboli.

Doña Ana pasaría a la inmortalidad al verse envuelta en uno de los hechos más polémicos acontecidos durante el reinado de Felipe II. Hablamos del asesinato, en 1578, de Juan de Escobedo, un servidor cercano al hermanastro del rey Juan de Austria, del que fueron acusados tanto ella misma como Antonio Pérez. Pero este último corrió mejor suerte al poder huir a Francia antes de ser preso.

¿Qué pasó en aquellos días y qué fue de la princesa de Éboli?

Los expertos cuentan que el propio Felipe había autorizado el asesinato pero que poco tiempo después, arrepentido de ello, ordenó encarcelar tanto a Doña Ana como a Antonio Pérez, aunque sólo la primera de ellos sería presa hasta su muerte, a los 52 años.

Cuando aún era pequeña, practicaba la esgrima y así perdió un ojo. Cuando tenía 12 años, fue concertado su matrimonio con el príncipe de Éboli, un noble allegado al príncipe Felipe, más tarde Felipe II.

En 1558, Ana queda embarazada y da a luz a su primer hijo, Diego, que muere a los cinco años. Pero tiene nueve hijos más.

Su hijo Diego llega a ser marqués de Allenquer, duque de Francavilla y virrey de Portugal, su hijo Rodrigo hereda el ducado de Pastrana, su hija Ana contrae matrimonio con el duque de Medina Sidonia y su hijo Fernando se convierte en el arzobispo de Zaragoza.

Su marido fallece en 1573 y la princesa de Éboli, desconsolada, ingresa en el convento de las carmelitas de Santa Teresa de Jesús, pero la austeridad de esa vida pronto la aburre y vuelve a la Corte de Madrid.

¿Cómo se explicaba que una mujer aristócrata, de la realeza, sufriera semejante condena por parte del rey sin pruebas fundamentadas? Siempre según los expertos, la viuda de Ruy Gómez, príncipe de Éboli, mantenía una relación amorosa con el mismo Antonio Pérez.

Al enterarse de ello, y tras haberlos usado para deshacerse de Juan de Escobedo, Felipe habría decidido que lo mejor era castigarlos. Probablemente, las teorías que indican que el rey no era correspondido de Doña Ana.

¿Condenada por su linaje?

Otros afirman, mientras tanto, que el interés que suscitaba la princesa de Éboli no estaba tan relacionado con su belleza ni personalidad. Aseguran que se debía a su pertenencia al linaje nobiliario más rico e influyente en la Castilla de aquellos días, el de los Mendoza.

Tal vez por ello Doña Ana de la Cerda, muchas veces considerada la «mujer fatal» de la nobleza española hacia finales del siglo XVI, haya sufrido semejantes atropellos por parte del rey. Nunca quedarán del todo claras, las causas de su encanto ni de sus padecimientos.

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