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10 curiosidades de la Venus de Milo que te sorprenderán

Considerada uno de los iconos de la cultura clásica, la cuasi perfecta Venus de Milo es contemplada y admirada por todos aquellos que visitan el Museo del Louvre.

La ausencia de sus brazos, su increíble historia, su indefinido origen y otras particularidades que posee la estatua han despertado la curiosidad de quienes la contemplan y generado innumerable cantidad de interrogantes.

Presentamos a continuación las 10 curiosidades más destacadas sobre la Venus de Milo. Conozcamos mejor una de las esculturas más sorprendentes de la historia humana.

Curiosidades de la Venus de Milo

La Venus de Milo fue encontrada en la isla de Milo en el año 1820 por un campesino llamado Yórgos Dendrotás.

El explorador francés Jules Dumont D´Urville solicitó ayuda al embajador en Constantinopla, Marqués de Riviere, para obtenerla y exhibirla en el Museo del Louvre. Se la obsequió al rey Luis XVIII, quien la donó al museo.

La estatua de la Venus de Milo no es de una sola pieza. Está formada de varios bloques de mármol perfectamente ajustados.

En el lugar en donde fue hallada se encontraron fragmentos que al parecer correspondían a los brazos de la diosa.

La Venus de Milo portaba una diadema, una pulsera y pendientes. Estos nunca aparecieron, pero en la estatua están las marcas y los anclajes para ellos.

Debería considerársele una Afrodita y no una Venus. Probablemente sea una representación de Anfitrite, la diosa del mar, esposa de Poseidón y muy venerada en la isla de Milos.

En la Segunda Guerra Mundial y ante el temor de que fuera destruida o robada, fue escondida en el Chateau de Valençay. En este y en otros tantos castillos de la campiña francesa fueron escondidas muchas obras de arte del Museo del Louvre.

En el Museo del Louvre se colocó una réplica en yeso de la Venus y los invasores alemanes, durante los cuatro años que estuvieron en París, la admiraron como si fuera la auténtica.

La base de la estatua y los restos que formaban parte de sus brazos, se perdieron hace unos 200 años en su traslado a Francia. Alguna versión afirma que en la base aparecía una inscripción que le atribuye autoría a Alejandro de Antioquía.

Su altura supera los 2 metros. Es la representación de una mujer mucho más alta que el común de la población de esos tiempos.

Ya ves que todavía hoy, la Venus de Milo es muy admirada. Y es que es mucho lo que sabemos de ella, pero mucho más lo que todavía no conocemos.