Ya están en las playas españolas: lo que debes hacer si te encuentras salpas en el mar este verano


Este verano de 2025, las costas españolas han sido testigos de la aparición de columnas translúcidas visibles sobre las olas, lo que ha provocado tanto asombro como confusión entre los bañistas: las salpas. Al contrario de lo que muchas personas creen, no son medusas. En realidad, son invertebrados marinos que pertenecen al grupo de los tunicados, conocidos científicamente como Salpidae. Su cuerpo, a simple vista, parece un pequeño cilindro o barril que puede medir desde unos pocos milímetros hasta cerca de 10 centímetros de longitud.
Los avistamientos de salpas en las playas no son hechos aislados. En 2019 ya se registraron episodios similares, así como en 2021 y 2024. El patrón repetido está vinculado a las floraciones de fitoplancton, que algunas temporadas se multiplican por condiciones de nutrientes, temperatura y corrientes oceánicas. El verano de 2025 no es la excepción, y podríamos estar frente a un ciclo natural recurrente.
Salpas en las playas españolas
A diferencia de las medusas, las salpas carecen de tentáculos urticantes y no representan ningún tipo de peligro para las personas. Su piel está recubierta por una membrana llamada túnica, de la cual reciben su clasificación dentro del gran grupo de los tunicados. A menudo habitan en colonias u organizaciones en cadena (en ocasiones de varios metros de longitud) y tienen la capacidad de bombear agua a través de sus sifones para desplazarse y alimentarse.
La razón por la que han aparecido en grandes cantidades este verano radica en el fitoplancton. Cuando este organismo se reproduce en exceso, sus densas poblaciones ofrecen más alimento para especies filtradoras como las salpas. En años recientes, se han registrado episodios de floraciones de fitoplancton en las costas españolas, especialmente los años 2019, 2021, 2024 y ahora 2025.
Este fenómeno trae consigo un aumento en el número de estos organismos pequeños y transparentes, que junto a su forma de vida colonial, puede generar hileras sorprendentes a lo largo de varias decenas de metros mar adentro.
Características morfológicas y comportamiento
Las salpas tienen dos sifones, uno en cada extremo del cuerpo, que les permiten aspirar agua para desplazarse y filtrar su alimento: el fitoplancton. Este sistema hidráulico minimalista y efectivo les otorga movilidad sin la necesidad de apéndices como patas o tentáculos. Además, su cuerpo transparente deja ver el interior: a veces se observa un tono marrón o verdoso en su estómago, lo que indica que están consumiendo grandes cantidades de fitoplancton.
Esta transparencia, junto con su naturaleza blanda y gelatinosa, las hace extremadamente frágiles: prácticamente desaparecen al tocarlas. Esta delicadeza ha ayudado a que diferentes poblaciones las confundan con residuos plásticos o medusas. Pero, a diferencia de estas últimas, las salpas no pican ni presentan ningún tipo de defensa activa.
¿Deberíamos preocuparnos?
La respuesta corta es no. Las salpas son completamente inofensivas para las personas y no representan ningún riesgo para los bañistas. No pican, no liberan toxinas, y muchas veces se desintegran al tocarlas. De hecho, su presencia puede ser indicativa de una buena salud oceánica: muestra que hay abundante fitoplancton, lo que implica que el ecosistema está funcionando y que se están dando procesos naturales de producción primaria.
Además, estas criaturas realizan funciones ecológicas fundamentales: consumen fitoplancton, ayudan a regular su población, facilitan el secuestro de carbono y forman parte de la cadena trófica, sirviendo de alimento a peces más grandes y otros organismos marinos.
¿Qué hacer si las encuentras en la playa?
Si te encuentras con estas criaturas en la orilla, mantén la calma. Aunque su aspecto gelatinoso pueda parecer extraño, las salpas no representan ningún peligro. Son tan frágiles que, al tocarlas, suelen deshacerse, por lo que es mejor no pisarlas para evitar dañarlas y proteger el ecosistema marino.
Para reconocerlas, fíjate en su forma cilíndrica y completamente transparente. No tienen tentáculos ni forma de campana, como las medusas. Tienen dos pequeños orificios en los extremos (sifones), que usan para desplazarse. Además, su interior puede mostrar un tono marrón, indicador de que han estado alimentándose de fitoplancton. Suelen aparecer en largas cadenas flotantes.
Rol ecológico en los océanos
Las salpas desempeñan un papel esencial en el equilibrio del ecosistema marino, actuando como reguladoras del fitoplancton. Éste diminuto organismo vegetal, base de la cadena alimentaria oceánica, produce gran parte del oxígeno que respiramos. Sin embargo, cuando el fitoplancton prolifera en exceso, puede causar desequilibrios como la disminución de oxígeno en el agua (hipoxia) o alteraciones térmicas. Al alimentarse de él, las salpas evitan estas acumulaciones.
Además, las salpas son aliadas fundamentales en el ciclo del carbono. Tras ingerir fitoplancton, generan excrementos pesados que se hunden hasta el fondo marino, transportando dióxido de carbono y nutrientes a capas profundas. Este proceso, conocido como «lluvia de carbono» contribuye a reducir el CO₂ en la atmósfera y mitigar el cambio climático.
Por último, su valor en la cadena trófica es notable: sirven de alimento a peces, aves marinas y otros invertebrados. Su abundancia atrae fauna marina, fortaleciendo la biodiversidad y cerrando el ciclo de vida en los océanos.