Un nuevo estudio científico descubre por qué creemos que el tiempo pasa más rápido según envejecemos
Los científicos descubren una proteína capaz de rejuvenecer células
Un premio Nobel de química desvela los secretos para no envejecer
¿Qué opina la ciencia sobre el mito de envejecer “de golpe”?
Los expertos se quedan sin palabras por el descubrimiento sobre las Islas Canarias: nadie se imaginaba esto
Hallazgo inaudito: encuentran un animal que creían extinto desde hace 120 años y nadie puede creerlo

En nuestra infancia, un cumpleaños que duraba tres horas parecía eterno. Pero conforme a cuanto crecemos, tres horas parecen que se pasan volando. Y es que cuando parece que más estamos disfrutando, el tiempo pasa más rápido. Y aunque sea duro admitirlo, es así: la percepción del tiempo cambia con la edad.
Y esto no son casos particulares. A todos les pasa. Por estos motivos, un reciente estudio profundizó en las razones de este fenómeno, analizando factores neurocientíficos, psicológicos y matemáticos. Estas explicaciones podrían arrojar luz sobre uno de los misterios cotidianos de la mente humana.
¿Por qué creemos que el tiempo pasa más rápido, según estudios científicos?
El tiempo pasa más rápido a medida que se envejece, pero esta sensación no se debe a un cambio real en su velocidad, sino a la manera en que el cerebro lo procesa. A diferencia de otros sentidos, la percepción temporal no cuenta con un órgano específico que la regule. En su lugar, el cerebro emplea distintos mecanismos para medir la duración de los eventos.
Uno de estos mecanismos está relacionado con la dopamina, un neurotransmisor clave en la regulación de procesos cognitivos, incluido el tiempo. A medida que pasan los años, los niveles de dopamina disminuyen, afectando la capacidad de estimar intervalos temporales.
Esto lleva a que las personas mayores tiendan a percibir los eventos como más breves de lo que realmente son.
Otros motivos para creer que el tiempo pasa más rápido según envejecemos
Otra razón que explica por qué el tiempo pasa más rápido con la edad es la cantidad de experiencias novedosas almacenadas en la memoria. Durante la infancia y la juventud, cada día está marcado por aprendizajes, descubrimientos y cambios significativos.
La primera vez que se viaja a un lugar, se aprende una habilidad o se vive una experiencia distinta, el cerebro registra más detalles, generando la sensación de un tiempo más extenso.
En contraste, la adultez suele estar caracterizada por rutinas repetitivas. Cuando los días transcurren de manera similar, el cerebro almacena menos información, haciendo que, al mirar atrás, los años parezcan haber pasado en un instante. Estudios han demostrado que los adultos mayores reportan una aceleración percibida del tiempo en comparación con los jóvenes.
La teoría de la proporción de vida, según la matemática
Desde una perspectiva matemática, el fenómeno también puede explicarse con la teoría de la proporción de vida. Según esta hipótesis, la velocidad percibida del tiempo es proporcional a la cantidad de vida que se ha vivido.
Para un niño de cinco años, un año representa el 20 % de su existencia. Para una persona de 50 años, ese mismo periodo equivale apenas al 2 %.
Esta relación hace que cada nueva unidad de tiempo sea percibida como más breve en comparación con la totalidad de la vida experimentada. En otras palabras, cuanto mayor es una persona, menor impacto tiene cada año en su percepción global del tiempo, lo que contribuye a la sensación de aceleración.
¿Se puede frenar la sensación de que el tiempo pasa más rápido?
Si la percepción del tiempo está influenciada por la novedad de las experiencias, la memoria y la neuroquímica, existen estrategias para ralentizarla:
- Incorporar cambios en la rutina: viajar, aprender nuevas habilidades o explorar actividades distintas, introduce variedad en la vida cotidiana, creando más referencias temporales en la memoria.
- Practicar la atención plena: estudios sugieren que quienes prestan atención activa a cada momento registran más detalles, lo que podría hacer que el tiempo se perciba con mayor amplitud.
- Fomentar la interacción social: la participación en actividades sociales y el mantenimiento de relaciones interpersonales pueden influir en la manera en que se experimenta el tiempo.
¿Quiénes estudian la percepción del tiempo?
Los estudios sobre la percepción del tiempo han sido abordados por diversos investigadores en los últimos años, quienes han analizado cómo el envejecimiento cognitivo afecta nuestra capacidad para medir y experimentar el paso del tiempo.
Entre los más relevantes se encuentra el trabajo de Turgeon, Lustig y Meck (2016), quienes exploran el rol de la optimización bayesiana y la degeneración neuronal en este proceso. De forma similar, Löckenhoff (2011) profundiza en la relación entre la edad y la toma de decisiones, destacando cómo los cambios en la velocidad de procesamiento impactan nuestras percepciones.
Además, investigaciones de Monteiro et al. (2016) y Bejan (2019) analizan cómo la percepción temporal se ve alterada con la edad, mientras que el enfoque psicofisiológico de Squillace Louhau, Platon y Vinacur (2020) aporta una visión más experimental de este fenómeno.