Psicología

No eres rara, eres más inteligente que la media y lo dicen los psicólogos: los rasgos que lo confirman

Inteligencia
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La inteligencia no siempre se refleja en calificaciones o los títulos académicos. «​​El concepto de inteligencia está directamente relacionado con nuestra capacidad intelectual, así como nuestras habilidades para el razonamiento verbal, espacial y numérico. Sin embargo, esta definición, pese a verse reflejada con frecuencia en el desempeño académico de los individuos, deja de lado aspectos como el manejo de las emociones y las relaciones sociales, las cuales también juegan un papel importante en la forma en que los seres humanos resolvemos problemas», detalla la Universidad Eafit.

En este contexto, la inteligencia puede manifestarse en rasgos de personalidad y hábitos diarios que, a simple vista, pueden parecer extraños o poco convencionales. La psicología y diversas investigaciones científicas han identificado una serie de características que suelen asociarse con las personas más inteligentes.

¿Eres más inteligente que la media?

Howard Gardner propuso la teoría de las inteligencias múltiples, que sostiene que la inteligencia consiste en varias inteligencias independientes, incluyendo, entre otras, la lingüística-verbal, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal e interpersonal.

La soledad no siempre es señal de timidez. Según un estudio publicado en el British Journal of Psychology, las personas más inteligente aprecian y aprovechan los momentos de reflexión en solitario. Desde la perspectiva de la psicología evolutiva, la inteligencia se desarrolló para afrontar desafíos sin depender de la ayuda externa. Por ello, quienes pueden pensar, analizar y crear soluciones por sí mismos tienen una inteligencia superior a la media.

Por otro lado, como decía Bill Gates, las personas «perezosas» suelen encontrar formas más creativas de resolver problemas. Estudios publicados en el Journal of Health Psychology y Psychological Science respaldan esta idea: aquellos que evitan esfuerzos innecesarios tienden a optimizar recursos y diseñar métodos más eficientes. Lejos de ser un defecto, la pereza se interpreta como capacidad de innovación y pensamiento estratégico.

La creatividad está estrechamente ligada con la inteligencia. Estudios recientes indican que las personas inteligentes pueden encontrar múltiples soluciones para un mismo problema. Por ello, los rasgos que muchos consideran «raros» en realidad son señales de un pensamiento profundo y divergente.

La empatía, entendida como la capacidad de comprender las emociones de los demás, es uno de los principales componentes de la inteligencia emocional. Investigaciones en psicología demuestran que las personas empáticas tiene una mente flexible, abierta y curiosa. El aperturismo mental, es decir, la disposición a aceptar nuevas ideas y perspectivas, se vincula directamente con la creatividad y la imaginación, reforzando la relación entre empatía e inteligencia. Según estudios publicados en la revista Neuron, la curiosidad activa el cerebro  para aprender y retener información.

El Dr. Matthias Gruber explica que la curiosidad actúa como un vórtice cognitivo, absorbiendo información relevante y favoreciendo la memoria a largo plazo. Las personas que hacen preguntas constantemente, buscan entender el mundo y exploran nuevas ideas tienden a tener una capacidad de aprendizaje superior y una inteligencia más aguda.

La adaptabilidad, también conocida como resiliencia, es una señal inequívoca de inteligencia. Stephen Hawking afirmaba que “el logro de adaptarnos al cambio no es más que inteligencia”. La capacidad de enfrentarse a desafíos, superar obstáculos y reajustar estrategias refleja habilidades cognitivas y emocionales avanzadas.

Otro de los aspectos que definen la inteligencia es la capacidad de recordar información relevante. La memoria actúa como una herramienta que permite aplicar conocimientos previos a situaciones nuevas, resolver problemas y planificar estrategias. Quienes tienen buena memoria fuerte pueden analizar problemas de manera más eficiente, reconocer patrones y anticipar resultados, aspectos fundamentales de la inteligencia aplicada.

Además de los rasgos mencionados, la investigación identifica otros comportamientos asociados con la inteligencia, entre ellos:

  • Disfrutar de la lectura y la reflexión profunda, que estimula la comprensión y el pensamiento crítico.
  • Tener un sentido del humor desarrollado, que requiere rapidez mental y creatividad.
  • Valorar la calidad sobre la cantidad en relaciones y experiencias, demostrando pensamiento estratégico y selectivo.
  • Buscar constantemente nuevos desafíos, lo que fomenta el aprendizaje continuo y la innovación.

Finalmente, cabe señalar que un estudio publicado en Nature Communications, liderado por el profesor Nikolay V. Kikishkin de la Universidad de Nueva York, indica que otras células del cuerpo, fuera del cerebro, también pueden participar en el proceso de la memoria. El estudio se centró en la respuesta de células del tejido nervioso y renal a ciertos estímulos químicos, y los investigadores observaron que estas células activaban proteínas específicas que generaban un «brillo», señalando que podían recordar estímulos recibidos.

A pesar de estos hallazgos, el cerebro sigue siendo el órgano central del procesamiento de recuerdos, con el hipocampo como pieza fundamental. La investigación futura se centrará en comprender cómo interactúan las células del cuerpo con el cerebro y cómo aprovechar este conocimiento para terapias personalizadas. La ciencia apenas comienza a desvelar los secretos de la memoria más allá del cerebro, y lo que se avecina promete revolucionar tanto la neurociencia como la medicina.

 

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