Bebés
Cuidados del bebé

El gesto que utilizas para enseñar a tu bebé a caminar que pone los pelos de punta a los expertos

Los expertos alertan del método de enseñar a caminar al bebé cogiéndole de las manos

Cómo ayudar al bebé a caminar: soluciones efectivas

10 ejercicios para ayudar al niño a caminar

Cuando un bebé empieza a ponerse de pie y a dar sus primeros pasos, es difícil resistirse a la tentación de ayudarle. Muchos padres y madres, emocionados por acompañar ese momento tan especial, extienden las manos y sujetan a sus pequeños para enseñarles a caminar. Es algo que todos como padres, hemos vivido, mientras el bebé avanza con pasos torpes, los vamos llevando agarrado de sus manos. Pero, aunque el gesto nace del cariño y está cargado de buena intención, los especialistas alertan de que puede ser más perjudicial de lo que pensamos.

De este modo, lo que a simple vista parece una ayuda inocente, podría estar interfiriendo en el desarrollo natural del bebé. Podólogos y pediatras están empezando a alertar  para concienciar sobre las consecuencias que puede tener este hábito tan extendido. Sostener a los niños de las manos mientras caminan no sólo no les ayuda, sino que podría provocarles problemas en los pies, en la espalda e incluso alterar su manera de caminar en el futuro. La razón tiene que ver con cómo funciona su cuerpo en esa etapa tan delicada.

El aprendizaje de la marcha es un proceso fisiológico y espontáneo que forma parte del desarrollo psicomotor del bebé. Nadie les enseña a girarse o a gatear, y del mismo modo, nadie debería enseñarlesa caminar. En lugar de acelerar el proceso, lo ideal es acompañarlo con paciencia y confianza, de modo que es importante saber qué dicen los expertos y qué aconsejan para que podamos ayudar al bebé realmente.

¿Cuándo empieza realmente a caminar el bebé?

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la mayoría de los bebés comienza a mantenerse de pie con apoyo alrededor del primer año de vida. Algunos lo hacen un poco antes, otros más tarde, y todo ello entra dentro de lo normal. En esta etapa, lo que necesitan no es que les guiemos con las manos, sino un entorno seguro para explorar, tiempo y libertad de movimiento.

Forzar la marcha sujetándoles de los brazos o las manos, puede parecer que les da seguridad, pero en realidad interfiere con el desarrollo de su equilibrio y coordinación. Caminar requiere más que mover los pies: implica una compleja conexión entre músculos, articulaciones, sistema nervioso y percepción del espacio. Cada vez que un bebé se esfuerza por levantarse, tambalea y vuelve a intentarlo, está entrenando todo eso. Si lo sostenemos por las manos, privamos a su cuerpo de esa oportunidad.

El gesto que preocupa a los expertos

Neus Moya, podóloga infantil con una gran presencia en redes sociales, ha sido una de las voces más firmes en alertar sobre este tema. En uno de sus vídeos más virales, explica de forma clara por qué no es recomendable coger a un bebé de las manos para enseñarle a caminar. Este gesto, asegura, altera la forma en la que el niño distribuye el peso sobre sus pies, y puede llevarle a desarrollar patrones de marcha inadecuados, como caminar de puntillas o mantener una postura forzada.

Además, el cuerpo del bebé aún no está preparado para sostenerse erguido durante mucho tiempo si no lo ha conseguido por sí mismo. Forzar esa postura puede tener consecuencias a largo plazo en la salud de los pies, las piernas y la espalda. Los músculos que necesitan fortalecerse para caminar lo hacen con el tiempo y la repetición de movimientos naturales, no con una ayuda externa que no controlan.

Caminar es un proceso que debe ser autónomo

Por otro lado, la pediatra Mar López también coincide en que el desarrollo motor del bebé debe producirse de forma autónoma. Igual que nadie les enseña a darse la vuelta o a sentarse, tampoco deberíamos enseñarles a caminar sujetándoles de las manos. Según esta especialista, cada etapa del desarrollo prepara al cuerpo para la siguiente, y saltarse pasos puede generar desajustes.

Coger al bebé por los brazos con frecuencia puede provocar alteraciones físicas que van más allá de la marcha: sobrecargas musculares, mala alineación postural, o una dependencia del adulto para moverse. En lugar de fomentar la confianza y la independencia, se genera una expectativa de que solo podrá caminar si alguien lo sostiene, lo que puede retrasar aún más el proceso natural.

¿Y qué pasa con los andadores y correpasillos?

En muchos hogares, además de la ayuda manual, aparecen también los llamados andadores, taca-tacas o correpasillos, con la intención de facilitar la marcha del bebé. Sin embargo, ambas expertas son claras: estos dispositivos no son recomendables. Al contrario de lo que se piensa, no ayudan al bebé a caminar, sino que modifican su centro de gravedad y pueden crear una falsa sensación de equilibrio.

Cuando un niño se apoya en un andador, no aprende a controlar su peso corporal ni a fortalecer los músculos implicados en la marcha. Además, aumentan el riesgo de caídas y accidentes domésticos, ya que permiten moverse a velocidades para las que su cuerpo no está preparado. Lo que parece un juego divertido, puede convertirse en un obstáculo para un desarrollo motor saludable.

@marlopez_pediatra ¿Sabías esto? 🤔 ‼️ Vemos muchas veces a bebés andar de la mano de sus familiares, pensando que así estimulan su marcha y que caminará antes pero esto no se recomienda #aprendercaminarbebe #bebecamina #trucobolsabebe #trucobolsacaminar #trucosvirales #marlopezpediatra ♬ I Can Feel It v3 – Nick Sena and Danny Echevarria

Cómo acompañar el proceso de caminar de forma respetuosa

La mejor forma de ayudar a un bebé a caminar es, paradójicamente, no ayudarle en el sentido tradicional. Lo más beneficioso que podemos hacer es ofrecerle un entorno seguro y libre de obstáculos, donde pueda explorar a su ritmo. Dejar que se mueva por el suelo, que gatee, se levante, se caiga y lo vuelva a intentar. Observar sin intervenir demasiado, solo acompañando con presencia, confianza y cariño.

También es importante respetar los tiempos individuales. Algunos niños empiezan a caminar a los 10 meses, otros a los 16, y ambos extremos son completamente normales.