La criptorquidia en los bebés varones
Diversas son las enfermedades y patologías que pueden tener los bebés desde que nacen. Precisamente una de esas es la conocida como criptorquidia, que sólo afecta a los que son varones y que requerirá, en los casos más graves, la necesidad de una intervención quirúrgica.
¿Quieres conocer en qué consiste? Sigue leyendo.
¿Qué es?
Lo primero que tenemos que exponer es que se trata de una anomalía de tipo congénito que lo que hace es evitar que los testículos del bebé puedan descender hasta la bolsa escrotal.
En los bebés prematuros es donde suele aparecer de manera más frecuente ese citado trastorno, ya que está asociado a lo que es un problema durante el desarrollo. No obstante, en otras ocasiones la causante del mismo viene a ser un defecto en lo que es el escroto que tiene su origen en una complicación hormonal.
Síntomas
En un 3% aproximadamente de los varones que nacen se produce la criptorquidia, que afecta de manera general al testículo izquierdo y que se manifiesta a través de síntomas tales como estos:
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Uno de los testículos o incluso los dos no se pueden palpar en lo que es la mencionada ya bolsa escrotal. Esta es la principal señal de que el niño presenta esa anomalía de tipo congénito.
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También puede manifestarse mediante dolores en la zona genital e incluso a través de una sensación de pesadez en la misma.
No obstante, hay que tener en cuenta que, a largo plazo, este trastorno puede traer consigo graves consecuencias a quienes lo padecen. En concreto, según los estudios realizados al respecto hasta el momento, es habitual que esos varones tengan que hacerle frente a situaciones como estas:
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Cáncer testicular.
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Baja tasa de fecundidad.
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Esterilidad.
¿Cómo se diagnostica?
Los padres que tengan sospechas o certezas absolutas de que su pequeño tiene criptorquidia lo que deben hacer es acudir directamente al médico, para que pueda explorar al bebé y establecer un diagnóstico firme. En concreto, para poder determinar el trastorno deberá realizarle distintas pruebas, entre las que se encuentran estas:
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Exploración testicular.
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Pruebas complementarias como pueden ser una resonancia magnética o una ecografía, en los casos en los que sea imposible palpar o localizar uno o los dos testículos.
¿Cuál es el tratamiento?
Una vez que el doctor ha diagnosticado la anomalía, establecerá un tratamiento que se basará en estos pilares:
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Entre los 6 y 12 meses de vida, suele ocurrir que el testículo afectado desciende por sí solo, sin necesidad de llevar a cabo ningún tipo de acción médica.
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No obstante, si pasado el año, el bebé sigue en la misma situación será necesario someterlo a una intervención quirúrgica. En concreto, esta debe realizarse antes de que el pequeño tenga cumplidos los 18 meses y consistirá en fijar el mencionado órgano a lo que es el escroto.
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Los niños que tengan un testículo retráctil, que baja a la bolsa escrotal pero que inmediatamente vuelve a subir, no podrán ser intervenidos hasta la pubertad.