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Psicología

Cómo escuchar a los niños: Diez consejos para hacerlo bien

Aprender a escuchar a nuestro entorno, ponernos en el lugar de los niños o estar a su altura mientras nos hablan son algunas de las claves para saber cómo escuchar a los niños.

Escuchar a alguien supone parar de lo que estemos haciendo y prestar atención a lo que esa persona nos quiere decir. En el caso de los niños debemos hacer lo mismo aunque muchas veces fallamos y no les atendemos con la suficiente atención. Conozcamos a continuación algunas pautas que os servirán para escuchar a los niños de manera correcta.

Cómo escuchar a los niños: Diez consejos para hacerlo bien

Puede que nuestras ajetreadas vidas o nuestros propios problemas, no nos dejen tiempo de atender a los niños cuando nos hablan. De hecho muchas veces los niños se concentran en pedir cosas y si son pequeños, en preguntar por todo, de modo que puede darse el caso que ni siquiera escuchamos lo que no están diciendo. Pero como le ocurre a cualquier otra persona, el niño o niña que se siente escuchado y además sin ser juzgado, será un niño lleno de alegría, confiado y además con mucha autoestima.

Veamos entonces cómo escuchar a los niños, con consejos que nos permitirán hacerlo bien y como se merecen.

1. Escucha atentamente a tu pareja y a quienes te rodean

Los niños aprenden principalmente por imitación. Busca momentos con tu pareja para comentar el día y siempre pregúntale cómo ha ido; De esta manera, demuestras concretamente a los niños que los padres se preocupan por los demás y que es importante escuchar con atención a los que amas.

2. Ponte físicamente a su altura

Cuando tu pequeño tenga algo que decirte, siéntate o arrodíllate para que esté a la altura de él y puedas mirarlo directamente a los ojos. De esta manera, los niños comprenden que tiene realmente interés en comunicarte con ellos y estás listo para aceptar sus palabras. Nunca muestres impaciencia o prisa.

3. Cuando tengas que decirle algo apunta a sus oídos

El término «escuchar» para un niño es algo abstracto; si le dices que tiene que escucharte con atención, no entenderá lo que significa. Por tanto, es fundamental devolver el concepto abstracto a algo práctico, señalarle los oídos y decirle: «Bueno, ahora tus oídos deben estar quietos y prestar atención a mis palabras». La referencia a una parte específica de su cuerpo le ayudará a comprender lo que significa «escuchar». Cuando sea él el que quiera decirte algo seguramente te hará lo mismo, de modo que debes hacerle caso.

4. No anticipes lo que tienen que decirte

Evita interrumpir a los niños cuando hablan o anticiparse a ellos porque creas que puedes adivinar lo que quieren decir. Espera a que encuentren las palabras por sí mismos y terminen el discurso.

Los niños a menudo tropiezan, luchan por encontrar las palabras, se detienen en detalles inútiles: esta es su forma de comunicarse y debe ser acogida y respetada.

5. Valora sus historias incluso si te parecen triviales

Si tu hijo te está contando lo que comió en la escuela y te parece trivial y poco interesante, debes parar un momento. Piensa que todo lo que te diga, incluso si te aburre, es de gran importancia para él. Empatiza con él y valora su historia. Hazle preguntas, asiente con la cabeza y sonríe.

Los niños necesitan una escucha activa como confirmación de su atención.

6. Evita interrumpir su juego

Los niños no siempre están disponibles para escuchar. Por ejemplo, cuando están inmersos en un juego se encuentran en una especie de burbuja temporal mágica que no permite intrusiones. Así que evita interrumpir esta actividad para comunicar algo, a menos que sea algo urgente. De este modo conseguirás que cuando los niños vean que estás haciendo algo importante, esperarán a que acabes antes de ponerse a hablar.

7. Tómate un tiempo para escuchar a tu hijo todos los días

Diez minutos en los que contar el día o jugar con ellos sin distracciones.

8.Nunca respondas casualmente

Si está en una actividad que no puedes interrumpir y tu hijo quiere decirte algo, evita responder de manera brusca para que no te hable. En su lugar, díle que tan pronto como hayas terminado de lavar los platos, preparar la cena o vestirte, con escucharás lo que tiene que decir con ganas.

9. Ponte en su lugar

Escuchar a un niño significa intentar ponerse en su lugar y comprender la razón de su comportamiento. Sin embargo, escuchar no significa ceder, abdicar del papel de educadores, sino aceptar que se tiene una necesidad y un deseo. Entonces, si quiere algo que no puede tener, demuéstrale que entiendes su punto de vista, pero que lo amas tanto que no puedes darle lo que pide, por ejemplo, puedes decirle: «Cariño, entiendo que te gustaría ver más la tele. Pero es hora de irse a la cama, tu cama nos está esperando. Mañana verás la televisión».

10. Escúchalos y tranquilízalos incluso cuando no los entiendas.

Puede suceder que un niño te llame la atención gimiendo o pareciendo «aburrido»: lo hace porque probablemente tenga alguna incomodidad que quizás él mismo no sea capaz de codificar. Por lo tanto, necesita que mamá y papá escuchen su confusión interior y se hagan cargo de ella para liberarlo de una carga que es demasiado pesada para su edad.

Entonces, incluso si en ese momento no comprendes completamente a tu hijo, tranquilízalo de todos modos, diciéndole que comprendes su estado mental y que estás allí para él.