Miastenia gravis y el embarazo

miastenia gravis

Tener un hijo es algo que desean muchas mujeres en este momento. No obstante, no todas lo van a poder conseguir de manera rápida y sin complicaciones. Hay algunas que, por unos u otros motivos, tendrán que hacerle frente a ciertos obstáculos para lograr el embarazo o para que este transcurra con normalidad. Entre esos se encuentra lo que se conoce como miastenia gravis (MG).

¿Quieres saber qué es y cómo puede afectar a tu deseo de ser madre? Te lo contamos todo a continuación.

¿Qué es la miastenia gravis?

La miastenia gravis es un trastorno de tipo neuromuscular que afecta a los músculos que se encargan de nuestro movimiento, ya sean los de las piernas o los de los brazos, por ejemplo.

Síntomas de la mistenia gravis

miastenia gravis
Este tipo de trastorno se caracteriza por la debilidad muscular.

De la misma manera, es importante conocer que no se ha conseguido aún conocer qué causa concreta hay detrás de este trastorno. No obstante, parece ser que podría estar en relación a la glándula que responde al nombre de timo, que se encuentra situada debajo de lo que es el esternón.

Lo que sí se tiene claro acerca del mismo, que es crónico, es el conjunto de síntomas que lo identifican. Entre estos, que pueden ser leves o graves según cada paciente, destacan los siguientes:

  • La persona que lo padece tiene una clara fatiga y cansancio, a nivel muscular. Es decir, presenta debilidad en las extremidades fundamentalmente.
  • Pueden existir dificultades para tragar con normalidad e incluso para hablar.
  • Cabe la posibilidad de que el individuo sufra doble visión.
  • Puede manifestarse a través de lo que es una caída de los párpados.

Falta de aire, babeo de forma frecuente, debilidad de los músculos faciales, dificultad para levantarse o moverse por escaleras e incluso debilidad en el cuello son otros de los síntomas que se identifican con este trastorno.

¿Son compatibles la miastenia gravis y embarazo?

Como hemos mencionado, esta patología que nos ocupa, que no es ni hereditaria ni contagiosa, puede traer consigo dificultades para quedarse en estado. No obstante, eso no significa que las mujeres que lo sufren no puedan tener hijos, todo lo contrario.

Lo que sí es cierto es que si se sufre este trastorno es imprescindible comunicar al médico que se desea un embarazo. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, es la manera de que pueda cambiar la medicación que está tomando la paciente por una que no pueda generar ciertos riesgos en la gestación. Nos referimos a peligros no solo para la madre sino también para su hijo.

Así, por ejemplo, se establece que mientras que los estimulantes musculares anticolinesterasa no entrañan problemas para la gestación, hay otros como los corticosteroides sí pueden generar dificultades. Por eso, la importancia de ponerse en manos de un doctor que pueda establecer el tratamiento adecuado para la MG, que en la actualidad no tiene cura.

De la misma manera, no hay que olvidar que se aconseja a las mujeres que afrontan esta patología que esperen unos dos años, desde que aparecieron los síntomas, para intentar quedarse en estado. Sí, porque en ese periodo de tiempo de 24 meses se considera que las consecuencias de la MG son más graves.

¿Qué riesgos entraña para el embarazo?

miastenia grave

Además de todo lo expuesto, hay que saber que durante el periodo de los nueve meses se corren ciertos riesgos si la mujer padece ese trastorno. En concreto, entre los más significativos están los siguientes:

  • Tanto en el primer trimestre como en el parto se corre el peligro de que la fémina pueda sufrir un cuadro más severo de su enfermedad.
  • Una ruptura prematura de las membranas, que trae consigo que el parto se produzca antes de lo previsto.
  • Puede suceder también que la mujer tenga cuadros durante los nueve meses en los que le resulte complicado respirar con normalidad.
  • Se incrementan las posibilidades de que el trastorno traspase la placenta y pueda llegar al bebé. Este, durante las tres primeras semanas de vida, se enfrentaría a una notable debilidad muscular así como a problemas para succionar o respirar. No obstante, luego esos síntomas desaparecerían por sí solos.
  • También aumenta el peligro de que el parto sea de tipo instrumental, necesitándose el empleo de recursos tales como los temidos fórceps.
  • No hay que olvidar tampoco que tras el alumbramiento es muy habitual que las mujeres con miastenia gravis sufran un empeoramiento temporal de la misma.

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