EL CUADERNO DE PEDRO PAN

El teatro en Baleares necesita de la colaboración público-privada

El 18 de marzo tuvo lugar en el Teatre Principal de Palma la entrega de los Premios ATAPIB 2022

El Teatre Principal de Palma se apunta a la función única

teatro baleares
El Teatre Principal de Palma albergó la entrega de los Premios ATAPIB 2022.

El 18 de marzo tuvo lugar en el Teatre Principal de Palma la entrega de los Premios ATAPIB 2022. ¿Qué es ATAPIB? Pues, las siglas que identifican la asociación de teatros y auditorios de titularidad pública de Baleares. No es casual que la ceremonia tuviese lugar allí, porque era de las últimas incorporaciones a la asociación, además de Sa Congregació de Sa Pobla y el Teatre Principal de Maó. Hoy son nueve los municipios de las Islas que coordinan actividades siendo condición necesaria mantener un nivel de actividad regular en cuanto a gestión, programación y proyectos.

En cualquier caso, solamente son nueve, de los 67 municipios de Baleares. Cierto es que no todos ellos cuentan con infraestructura pública relacionada con las artes escénicas a pesar del boom que se produce a partir de los años 90 del siglo pasado, apareciendo teatros y auditorios por todas partes. Muy criticado por cierto y la situación de ATAPIB a fecha de hoy viene a dar la razón a quienes consideraban un disparate la iniciativa, además de incurrir presuntamente en competencia desleal con la iniciativa privada.

También es cierto que cabe considerar ATAPIB como el primer paso para racionalizar tanta infraestructura pública y observando el recorrido de las distintas ediciones de los Premios parece claro que el teatro necesita de la colaboración público-privada. Solamente falta encontrar la manera para ir minimizando el impacto de la competencia desleal, que la sigue habiendo.

Hagamos inventario: la asociación reúne los espacios de titularidad pública en Alcúdia, Artà, Calvià, Capdepera, Lloseta, Sant Llorenç, además de los tres de reciente incorporación. Fijándonos solamente en Palma resulta que no están contemplados los teatros municipales. ¿En la capital, no hay una actividad continuada en espacios públicos o es que va por libre? Porque el Teatre Sans, el galardonado Teatre del Mar y el Auditórium de Palma, los tres son de titularidad privada y sí tienen actividad continuada.

Es cierto que tampoco están en ATAPIB el Teatre y Auditori de Manacor, lo mismo cabe decir del Teatre Principal d’Inca, aunque no tengo la menor duda de que acabarán incorporándose a la ATAPIB, que parece ir pasito a paso, como lo demuestra el hecho de llevar casi 17 años en el tajo.

Del palmarés, necesito destacar el concedido a los 30 años de la trayectoria del Teatre del Mar. ¿Es normal que ATAPIB fuera a fijarse en un teatro de titularidad privada? Desde luego no es casualidad, porque la fórmula de los teatros públicos no difiere del formato que caracteriza a los independientes. Ellos, los independientes, fueron pioneros y mientras los teatros públicos al menos los de cierta envergadura no contemplen crear compañías estables, y tanto vale de teatro como de danza, siempre los teatros públicos necesitarán del auxilio y la colaboración de las compañías independientes.

Carles Molinet de Iguana Teatre, al recoger el premio a la trayectoria de 30 años del Teatre del Mar, sede no lo olvidemos de esta compañía indie, fue muy gráfico en la descripción de aquellos no tan lejanos momentos: «En el año 1993, Palma solamente contaba con el Auditórium y el Teatre Principal y el resto eran representaciones en verano sobre tarimas en el conjunto de la isla». Recordemos, porque conviene hacerlo, que el Teatre Principal no dejaba de ser en aquellos momentos una suerte de endogamia, de manera que la relevante actividad teatral se sostenía por iniciativa privada.

Han tenido que pasar tres décadas, o casi, para que algunos municipios se hayan puesto las pilas. El lado positivo es que hay indicios de un cambio de actitud comprometido con la agenda cultural estable.

Pero no podemos olvidar que a fecha de hoy solamente nueve municipios del archipiélago están haciendo los deberes, sin presencia alguna de Ibiza y lo mismo cabe decir de Menorca si exceptuamos el Principal de Maó. Solamente un sólido entendimiento público-privado en materia de las artes escénicas contribuirá a hacer de Palma capital cultural del Mediterráneo.

Así, de memoria, cito RESIB. Siglas que, tengo entendido, se refieren a los centros de creación de Baleares que reivindican pasar del 0,4% al 2% en lo referido al presupuesto de cultura. El 0,4 alude a lo que el Govern dedica de su presupuesto a cultura y el 2% a la recomendación de la Unión Europea.

Hablamos de 27,4 millones de euros útiles, frente a 140 millones, caso de aplicarse la recomendación comunitaria. Estamos, por tanto, ante un déficit de carácter mayúsculo puesto que debería multiplicarse por 6 lo que aporta la administración pública a políticas culturales. Es evidente que lo referido a las artes escénicas solamente puede suponer un capítulo más, pero dando por hecho asumir este reto, con sólo dedicarle los 27,4 millones que ahora se dedican al global, aún quedarían libres de designación 112,5 millones, una partida suficientemente holgada para atender otras prioridades.

Tuve la curiosidad de observar a los protagonistas de las artes escénicas en su celebración de los Premios ATAPIB y, viendo su enorme potencial, me pregunto qué pasaría si se multiplicase por seis el presupuesto manteniendo la enriquecedora simbiosis de compañías privadas y espacios públicos.

Voy a soñar despierto. Visualizo un Festival de Artes Escénicas que pueda equipararse al Edimburgh Fringe, donde la música, la escena y también la literatura, señorean por un espacio de tiempo en un territorio consagrado a la celebración de la cultura y donde conviven iniciativa privada y la acción pública liderando acciones distribuidas por el conjunto del archipiélago, y contando con Palma como su emblema, y Baleares su razón de ser.

No ocurrirá, pero me lo pasé bien el 18 de marzo en el Teatre Principal.

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