LA BUENA SOCIEDAD

José Redondo, un inconformista cuya naturaleza es escribir

josé redondo lópez

Hoy les hablaré de otro de mis amigos con vida apasionante, para que luego digan que la vida es aburrida. José Redondo López no disimula quién es, al contrario, lo pone en valor en cada gesto, en cada palabra, en cada lucha. De padres andaluces, trabajadores de hostelería, como tantos que emigraron con el boom turístico de los 70, que trajo a la isla lo mejor de cada tierra. Hoy no sé si es igual, pero entonces la gente venía a trabajar y la mayoría ha encontrado un futuro para los suyos. Sin cutreces, dando lo mejor de sí.

Desde niño, José ha vivido entre historias increíbles y con sus dos hermanas mayores que obviamente le cuidaban como el tesoro de la familia. Hoy hablaremos mucho de familia y de respeto. Con sólo 11 años, escribió sus primeras novelas, archivadas en disquetes que aún guarda. Unas novelas que nunca llegó a terminar, pero que tenían un propósito, ser un recordatorio tangible de su evolución como escritor y de su perseverancia en un camino que nunca ha dejado de recorrer.

Pasó su infancia y adolescencia en Mallorca, junto a su familia, donde era un niño más de un entorno trabajador y honesto. Curioso, jugaba al fútbol en su barrio, pero se escondía para leer novelas de aventuras o históricas en su cuarto, como si el hecho de leer fuera un acto vergonzoso. Siempre ha tenido una relación buena con la familia, han sido comprensivos y le enseñaron que la educación, el respeto y la tolerancia a veces no tienen que ver con el nivel de estudios de una persona, sino con la persona misma. José se siente orgulloso de todo lo que aprendió de ellos, pero aun así siempre ha sido el diferente de la familia, el aventurero, que en cuanto pudo, salió de la isla a estudiar y trabajar fuera. Aunque su familia nunca le comprendió, al final se acostumbraron y se conformaron, ésta es la clave del amor, respetarse y verse felices.

Por ello, en cuanto cumplió la mayoría de edad, se mudó a Granada, incentivado sobre todo por su entrenador de atletismo pues competía en atletismo, 800 metros lisos era su prueba; algo que le determinaría a lo largo de su trayectoria, ya que no era una prueba ni de alta velocidad, sino de resistencia y perseverancia. El resumen de su joven, pero apasionante vida.
Mientras su pasión por la literatura y el cine crecía, completó sus estudios en Ciencias del Deporte y la Actividad Física en la Universidad de Granada.

José Redondo López
José Redondo López.

En ese reino creó su primera novela acabada Aurora, que sacó del mercado posteriormente ya que la quiere reescribir. En dicha obra mostraba una Granada alternativa, con un aura mágica, inspirado en el libro de Marina, de Carlos Ruiz Zafón, uno de sus grandes referentes. Luego vivió una temporada en Berlín y Río de Janeiro, continuando la carrera e iniciando, por casualidad, aunque con genuina motivación, el circo contemporáneo, especializándose en acrobacias áreas. Eso le llevó a actuar en Berlín o Niza con varios proyectos artísticos europeos.

A pesar de ello, la escritura era más que un hábito, era y es su necesidad. No por ello dejó el circo, la danza, la acrobacia, que abordaba con la creación de textos, tratando diversos temas en los espectáculos. Durante este período, publicó Cartas desde Berlín (Editorial Adarve), obra que le valió el Premio Arquero de Plata a Mejor Novela de Ficción 2018 de la Comunidad de Madrid. Cosechó muy buenas críticas, incluso se le comparó con la prosa y el imaginario de Haruki Murakami, uno de sus escritores favoritos.

Siempre inconformista, ese es uno de sus grandes atractivos. Cada una de sus obras es un concepto en sí mismo, un experimento narrativo donde mezcla temas, géneros y explora personajes imperfectos, oscuros, políticamente incorrectos. Influenciado por la literatura japonesa de autores como el citado Haruki Murakami o Ryu Murakami o Banana Yoshimoto. Su escritura se sumerge en lo metafísico, en la psicología de los diálogos, en relaciones humanas que oscilan entre la fragilidad y la brutalidad.

De familia humilde, pero con clase, tuvo claro desde siempre que no quería escribir sólo por escribir, sino para contar historias que dejen huella. Y, aunque estudiara deporte y combinara trabajos, desde camarero, recepcionista, monitor deportivo o dependiente, su verdadera obsesión, su ritmo vital, el motor que le hacía luchar seguía siendo la escritura. Entre sus pasiones, se encuentra viajar, bebiendo de cada aprendizaje y de cada cultura y aunque con el paso de los años valore más la comodidad, siempre le han gustado los viajes de aventuras, asumiendo el riesgo ante lo desconocido.

José Redondo López
José Redondo López.

El cine fue el siguiente paso natural. Tras vivir en Río de Janeiro (ciudad de la cual sigue enamorado), se mudó a Madrid para estudiar Cine, especializarse en Guion en Cine y Televisión. Su primer guion de largometraje (proyecto final de la escuela) le abrió las puertas de la industria, quedando finalista en el Festival Internacional de Sitges en 2018, además de ganar el Mejor Guion de Largometraje en el Festival de Cine de Girona en 2020, lo que le permitió realizar un networking con Netflix. En 2023, ganó a Mejor Pitch en Fiction Mallorca, clasificando su proyecto para el Festival de Cine de Ibiza 2024. Ahora no compite contra sus propias marcas, sino por sacar historias que marquen la diferencia y que dejen un poso al lector.

Hace dos años, publicó su tercera novela, Donde nacen las olas, bajo el sello Caligrama. Paralelamente, desarrolla varios guiones de largometraje, series de ficción y nuevas novelas. Su obra sigue una estructura conceptual: la Trilogía de los Insectos, conformada por Cartas desde Berlín, Donde nacen las olas y Aurora, donde los insectos funcionan como metáfora del destino y la naturaleza de sus personajes y, por otro, la Trilogía del Vacío, historias ambientadas en invierno en Mallorca, donde trata de personajes atormentados por el pasado, en espacios minimalistas y austeros, que sirven como prolongación de prolongando temas como la soledad o el existencialismo, mostrando otra cara de su amada isla, de cómo un paraíso también se puede convertir en un lugar de redención o para desaparecer.

En su universo narrativo los personajes desean ser y lo que realmente son. Para él, contar historias es esculpir sentimientos, no encasillarlos en géneros. Escribir no es una elección, es su naturaleza.

José regresó a Mallorca como el hijo pródigo y aprendió a convivir nuevamente con un lugar al que ya consideraba lejano, reinventándose y escribiendo nuevas historias. Nos ha pasado a tantos. Aquellos disquetes de su infancia siguen allí, testigos silenciosos de su origen, pero también del hambre por lo nuevo, por lo desconocido. Porque la literatura es eso, un viaje constante entre lo que fue, lo que pudo haber sido y lo que es, entre la memoria, el olvido y la reinvención, entre las ramas más altas y las raíces más profundas.

Les he contado la historia de un genio y, si no, al tiempo, porque como todos los grandes ama la frivolidad con pasión. Esto es, a mi entender, inteligencia supina, como diría muy segura mi adorada Diana Zaforteza, editora.

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