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La Farmacia Llabrés y la misteriosa herencia recibida por los Reyes de un empresario de Menorca

El enigmático empresario menorquín Ignacio Balada Llabrés dejó la mitad de su inmensa fortuna a la Familia Real

La otra mitad fue para la Fundación Hesperia, que presiden los Reyes y que ha rehabilitado la antigua farmacia

Los Reyes viajan este jueves a Menorca para inaugurar la rehabilitada Farmacia Llabrés como sede de la Fundación Hesperia

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El próximo jueves los reyes don Felipe y doña Letizia viajarán a Menorca para inaugurar la Farmacia Llabrés. Se trata de una antigua farmacia de diseño modernista que ha sido rehabilitada como centro de actividades de la Fundación Hesperia. La farmacia era propiedad de Ignacio Balada Llabrés, que falleció en noviembre de 2009 soltero y sin hijos y que dejó la mitad de su fortuna a la Familia Real. El 50% restante, según dejó escrito en su testamento, debía destinarse a la creación de una fundación.

En caso de que los Reyes, en aquel momento todavía Príncipes de Asturias, no aceptaran la herencia, ésta debía destinarse al Estado de Israel. Tras algunas dudas aceptaron. Cumpliendo con las últimas voluntades de Ignacio Balada Llabrés, se creó la Fundación Hesperia, presidida por los Reyes y destinada a proyectos sociales, preferentemente a ayudar a personas con discapacidad de Menorca y para el desarrollo de actividades de ayuda a la juventud. La Fundación también ha financiado la rehabilitación de la Farmacia Llabrés.

De todos modos, la principal misión de la Fundación Hesperia es gestionar la inmensa herencia de Juan Ignacio Balada.

Juan Ignacio Balada Llabrés (1940-2009) era un hombre anónimo y enigmático que residió en Ciutadella, su ciudad natal, con gran discreción hasta su fallecimiento, el 18 de noviembre de 2009, soltero y sin hijos.

Su testamento abierto en diciembre de 2009 y comunicado por el abogado Juan Viñas, albacea testamentario, a la Casa Real, desveló que las últimas voluntades del empresario eran dejar la mitad de su patrimonio a los Príncipes de Asturias y a los ocho nietos de los Reyes, mientras que el 50% restante debía destinarse a la creación de una fundación destinada a asuntos de interés general.

Juan Ignacio Llabrés era el hijo único del empresario Ramón Balada y Catalina Llabrés, que fue la primera mujer farmacéutica de Baleares. Con los años acumuló una gran fortuna consistente en propiedades inmobiliarias, con fincas rústicas y urbanas; activos financieros, viviendas en alquiler e inversiones en Bolsa. En el momento de su fallecimiento su patrimonio estaba valorado en 30 millones de euros.

La Farmacia Llabrés destaca por su céntrica ubicación en el centro histórico de la ciudad, en Ses Voltes. Es un edificio de arquitectura modernista, protegido por su valor artístico y patrimonial, que ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural.

Ignacio Balada Llabrés logró importantes ingresos mediante la venta de unos terrenos, denominados S’Hort den Llabrés. En la finca urbana que formó parte de una antigua fábrica de hielo, gestionada por su padre, se construyó un bloque de viviendas y locales comerciales. Estos terrenos urbanos, parte de los cuales permutó con el Ayuntamiento de Ciutadella, contribuyeron a aumentar su fortuna.

En esta zona de crecimiento de la ciudad se creó la Plaza Don Juan de Borbón, en la que Balada Llabrés edificó la mansión donde residía.

El resto de inmuebles de la herencia que correspondían a don Felipe y doña Letizia fueron donados a la Fundación Hesperia, vendiéndose uno en 2017 para que la Fundación tuviera liquidez para sus actividades.

La Farmacia Llabrés es el principal referente y al mismo tiempo uno de los pocos testimonios que quedan del Modernismo en Menorca. Se construyó entre los años 1907 y 1908 y ha sido encuadrada dentro del estilo conocido como Art Nouveau; que comparte muchos elementos en común con el Modernismo.

En 1926 la adquirió la farmacéutica Catalina Llabrés Piris, madre de Juan Ignacio Balada. Tras años de abandono, la Fundación Hesperia ha cumplido con la voluntad de los Reyes y ha rehabilitado por completo la farmacia.

Un palacete menorquín que les fue adjudicado en el reparto de la herencia a la princesa Leonor, a la infanta Sofía y al resto de nietos de los reyes eméritos le sigue correspondiendo a estos.

Catalina Llabrés, madre del millonario empresario,  fue pionera entre las mujeres farmacéuticas de Menorca. Nació en marzo de 1901 en Ciutadella y era la hija mayor del empresario zapatero Francisco Llabrés.

Tras licenciarse en Farmacia en la Universidad de Barcelona, en 1926 regresó a Menorca y su su padre le ayudó a comprar una farmacia en Ciutadella que hasta entonces había regentado Gabriel Martí Bella. Así se convirtió en la primera mujer farmacéutica de la isla.

Dos años después de su muerte, ocurrida en 1983, su hijo Juan Ignacio Balada heredó el negocio para abandonarlo poco después. En 2008 el local era declarado Bien de Interés Cultural. En 2010 la Casa Real se convertía en heredera de todas sus posesiones. Incluida la farmacia que ahora ha sido restaurada por la Fundación Hesperia.