OkBaleares
ayuntamiento de palma

Campaña de autobombo a la desesperada del alcalde de Palma a ocho meses de las elecciones municipales

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Campaña de autobombo a la desesperada del alcalde socialista de Palma, José Hila, a ocho meses de las elecciones municipales, para intentar popularizar su más que deteriorada imagen pública, después de una legislatura marcada por la propaganda, y con escasas iniciativas de relevancia materializadas a pie de calle.

Un Hila que tiene al pequeño comercio en pie de guerra por la falta de apoyo municipal, un plan urbanístico contestado por todos los ámbitos, y que nadie quiere más que un gobierno municipal criticado a diestro y siniestro.

Suciedadinseguridad  en los barrios y decenas de asentamientos de indigentes y chabolas repartidas a a lo largo y ancho de la que fue la mejor ciudad del mundo para vivir hace apenas siete años, según la revista Times, y que dos legislaturas después de que entrase a gobernar la actual coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos, es la tercera con peor calidad de vida de toda España, según la OCU. 

Carteles publicitarios con la imagen del alcalde en las marquesinas de las paradas del transporte público, han aparecido esta semana en una dirección y otra de la ciudad, con el rostro sonriente perfilado del primer edil socialista y un lema: ‘Impulsa’.

Una campaña de imagen que curiosamente, tiene todo su contenido en castellano, para atraer al grueso de votantes palmesanos que lo usa de forma habitual. Una lengua que bajo el mandato de Hila, durante estas dos legislaturas ha sido erradicada del Ayuntamiento, y en las comunicaciones y notificaciones de la administración municipal con la población, exigiendo el propio gobierno municipal a todos los funcionarios  el uso exclusivo del catalán.

Pero a la hora del autobombo, el primer edil se olvida de la supresión del español que ha impuesto en la plaza de Cort desde que aterrizó en la Alcaldía en 2015 en coalición con independentistas de Més y Podemos.

«Esta es la ciudad por la que trabajo. Palma el futuro es ahora», reza en las marquesinas de las paradas del transporte público palmesano.

Un eslogan que rebosa un optimismo que nada tiene que ver con una ciudad con la cesta más cara de España, según la OCU, y donde las colas del hambre vuelven a hacer su aparición cuando aún no ha concluido la temporada turística, y ante un otoño e invierno a la vuelta de la esquina, con los precios de la energía disparados, y la presión fiscal desbocada por obra y gracia de la compañera de filas socialista del alcalde Hila, la presidenta del Govern, Francina Armengol.

Pero ninguna de esas preocupaciones aparecen en el cartel de autobombo de un Hila quien asegura trabajar, en primer lugar, por «una Palma de derechos, abierta y solidaria, que defiende la igualdad de las mujeres y de las personas LGTBI».

A continuación el alcalde socialista asegura que «Palma tiene un reto: convertir el acceso a la vivienda en el quinto pilar básico del Estado de Bienestar». Una afirmación bastante arriesgada por parte de un primer edil que prometió 1.500 VPO en el arranque de la legislatura y que no lleva ni diez entregadas, y que necesitará autobombo para dar y regalar, para variar el sentido de todas las encuestas, que vaticinan su salida de la Alcaldía a finales de mayo.