El Ayuntamiento de Palma cose a multas a los residentes pero no cobra ninguna a los extranjeros
Todas las sanciones a turistas por botellón y comportamientos incívicos son archivadas y se quedan sin remitir
Sólo se tramitan las multas de tráfico porque se encarga una empresa privada que recauda la mitad de las impuestas
El alcalde Hila cose a multas a los palmesanos: más de 400.000 sanciones de tráfico en 2021
Mientras el Ayuntamiento de Palma cose a multas de tráfico a los palmesanos, con más de 1.100 diarias impuestas en 2021, los extranjeros que cada temporada alta llenan hoteles, playas y botellones de la capital balear, regresan a sus países, sin una sola sanción que pagar de su bolsillo, por cualquier acto incívico que hayan cometido durante su estancia en la capital balear.
El Consistorio palmesano no tramita, ni una sola sanción, a los países de origen de los turistas, a menos que sea de tráfico. Las multas por comportamientos incívicos como tumultos, botellones, escándalo público, ruidos, etcétera, se archivan directamente.
Y ello, pese a que la ordenanza municipal reguladora del uso cívico de los espacios públicos, castiga con multas que van de los 100 a 3.000 euros, todo un rosario de infracciones. Incluyen desde la exteriorización del consumo de alcohol o drogas, sancionadas en su grado medio o máximo cuando tienen lugar en concentraciones de personas; la venta ambulante no autorizada de productos diferentes al alcohol u óxido nitroso, si se expone en el suelo o mobiliario urbano (manteros y asimilados) sancionable en su grado máximo, o la práctica del nudismo o exhibición de genitales o nalgas, entre otras muchas otras. Cuando el infractor es sancionado por la Policía, la multa sólo la paga el residente o el turista nacional.
Aunque los turistas extranjeros son multados, nunca pagan. Como apuntan fuentes policiales, las multas están para disuadir, pero si no se pagan, no se disuade, y la historia se repite cada temporada.
El Ayuntamiento, a menos que la infracción sea delito, y pueda detener al infractor, no cobra sanción alguna impuesta a extranjeros, por actos como orinar en la vía pública, defecar, escupir, participar en botellones, hacer ruido o ir medio desnudo por la calle. Cualquier comportamiento incívico que vulnere la ordenanza municipal, o la legislación de protección de la seguridad ciudadana, queda impune.
Sólo las sanciones de tráfico se les tramitan a sus países de origen a los europeos que visitan Palma. Y es así, porque se cobra a través de un servicio externalizado, que logra el 60% de la recaudación. También se da el caso de turistas infractores que son pillados ‘in fraganti’, y optan por abonar la sanción, para obtener la bonificación del 50%.
Para el resto de infracciones, la Policía Local no cuenta con medios a su alcance para cobrar multas a un extranjero, aunque éste lleve el dinero en la cartera. La realidad es que, esa sanción, desde el momento que se pone, se archiva, y no se tramita una sola, que no sea de tráfico, a Alemania, Inglaterra, Francia, etcétera.
Para poder cobrar a nivel internacional una sanción tiene que ser una deuda tributaria de más de 1.600 euros. La multa por el resto de sanciones a extranjeros no se cobran. Sólo alguna vez se da el caso de que el turista en cuestión se aviene a abonarla al agente, pero es algo tan esporádico, como anecdótico. Lo normal es que el multado, ni pague, ni se le intente cobrar.