CAEB prevé un deterioro de la economía balear por la inflación y la subida de los tipos de interés
La economía balear experimentó un crecimiento del 10,9% en el tercer trimestre, 3,2 punto menos que el trimestre anterior
La desaceleración ha sido especialmente acusada en Ibiza y Formentera: 13,2% frente al 21,2% del trimestre anterior
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La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha presentado este jueves el Informe Evolución Económica correspondiente al tercer trimestre de 2022 y prevé un deterioro de la economía en los próximos trimestres debido a las «tensiones» que ha provocado el encarecimiento de precios y el incremento de las facturas de familias y empresas.
La patronal balear ha detallado, además, que los precios en las Islas han seguido al alza durante estos meses de octubre y noviembre, ya no solo en Baleares (7,3% y 6,3%, respectivamente), sino también a escala nacional (7,3% y 6,8%, respectivamente) y europea (11,5% y 11,1%, respectivamente).
El informe que ha presentado la CAEB apunta que la economía balear experimentó un crecimiento real del 10,9% en el tercer trimestre de 2022 y añade que esta tasa recorta 3,2 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (14,1%), casi cuatro puntos en comparación con el mismo trimestre de 2021 (14,7%) y amplía por primera vez el diferencial que sigue separando Baleares de los niveles de actividad prepandemia.
La economía balear se mimetiza, así, con la moderación de la actividad, que también han puesto de manifiesto otras economías de referencia durante el tercer trimestre, explica la patronal en un comunicado.
Territorialmente, la tendencia a la desaceleración ha sido especialmente acusada en Ibiza y Formentera (13,2% frente al 21,2% del trimestre anterior), una tónica que no ha impedido que la economía pitiusa haya seguido liderando, por quinto trimestre consecutivo, el crecimiento regional por delante de Menorca (11% frente al 14,2%) y Mallorca (10,5% frente al 13,1%).
Con todo, a pesar de este mejor comportamiento, la economía pitiusa sigue siendo la más alejada de los niveles de actividad prepandemia (-7,7%), claramente por encima de Mallorca (-7,1%) y de Menorca (-5,7%).
Contexto internacional altamente tensionado
Desde la óptica de la oferta, la economía balear ha moderado durante el tercer trimestre la senda de crecimiento «debido principalmente a los riesgos que emanan de un contexto internacional altamente tensionado en muchos mercados», aseguran desde CAEB.
De hecho, afirman que durante el tercer trimestre, el sector servicios ha registrado un avance real del 11,8%, frente al 15,5% del trimestre anterior, y ha aprovechado la primera temporada de verano sin restricciones para impulsar la facturación por encima de los niveles precovid.
Sin embargo, el escenario de elevada inflación y de progresivo aumento de los costes financieros ha impedido que este buen comportamiento haya tenido una traducción equivalente en términos de rentabilidad.
No ha sido el caso de la industria, que, según CAEB, ha conseguido dar continuidad a la etapa de normalización a pesar de que la tasa de crecimiento real se ha moderado hasta el 6,5%, «claramente afectada por el estrangulamiento de las cadenas globales de suministros y el encarecimiento de los precios energéticos», recoge Europa Press.
Al mismo tiempo, la construcción ha anotado en el tercer trimestre un incremento del 5,4% y ha confirmado haber culminado «con éxito» la etapa de normalización de los niveles precovid, han añadido.
Se recorta el ritmo de creación de empleo
En sintonía con la moderación de la actividad, el empleo ha recortado también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo durante el tercer trimestre (9,8% frente al 19,4%), si bien ha seguido mostrando un mayor dinamismo que en el ámbito nacional.
De hecho, el número total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha alcanzado un nuevo máximo histórico a finales del mes de julio -cifrado en 608.132 trabajadores- y se ha mantenido, por cuarto trimestre consecutivo, por encima de los niveles previos a la pandemia (+2,8%).
Como consecuencia de ello, el desempleo ha rebajado su incidencia hasta el 5,6% de la población activa (frente al 6,3% del segundo trimestre), un porcentaje que no solo se ha mantenido nuevamente por debajo de la media nacional, sino que se ha erigido en la tasa de paro más reducida de los últimos 16 años.
El favorable balance laboral no ha sido suficiente para sostener la senda de crecimiento del consumo privado, pues este ha anotado un incremento real del 9,8%, claramente alejado del ritmo de avance del trimestre anterior (13,0%).
«Espiral inflacionista sin precedentes»
Desde esta perspectiva, el gasto de las familias ha sufrido «una espiral inflacionista sin precedentes», disparada hasta el 10,7% durante el mes de agosto, «que no solo ha erosionado su poder adquisitivo, sino que ha acabado incidiendo también en su propensión marginal al consumo».
Por su parte, el consumo de los no residentes se ha vuelto a situar por debajo de los niveles prepandemia (-3%) a pesar de la progresiva recuperación de los flujos internacionales de visitantes.
En este contexto, la inversión ha avanzado entre los meses de julio y septiembre a un ritmo real del 7,3% y se ha postulado como el único componente de la demanda que ha ampliado la aportación positiva respecto del trimestre anterior (6,9%).