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Último adiós al insigne fundador de la cervecería Marpy, epicentro del toreo durante décadas en Zaragoza

Este miércoles, fallecía Jorge García Mora en Zaragoza, a los 62 años de edad

Esta taberna ha sido visitada por el ex presidente Mariano Rajoy, Manolo Escobar, Manolo Molés…

Esta feria de San Jorge ya no será lo mismo sin el alma mater del restaurante taurino por excelencia en Zaragoza. Hasta para eso, con la feria en ciernes, y la de Abril vibrando, ha sido taurómaco. En la plaza de Santa Marta de Zaragoza, la cervecería Marpy llorará la ausencia de su fundador. Nos ha dejado Jorge García Mora a los 62 años, uno de los mejores y más conocidos taurinos entre los aficionados de Zaragoza, que recorrió España de feria en feria.

Jorge, de Puertollano, con su esposa zaragozana Rosa, puso en el mapa a la cervecería Marpy, como uno de los establecimientos del itinerario español que todo apasionado a la tauromaquia debe conocer, al convertirse en una de las tabernas emblemáticas de la España castiza.

El dintel de este popular restaurante taurino de Zaragoza, lo han cruzado decenas de personalidades del mundo empresarial, político, deportivo y cultural de España, que han ido dejando su impronta en las más de mil quinientas de instantáneas que cuelgan en sus paredes, junto con el retrato firmado de otras tantas decenas de matadores actuales e históricos, que hacen, de su establecimiento, una cátedra popular del toreo.

Alicatado con los azulejos andaluces y pintado en albero de la Maestranza, en las paredes de sus salones lucen orgullosas cabezas de toros bravos, y desde el techo brillan los faroles coloridos árabes. También seguirán en las vitrinas, los ricos capotes de paseo y las chaquetillas de matador. Jorge deja un legado de amor por la tauromaquia y por el sur, pues su establecimiento fue, hasta hace muy poco, el único en Zaragoza, en el que Andalucía se hacía presente con esplendor, cuando el cierzo sopla y se hace difícil imaginarse un rinconcito sosegado de Sevilla.

La cervecería Marpy y la socialité

La cervecería Marpy es un pedacito de historia de la socialité aragonesa y también española. Mariano Rajoy, siendo presidente del Gobierno, Manolo Escobar, Manolo Molés… han hecho el paseíllo por esta taberna, que se podría comparar con lo que antaño fue  la Cervecería Alemana de la plaza de Santa Ana de Madrid.

Es, por decirlo así, una de esas iglesias sin consagrar, donde los aficionados acudían a confesarse, con su copita de vino, a la barra de mármol o sentaditos en las sillas coloridas, de estilo sevillano, importadas desde la mismas marismas del Guadalquivir. Así como punto de reunión de tertulias con toreros, ganaderos y periodistas, en su salón Belmonte.

El del Marpy quiso ser torero, y no se quitó el chaleco de luces. Bien repeinado, siempre dispuesto, recibía a puerta gayola a sus clientes con este sello de identidad tan auténtico, convirtiéndose en uno de los bares más antiguos de la plazuela, en la que tanto sus camareros como él vestían el chalequillo del traje de de luces.

El restaurante taurino de Zaragoza

Corría el año 1984, cuando la cervecería Marpy abrió el día de San Valero, patrón de Zaragoza y desde entonces ahí sigue. Ahora con distintos dueños (el grupo SyMental), pero que luchan por mantener la esencia de siempre de esta emblemática taberna de la ciudad.

Los parroquianos y los nuevos iniciados podrán seguir saboreando del tapeo clásico andaluz y raciones para compartir, junto con los platos tradicionales de la cocina española, el estofado de rabo de toro, el pescaíto frito y el jamón. Ahora bien, la ausencia de su fundador se notaba ya, y desde el miércoles, será para siempre. El viernes, tendrá lugar la misa funeral a las 11.15 en la capilla 2 del complejo de Torrero, para darle su último adiós.

El insigne fundador nos deja una enseñanza de cómo vencer la infalible noche eterna. Jorge García era auténtico, logró crear un mundo, su mundo, por el que siempre será recordado. Con trabajo e ingenio, fundó su pequeña patria, lo suficientemente grande para ser visitada por aquellos que aman el toreo. Porque el Marpy no era ni un trocito de Sevilla en Zaragoza ni tan siquiera Zaragoza. El Marpy era el Marpy. Una tierra aparte, en el corazón de la plaza Santa Marta.