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Un preso argelino de Zuera intenta matar a cuatro funcionarios con un arma casera: «¡Calla o te mato!»

El preso había fabricado una estaca afilada con las patas de una silla

Un funcionario de baja al menos 15 días por las heridas

Los funcionarios exigen medios para hacer frente a estas situaciones

Un preso de origen argelino de la cárcel de Zuera (Zaragoza) causa el pánico entre los funcionarios de prisiones al tratar de matarlos con un arma casera cuando intentaban reducirlo en su celda. Se trata de un preso multirreincidente y peligroso que estaba interno en un módulo de alta conflictividad.

Zuera, la cárcel más peligrosa de España, vuelve a protagonizar un episodio extremadamente violento en una de las celdas de alta conflictividad con un preso. Este domingo, un interno de origen argelino ha atacado a cuatro funcionarios de vigilancia que intentaban reducirlo, tras haberse atrincherado en su celda con armas caseras para emboscar a los trabajadores.

Según ha podido conocer OKDIARIO, se trata de un joven de unos 27, de origen argelino multirreincidente y peligroso, de complexión musculada. Al parecer, el interno estaba en tratamiento psiquiátrico, pero desde hacía días había decidido no tomarse la medicación.

Los hechos se produjeron el domingo en torno a las 8:30 de la mañana, cuando los funcionarios comenzaron a realizar el ordinario recuento de los reclusos. Fue en ese momento cuando uno de los funcionarios de prisiones, se encontró a dicho preso desnudo en su celda, que había destrozado todo lo que tenía en ella. Además, con las patas de un silla, había fabricado una estaca que posteriormente intentó clavar al resto de compañeros que intentaron reducirle.

Amenaza con matarlos

Fue el funcionario que estaba realizando el primer recuento del día quien se encontró con esta complicada situación. Un preso de desnudo y armado con arma casera, atrincherado en una celda de alta conflictividad que empezó a amenazarle y a lanzarle patadas y objetos desde la apertura parcial que en ese momento se encontraba la puerta, puesto que en el momento del recuento, las puertas se abren en el caso de los conflictivos un 15%.

El argelino comenzó a gritarle al funcionario: «¡Hoy te mato a ti y a tus compañeros!», siendo necesario pedir apoyo para entrar en la celda. Hasta cuatro funcionarios, tuvieron que desplazarse a la celda a fin de intentar calmar al preso, a quienes les seguía gritando: «¡Calla o te mato!».

Patadas, lesiones del preso de Zuera

Sin embargo, tras agotar la vía del diálogo, los funcionarios tuvieron que ataviarse con medidas de protección, como chaleco, guantes y escudo y, en un cuerpo a cuerpo, tratar de reducirlo, como indica el protocolo en estas ocasiones. «Fue muy difícil», expresó uno de ellos, quien reconoció que en todos los años que llevaba trabajando «nunca había encontrado con una situación tan compleja».

El resultado se saldó con los cuatro funcionarios heridos, dos de ellos tuvieron que ser atendidos en un hospital de la capital zaragozana, y uno de ellos se encuentra de baja por las lesiones en las manos y los brazos.

Tras lograr reducirlo, el preso fue trasladado a una celda especial de aislamiento de la cárcel de Zuera, e incluso tuvieron que emplear las correas homologadas para evitar que se lesionara. Al poco tiempo después, en torno a las 11 horas de la mañana, el médico fue a visitarlo, y el preso fue trasladado al hospital Miguel Servet, donde se le medicó, y posteriormente se volvió a trasladar a la cárcel.

Los sindicatos reclaman más medios

El Sindicato Tu abandono Me Puede Matar así como APFP, reivindican la «necesidad imperiosa de medios materiales y humanos para el ejercicio penitenciario». Explican a OKDIARIO que «con una pistola táser» esta situación en Zuera con este preso «no se hubiera producido». Así como exigen de una vez por todas ser considerados «agentes de la autoridad».

«Los internos saben que no somos agentes de la autoridad y que no tiene consecuencias atacarnos. La escala de violencia que estamos sufriendo tanto en Zuera, como en el resto de las cárceles en España, es consecuencia de unas políticas equivocadas», señalan desde el Sindicato Tu abandono Me Puede Matar a este periódico.

«Necesitamos que amplíen el número de plazas de régimen cerrado. No lo están haciendo y estamos saturados. ¿Cómo consecuencia? Presos que deberían estar internos en este régimen, lo están en uno regular, lo que agrava el riesgo de criminalidad y violencia», añaden.

Asimismo, exponen que «es una forma hipócrita de maquillar la estadística desde el Ministerio de Interior, puesto que quieren sacar en seguida a presos del primer grado, pero cuando llegan al régimen ordinario, se producen más agresiones entre internos y funcionarios de prisiones».

Batalla campal entre bandas

Según explican desde el mismo sindicato, la pasada semana, se produjo una batalla multitudinaria entre presos de bandas latinas en el conflictivo módulo 9: «No estamos preparados para afrontar esta nueva delincuencia organizada. Necesitamos aislarlos entre ellos».

Es evidente que el episodio violento del argelino no es un caso aislado ni la cárcel de Zuera ni lamentablemente en otras de nuestro país. Es por ello, que desde toda España, los funcionarios de prisiones llevan años reclamando a la Secretaria General del Estado, más protocolos, ser reconocidos como agentes de la autoridad y una mesa sectorial.

De hecho, en febrero, el líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco, siendo todavía vicepresidente y consejero de Justicia, denunció a las puertas de este centro penitenciario que «en Zuera hay únicamente un funcionario por cada 80 presos. En 2022, hubo 27 agresiones, una con resultado muy grave. En 2023, incrementaron las agresiones respecto al 2022, un 80% más».

Además, según informó, la cárcel alberga 1150 presos, «una cifra muy por encima de la capacidad que tienen». Por otro lado, «hay un especial problema con los paramilitares del este de Europa y las bandas latinas y musulmanes. Es cierto que hay faltas de respeto continuadas a los funcionarios y, sobre todo, hay agresiones de tipo sexual».

Funcionarios de prisiones, invisibles

Una circunstancia que nos lleva a recordar el reciente asesinato de Nuria, una funcionaria de prisiones que murió apuñalada a manos de un preso de origen rumano el pasado marzo. Esta cocinera ya había advertido de la conducta peligrosa del reo en un informe negativo, que señalaba que no veía conveniente que el que se convertiría en su asesino utilizara cuchillos, «como una persona rehabilitada», teniendo en cuenta que ingresó en prisión por degollar a su anterior pareja.