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Esther Ciudad, fundadora del Foro Nacional de Cultura: «Es un espacio de libertad ante el sectarismo»

La tercera edición del Foro Nacional de Cultura se centrará en los lazos de España e Hispanoamérica

Tendrá lugar el próximo 27 de febrero y la inscripción es gratuita

La aragonesa Esther Ciudad es la fundadora del Foro Nacional de Cultura, un espacio que reivindica de libertad y rigurosidad académica frente a la sociedad actual habituada al sectarismo. Este 28 de febrero celebra su tercera edición en el Caixa Forum de Madrid, tras el éxito y buena acogida que ha tenido en las anteriores convocatorias.

El Foro Nacional de Cultura tuvo su origen en Zaragoza, de donde es oriunda Esther Ciudad. La musicóloga y organista concede en primicia esta entrevista a OKDIARIO. Nos encontramos con ella en el Avenida Hotel Boutique de Zaragoza, inmersa en los preparativos de esta tercera edición que girará en torno a los vínculos históricos y culturales entre España e Hispanoamérica.

España e Hispanoamérica

PREGUNTA.- ¿Por qué este año os habéis centrado en Hispanoamérica?

RESPUESTA.- Nuestra historia española en muchas ocasiones no se ha entendido bien. El año pasado tuvimos un gran éxito abordando la identidad europea a través del impacto de la cultura española. En ese momento tuvimos claro que el siguiente debíamos hablar de nuestras raíces hispanas, por la influencia de España.

P.- ¿La civilización hispana sigue viva? La izquierda defiende que es algo pretérito…

R.- La civilización hispana está más viva que nunca, aunque no esté exenta de conflictos ideológicos, incluso con falta de rigor histórico. Hay tanto una leyenda rosa de la Conquista, como una leyenda negra. En esta discusión de  enfoques, para nosotros lo más importante es buscar la verdad de lo que sucedió como historiadores.

El impacto y la impronta que ha dejado España en Hispanoamérica es indudable. Aunque haya habido alguna sombra, el balance es indudablemente muy positivo.

P.- ¿Qué peso consideras que tiene España actualmente en esta civilización?

R.- ¡España pinta mucho en la civilización hispana actual! Ahora bien, tendríamos que diferenciar el valor que España aporta al mundo y quiénes están ahora en este momento dirigiendo la situación de influencia… España, como cualquier nación, debe apostar por líderes fuertes para ser influyentes en el mundo.

Nuestro país ahora no sólo es emisor de una cultura, sino que es receptor de una nueva cultura de todos aquellos hispanoamericanos que están llegando a nuestro país huyendo de una ideología política. Ellos están construyendo una impresionante comunidad, especialmente en Madrid.

Esta interrelación está generando una nueva manera de entender la cultura, el lenguaje, los lazos familiares… Esto es un hecho histórico del que somos testigos y nos tenemos que sentir orgullosos. Madrid se está convirtiendo en el centro del mundo por esta mezcla, gracias a nuestro idioma. Esto es indiscutible.

El Foro Nacional de Cultura

P.- ¿Qué tiene de diferente el Foro Nacional de Cultura a otros encuentros?

R.- En este foro vamos a hablar de la innovación, de la digitalización y la inteligencia artificial desde el punto de vista del humanismo. Esto es común a muchos. Ahora bien, nos reivindicamos como un espacio de libertad y rigurosidad científica ante el sectarismo social de hoy en día.

Nuestros invitados están elegidos por su trayectoria y su conocimiento, y no por su ideología. Es un foro libre y la máxima es el respeto a lo que los demás piensen y defiendan. Por eso es un espacio importante de discernimiento.

Fernando el Católico

P.- ¿Qué hizo posible la gran empresa de España, el descubrimiento de América, en los albores del renacimiento?

R.- Yo creo que uno de los héroes más grandes que ha tenido nuestra España es Fernando el Católico. A este rey no se le conoce bien, y hemos sido en parte muy injustos con su figura. Como aragonesa, me siento muy orgullosa que junto a Isabel fuera un gran impulsor de este viaje.

Isabel decidió casarse con Fernando porque era un gran conquistador y un hombre con una visión de futuro sin precedentes. Fue el gran príncipe del mundo en aquella época. Su aspiración de conquista no persiguió anular los territorios, sino amplió horizontes. Generó una nueva cultura.

Los medios de comunicación

P.- En el foro se abordarán distintos aspectos, entre otros, la influencia de los medios de comunicación en la transmisión de cultura. Los medios han sido el principal canal de difusión del wokismo, de la leyenda negra, ¿cómo revertir la situación?

R.- Los hechos históricos dependen de la mente de aquellos individuos que son receptores del conocimiento y de la visión que nos quieren dar. En estos momentos, necesitamos periodistas honestos que con rigor nos cuenten el presente teniendo en cuenta nuestra historia sobre lo que ocurrió en 1492.

Aquí de nuevo irrumpe la libertad de los ponentes. Nuestra intención no es que profundicen en esta u otra perspectiva, sino que se expresen sobre ello.

Zaragoza y el Foro Nacional de Cultura

P.- Este Foro Nacional de Cultura tiene una intrahistoria muy bonita. Tu hijo Alejandro y tu marido Ismael están volcados de lleno. Os une esta misma inquietud de divulgación. ¿Por qué decidisteis fundarlo en Zaragoza? Ahora ya tiene un calado nacional…

R.- Es una necesidad de trascender no desde el ego, sino de la necesidad del ser humano para aportar algo en la sociedad. Lo dice Marcelo Angulo cuando explica que el ser humano pierde toda su esencia cuando deja de ser trascendente.

Este proyecto nace con la idea de hacer el bien global. De hecho nos apoya la Universidad Francisco de Vitoria con el Instituto para el Bien Global.

Un médico tiene como objetivo curar a los enfermos o investigar el cáncer. Nosotros, que pertenecemos al mundo académico y somos personas de acción, necesitábamos dejar algo de lo que somos a través de un foro en el que reivindicáramos la libre expresión y un academicismo riguroso.

P.- ¿Dará que hablar?

R.- Sin duda… Dicen que lo que funciona en Zaragoza funciona en todo el mundo… Aquí el Foro funcionó muy bien y creemos que va a tener una larga vida porque no es un proyecto que parte de una necesidad solamente personal, sino que tiene como objetivo servir a la sociedad.