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Los expertos alertan: este extrañísimo pez está en peligro de extinción y sólo sobrevive en Cádiz y Huelva

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

El mar es tan inmenso que asusta. Tiene 361 millones de kilómetros cuadrados y ocupa el 70 % de la superficie de la Tierra. Ahí, entre corrientes, oscuridad y silencio, viven miles de criaturas que nadie conoce… y otras que van desapareciendo delante de nuestras narices sin que podamos hacer nada.

Ese es el caso del guitarrón, un pez singular que, por ahora, resiste en las costas de Cádiz y Huelva. Se dice «por ahora» porque su situación es crítica. La sobrepesca, tanto intencionada como accidental, ha dejado sus números en mínimos. Su carne y, sobre todo, sus aletas se pagan bien, y eso (sumado a que crece lento y se reproduce poco) trae como resultado que cada vez quedan menos.

¿Cómo es el pez conocido como guitarrón?

A este pez se le conoce como guitarrón o pez guitarra gigante, aunque en algunas zonas también lo llaman pez cuna. El apodo se debe a que su cuerpo recuerda al instrumento musical: aplanado, ancho y con un hocico afilado.

Se trata de una especie de raya, emparentada con los tiburones, que puede superar los tres metros de longitud. A pesar de su tamaño, no representa ningún riesgo para los humanos.

Se mueve por fondos blandos (arenosos o fangosos) y suele ir solo, salvo cuando toca reproducirse. Se alimenta de lo que encuentra en el fondo: crustáceos, moluscos, peces pequeños. Su color varía entre el marrón y el gris claro, con alguna mancha oscura en el hocico.

¿Qué se está haciendo para proteger a este pez?

Frente a la amenaza, hay quienes han decidido actuar. El Proyecto Glaucostegus, impulsado por la Fundación Oceanográfico, la Fundación Azul Marino, el Acuario de Sevilla y la Asociación Lamna, se ha convertido en la primera iniciativa europea en estudiar a estos peces en libertad.

Liderado por el doctor Jaime Penadés, el proyecto tiene como meta entender cómo viven, cómo se reproducen y qué les está afectando. El objetivo es aplicar medidas reales para proteger a esta especie antes de que desaparezca del mapa.

La investigación cuenta con el respaldo del Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Andalucía, la Estación Biológica de Doñana y varias universidades y centros de investigación. Además, el apoyo de pescadores recreativos de la zona ha sido clave. Desde 2018, gracias a ellos, se han documentado más de 80 avistamientos. En algunos casos, incluso de neonatos, lo que confirma que aún se reproduce en la región.

Estos pescadores envían fotos, vídeos y datos concretos de cada encuentro: día, hora, lugar, tipo de cebo… Su colaboración ha permitido detectar también prácticas ilegales de pesca furtiva. Es un trabajo colectivo que está dando resultados.

A finales de mayo, el proyecto organizó su primera campaña de muestreo en la playa de Valdelagrana (El Puerto de Santa María). Allí, un equipo de más de 40 científicos manejó 33 ejemplares, entre adultos y juveniles, siguiendo protocolos que minimizan el estrés del animal. Se tomaron muestras de sangre, ADN, medidas… Todo para evaluar el estado de salud de la especie.

¿Por qué este pez vive en Cádiz y Huelva?

Hace décadas, el guitarrón se encontraba en otras zonas del Mediterráneo y del Atlántico, pero hoy se concentra en Cádiz y Huelva. Las razones son varias.

Las condiciones ambientales de estas costas son favorables para la especie: temperaturas templadas, salinidad estable y fondos marinos adecuados. Además, hay alimento suficiente para sostener a la población. Y, aunque la presión pesquera persiste, aquí se ha logrado un mayor control y seguimiento.

Por ahora, el proyecto estudia la posibilidad de poner en marcha un programa de cría en cautividad en algunos de los principales acuarios de la península ibérica. Si se confirma su viabilidad, se podría plantear la reintroducción de ejemplares en zonas protegidas.