Multa de 2.700 euros para la acusada de participar en la ‘Gran procesión del Santo Chumino Rebelde’

Multa de 2.700 euros para la acusada de participar en la ‘Gran procesión del Santo Chumino Rebelde’
'Gran procesión del Santo Chumino Rebelde' en Málaga

La mujer acusada de participar en la ‘Gran procesión del Santo Chumino Rebelde’ durante la manifestación del Día de la Mujer el 8 de marzo de 2013 en Málaga, ha sido condenada por el Juzgado de lo Penal número 10 de la ciudad al pago de una multa de 2.700 euros, a razón de diez euros diarios durante nueve meses.

La procesión exhibió públicamente la imagen de una vagina de plástico ataviada con el fin de simular una virgen. La mujer ha sido condenada por delito contra los sentimientos religiosos, aunque se le absuelve de un delito de odio y de otro delito de provocación a la discriminación, de los que también era acusada.

La Asociación de Abogados Cristianos, que denunció los hechos, ha celebrado el fallo. Su presidenta, Polonia Castellanos, ha sentenciado en un comunicado que «las ofensas gratuitas, innecesarias y deliberadas contra los católicos no pueden quedar impunes si queremos vivir en un estado democrático».

En defensa de los derechos de la mujer

La procesada se declaró inocente en el juicio y aseguró que no pensó que pudiera ofender a los católicos y que no era su intención hacerlo, sino que pretendía defender los derechos de las mujeres. Pero el juzgado ha visto indicios de escarnio, «consistente en la burla tenaz que se hace con propósito de afrentar una clase de injuria consistente en ridiculizar los sentimientos religiosos» y, asegura, «queda más que acreditado», tanto por los signos externos como los usos de elementos de vestir, los rezos y las expresiones utilizadas, apunta.

Además, explica que se exige publicidad y esto se da desde el momento en el que se lleva a cabo «por ejemplo una procesión, como es el caso que nos ocupa, que duró unas dos horas y que transitó por calles muy céntricas de la capital malagueña, siendo vista por innumerables personas». Asimismo, recuerda que el representante de la Asociación de Abogados Cristianos manifestó en el juicio sentirse «profundamente ofendido».

En lo referente el dolo, es decir, en este caso, la intención de herir los sentimientos religiosos, señala que es una cuestión «que ha quedado resuelta ya con anterioridad, pues la acusada se burló y ofendió de forma intencionada, permanente y continuada».

«Por todo lo anterior, no puede considerarse amparada en la libertad de expresión la conducta de la acusada, pues resulta de los hechos probados que llevó a cabo actos gravemente ofensivos y vejatorios para los sentimientos de los católicos, con publicidad y que no se justifican por su desacuerdo con las ideas de la Iglesia Católica acerca de la reforma de la ley del aborto, hecho en el que la acusada se ampara», se concluye.

Por último, no se considera probado que los actos y expresiones de la acusada fuesen dirigidas a odiar a los católicos o a considerarlos de peor condición y menos aún a actuar de forma violenta contra ellos, por lo que la absuelve del delito de odio por el que también era acusada por la Asociación de Abogados Católicos, y la condena solo por un delito contra los sentimientos religiosos, como sostenía la Fiscalía.

«Burla y ofensa gratuitas»

En la resolución, que se puede recurrir, se considera probado que la acusada participó en dicha manifestación por el 8M, lo que fue admitido por ella misma en el juicio; señalando que iba «ataviada con una peineta y con una vela grande en la mano, portaba, en compañía de otras personas no identificadas que vestían túnicas, mantillas o peinetas, lo que se antoja una imitación de un paso de Semana Santa cuya imagen es una vagina» de plástico.

El cortejo llegó a detenerse ante la Catedral y el Palacio Episcopal, portando en todo momento el trono la acusada, «quien en compañía de los otros participantes emitía proclamas como ‘vamos a quemar, vamos a quemar la Conferencia Episcopal’. Durante el acto, la acusada, no solo portaba la vagina gigante, «sino que a viva voz, leyó, usando el móvil, un texto» basado en el Credo, pero modificado, según se señala.

Para el magistrado se dan todos los elementos del tipo delictivo, apuntando, por ejemplo, que en uno de los vídeos queda probado cómo la acusada «participa activamente en una imitación de lo que parece ser una procesión de Semana Santa» y que existe «la evidente intención de ridiculizar y burlarse de forma gratuita de una tradición católica fuertemente enraizada en nuestra sociedad y que evidentemente no tiene otro propósito que la ofensa gratuita».

Según se precisa, la acusada «aparece como protagonista de gran parte del vídeo, con muchos primeros planos», considerando probado que ella durante toda la duración de esas imágenes «no paró de proferir expresiones altamente vejatorias y ridiculizantes» y leyó un texto con el que se pretendía «imitar de forma vejatoria una de las oraciones más importantes de la fe católica, que es el Credo», haciendo lo mismo luego con el Ave María.

«Los textos que la acusada lee en voz alta contienen expresiones altamente ofensivas para la fe católica, pues no solo proclama unos textos que adoptan la forma y estructura tanto del Credo como del Ave María, sino que su contenido es una burla constante a la oración original, asimilando a la Virgen con una vagina, utilizando el termino santo en numerosos ocasiones con carácter jocoso», señala el magistrado.

‘Oraciones’

La ‘Hermandad del coño insumiso’, como se hacían llamar, leyó durante la procesión y «a viva voz», las ‘oraciones’ que se reproducen a continuación, y que simulan el Credo y el Ave María:

«Creo en mi coño todopoderoso, creador del
cielo y de la tierra, creo en mi orgasmo, mi única norma,
nuestro placer, que fue concebido por obra y gracia de
mis pulsiones sexuales, nació de mi decisión libre,
padeció bajo el terrorismo machista, fue condenado,
quemado e insensibilizado, descendió a los infiernos, con
el pasar de los siglos resucitó entre las represalias y
subió a los cielos, esta localizado en la parte superior
de mi vulva y desde allí viene a proporcionarme placer,
mientras este viva y hasta que muera, creo en mi útero
sagrado, me lo suda la Santa Iglesia Católica, creo en el
bukake de los Santos, el pendón desorejado, la
eyaculación de la carne y la corrida eterna. Himen».

«Diosa te salve vagina, llena eres de gracia,
el coño es contigo, bendita tu eres entre todas nuestras
partes y bendito es el fruto de tu sexo, el clítoris,
Santa Vagina, madre de todos, ruega por nosotras
liberadas, ahora y en la hora de nuestro orgasmo. Himen».

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