Espadas, sevillano «soso» reconocido que fue de derechas sin saberlo: el 19J pintan bastos
Juan Espadas Cejas (Sevilla, 30 de septiembre en 1966) es el candidato del PSOE-A a las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio. Nació en el Hospital de las Cinco Llagas, hoy sede del Parlamento de Andalucía. «Digo yo que de ahí vendrá la vocación política», bromea.
Su abuelo Manolo, «un modesto funcionario», fue represaliado del Ayuntamiento hispalense días antes del golpe militar de Queipo de Llano en Sevilla. Era 1936. Espadas cogió el bastón de mando de la ciudad 75 años después. Casado con Carmen Ibanco, su novia de toda la vida, es padre de dos hijos. Su madre, Ernestina Cejas, falleció el pasado 2020.
Se crió en el barrio obrero de Miraflores y, de educación salesiana, se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla en 1989, apenas tres años antes del salto al futuro que la capital andaluza experimentó con la Expo. Desde 1990 pertenece al Colegio de Abogados de Sevilla y tiene un Máster en Política y Gestión Medioambiental por la Universidad Carlos III de Madrid.
Es un reconocido bético, si bien le tiran más otros deportes como el tenis, el ciclismo o el ajedrez. En plena precampaña se ‘coló’ en la fiesta del equipo campeón de la Copa del Rey para salir en la foto. Aficionado a la novela policiaca, le gusta conducir y a la hora de comer se decanta por unos buenos caracoles, lentejas o ensaladilla.
Firme creyente, es de los sevillanos que prefiere la Semana Santa a la Feria de Abril. De joven encajaba con lo que en Sevilla se conoce como un ‘capillita’, esto es, devoto cristiano que no se pierde ninguna Hermandad, ninguna saeta, ninguna ‘levantá’.
Sin atraer focos ni enamorar a la cámara, Juan Espadas es sabedor de su perfil insípido: «Pueden pensar que soy un poco soso y quizás tienen razón, pero me conformo ciertamente con poco. Mi padre me enseñó que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita».
Más de reuniones que de mítines, quienes le conocen aseguran que es trabajador por naturaleza, capaz de leerse las actas de un congreso de biodinámica o de estudiar las oposiciones de fiscal sin intención de presentarse sólo para saber lo mismo que ellos cuando, como abogado defensor, les tuviera enfrente en un juicio.
Le costó afiliarse al PSOE. Lo hico con 30 años, en 1997, y después de la insistencia -mucha- de veteranos socialistas como Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas durante 40 años.
El 2016, ya como alcalde de Sevilla, el periodista de ABC Antonio Burgos le dedicó una columna, Laudatio Gladii -Elogio a Espadas-, en la que afirmaba que el socialista «es de derechas y no lo sabe». Él prefiere definirse como un político «cómodo en la socialdemocracia moderada».
Trayectoria política
Su carrera profesional arranca en 1990 como asesor jurídico en la Consejería de Medio Ambiente, donde su padre trabajó de ujier. Ahí arrancarían 21 años ininterrumpidos abarcando diferentes responsabilidades en la Junta de Andalucía. Pasó a ser jefe de gabinete del consejero de Medio Ambiente, posteriormente secretario general de Planificación de la Empresa Pública de Gestión Medioambiental y luego director general de Prevención y Calidad Ambiental. De ahí dio el salto en 2004 a la Viceconsejería de Medio Ambiente, hasta que Manuel Chaves le colocó al frente de la nueva Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, cargo que mantuvo cuando José Antonio Griñán tomó el relevo de la Junta.
Tanto Chaves como Griñán han sido condenados por el caso ERE. El primero por prevaricación, el segundo por este delito y malversación. La sentencia de la Audiencia de Sevilla, pendiente de casación en el Supremo, señala que la cúpula socialista andaluza robó o ayudó a robar 679 millones de euros.
La mujer de Espadas, Carmen Ibanco, trabajó también para la Junta, a la que entró en 2007 por la puerta de la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo (Faffe). Su nombre figura en la lista de 84 trabajadores investigados por presunto ‘enchufe’. El pasado enero compareció en Sevilla ante los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, si bien se negó a declarar.
En 2010, Espadas pasó a la política municipal como candidato a la alcaldía de su ciudad natal y para presentarse a sus vecinos firmó un artículo en Diario de Sevilla bajo el título ¿Quién es Juan Espadas? El popular Juan Ignacio Zoido logró la mayor de las mayorías absolutas de la historia hispalense con 20 de 33 escaños.
Repitió en 2015 y, esta vez sí, pasó a liderar el consistorio tras un pacto con Adelante Sevilla, coalición de Podemos e Izquierda Unida (IU). Revalidó la alcaldía cuatro años después. Durante su mandato y medio, la capital hispalense celebró los premios Goya 2019, los MTV European Music Awards (EMA) o la Cumbre Mundial de Turismo, foto con Obama incluida.
Cabe destacar que gobernó el Ayuntamiento de Sevilla seis años en minoría gracias a acuerdos presupuestarios a derecha e izquierda. A pesar de su larga carrera en la Junta en terreno medioambiental, las agrupaciones ecologistas de Sevilla le acusaron de su facilidad para talar árboles a la hora de hacer hueco a diferentes proyectos en una ciudad sedienta de sombra. En 2019, un micro abierto en un Pleno municipal registró sus palabras a la líder de una agrupación verde: «Habría que haberlos matado. Ésta es un peligro público».
Fue el elegido de Ferraz para desbancar a Susana Díaz como secretaria general del PSOE-A. Sin apenas despeinarse, ganó las primarias hace ahora un año y pasó así a ser el nuevo candidato socialista a la Junta. Es el primer alcalde de Sevilla que abandona el cargo en pleno mandato.
Atendiendo a las encuestas, quizá debió haber firmado otro artículo en prensa para dar a conocer su nombre a lo largo y ancho de Andalucía, ya que los sondeos ni siquiera le sitúan como el líder de izquierdas más popular de la comunidad (Teresa Rodríguez). El último barómetro del CIS apunta a una victoria holgada de Juanma Moreno con diez puntos de ventaja sobre Espadas, que tiene por delante una semana y un nuevo debate electoral para convencer a indecisos y recortar distancias. De momento, pintan bastos.