Escondidos, hacinados y explotados: así se fabrican 8 millones de cigarros al día en una fábrica ilegal
La organización criminal defraudaba a Hacienda dos millones de euros al día
La operación deja 21 detenidos y 18 trabajadores liberados


La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria han desmantelado una organización criminal dedicada a la fabricación y distribución de tabaco falsificado y de contrabando en las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla. La operación Crujina, saldada con 21 detenidos, ha permitido liberar a 18 personas de distintas nacionalidades que trabajaban en condiciones infrahumanas.
La capacidad de producción de las fábricas alcanzaba los ocho millones de cigarrillos diarios, lo que supondría un fraude a Hacienda de más de dos millones de euros al día (su valor en el mercado), según las estimaciones de la Guardia Civil.
Los trabajadores explotados, de origen bielorruso, chino y vietnamita, llegaron a España hace cuatro meses engañados por la organización, que los captó por redes sociales (Facebook) con falsas ofertas de trabajo en el sector de la construcción. Les prometían entre 2.500 y 3.000 euros al mes, según detallan a OKDIARIO Andalucía fuentes de la Guardia Civil.
Los trabajadores aterrizaban en el aeropuerto de Málaga, su punto de entrada a España, y la organización, perfectamente jerarquizada, los recogía y los trasladaba en furgoneta a las fábricas. La instalación principal se encontraba en una finca de Sierra de Yeguas, municipio malagueño de 3.500 vecinos.
Una vez en las fábricas, les quitaban los móviles para cortar el contacto con sus familiares. Durante más de 100 días permanecieron retenidos, hacinados y sometidos a condiciones laborales extremas, con turnos de 12 horas al día sin cobrar ni un euro, ya que se les decía que tenían que saldar una supuesta deuda contraída con la organización por haberles traído a España.
Contaban únicamente con un lavabo, una mugrienta ducha y un pequeño microondas. Las ventanas estaban tapadas con plásticos y cartones para que nadie pudiera verles desde fuera, y cuando no trabajaban su único pasatiempo era permanecer en las habitaciones, escondidos del mundo exterior.
La fábrica de Sierra de Yeguas era la de «mayor tránsito y actividad», según las citadas fuentes, pero también contaban con otras instalaciones en Osuna (Sevilla) y Lucena (Córdoba), donde guardaban la mercancía. El tabaco se producía en masa, aunque luego se empaquetaba en diferentes cajetillas simulando distintas marcas.
El objetivo de la investigación era desmantelar las fábricas y la organización. Los agentes no contaban con que en los registros encontrarían una veintena de trabajadores explotados. La Guardia Civil aún desconoce cuánto tiempo llevaba activa la red criminal.
De las 18 personas liberadas, 12 (los bielorrusos y los chinos) han solicitado volver a su país. Los seis vietnamitas, en cambio, han pedido quedarse en España. Actualmente se encuentran aprendiendo castellano y recibiendo cursos de formación. Varios empresarios ya se han comprometido a ofrecerles trabajo una vez regularicen su situación.
Durante los registros practicados en las fábricas, los agentes intervinieron maquinaria y materiales relacionados con la producción ilegal valorados en más de tres millones de euros.
La investigación finalizó con la detención de 21 personas, todas de nacionalidad española. Se les imputan delitos de trata de seres humanos, estafa a la Hacienda Pública, contrabando de tabaco, pertenencia a organización criminal y delitos contra la propiedad industrial. La Guardia Civil cree que la red ha sido «totalmente desmantelada».
La operación Crujina ha sido desarrollada por las Unidades Operativas de Vigilancia Aduanera de Málaga y Sevilla, la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Sevilla y el Equipo Roca de la Guardia Civil de Antequera (Málaga).