Andalucía
ASESINATOS EN BARBATE

Las claves del auto de prisión de los narcos de Barbate: imágenes de vídeo y testigos ‘cualificados’

Los detenidos admiten contrabando y estar en el lugar de los hechos pero niegan su participación

El casco de la lancha de los narcos tiene restos de pintura de la zódiac de los guardias civiles

Son las claves del auto que ha enviado a prisión a los narcos que supuestamente asesinaron a los guardias civiles en Barbate. Un relato somero de los indicios que acorralan a los investigados y que, de momento, se apoya en los vídeos colgados en las redes y en los testigos «cualificados» que identificaron la embarcación de los narcos y la vestimenta de sus ocupantes.

Han sido los narcos y sus simpatizantes los que le han puesto la soga en el cuello a sus propios compañeros. Los vídeos que colgaron en las redes jactándose de la embestida mortal a los guardias civiles le han servido a la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate para enviar a prisión provisional a los investigados.

El abrigo rojo y los cuatro motores

El relato de hechos del auto que ha enviado a prisión a los narcos de Barbate parte de la identificación de la narcolancha que intervino en el crimen. De las ocho lanchas que entraron ese día en el puerto, la mayor parte fue abandonando la zona al percatarse de la llegada de la Guardia Civil en un todoterreno con su zódiac.

Sin embargo, dos lanchas no abandonaron el puerto y se quedaron para «torear a los guardias». Una llevaba tres potentes motores. La otra, la de el Cabra, lucía cuatro enormes motores a popa. En esos vídeos colgados por los simpatizantes de los narcos en las redes, se ve perfectamente que es la lancha de cuatro motores la que embiste a los guardias, según la jueza, tras hacer una primera pasada amenazante.

El auto de los hechos en Barbate incide precisamente en el uso de la lancha como un arma por parte de los traficantes. También en la intencionalidad de matar que queda registrada en los vídeos, al alejarse para tomar carrerilla y embestir de forma directa a los guardias sin desviarse de su trayectoria.

Las imágenes, según el auto del juzgado de Barbate, muestran que uno de los ocupantes de la lancha viste un chubasquero de color rojo, un detalle que sólo se daba entre los ocupantes de la lancha de el Cabra.

Testigos «cualificados» confirman vídeos

La otra columna en la que se apoya el auto es en los testigos «cualificados» que la noche de la tragedia estaban en el puerto. Son pescadores y marineros, que saben distinguir perfectamente que tipo de lanchas y motores protagonizaron los hechos.

Esos testigos, según ha podido saber OKDIARIO confirman el detalle de los cuatro motores y del abrigo rojo que se descubrieron gracias a las ansias de venganza de los simpatizantes de los narcos que colgaron las imágenes en las redes. Así consta en el auto del Juzgado número 1 de Barbate.

La pintura roja les delata

Además, la titular del juzgado ya cuenta con pruebas científicas que señalan directamente a los seis narcos detenidos. El casco de la narcolancha de el Cabra y sus acompañantes tiene restos de pintura que los especialistas de Criminalística de la Guardia Civil han identificado como pintura proveniente de la zódiac donde estaban las víctimas mortales.

La versión de los narcos ante el juez

Frente a éste cúmulo de indicios, y las pruebas que restan por llegar y están en fase de recopilación, los seis ocupantes de la narcolancha mantuvieron su inocencia ante la juez.

Admitieron su participación en tareas de contrabando, ya que no tenían otra opción dado que su lancha está prohibida por Ley. También confirmaron que habían estado la tarde de los hechos en el puerto de Barbate, ya que las imágenes lo demostraban. Sin embargo, los investigados, algunos con antecedentes y otros no, niegan haber sido ellos los que asesinaron a los guardias civiles y culpan a otra lancha de cuatro motores que según ellos estaba también en la zona.

Varios de los detenidos, por cierto y según la investigación, no han demostrado ni un ápice de empatía con las víctimas. Al revés, varios de ellos se concertaron para culpar a uno de ellos, de origen magrebí, como el conductor de la lancha en el momento del crimen.