ERC entra en pánico

ERC Junqueras
  • Xavier Rius
  • Periodista y cofundador del diario E-notícies. He sido redactor en La Vanguardia y jefe de sección del diario El Mundo. Escribo sobre política catalana.

En Esquerra, han saltado todas las alarmas. La prueba es que Oriol Junqueras estuvo el martes en La Sexta y entró al trapo contra Aliança Catalana.

Primero, evitó citarla por su nombre. «El partido al que usted se refiere», le espetó al politólogo Lluís Orriols. Sin relación de parentesco, por cierto, con la alcaldesa de Ripoll.

Luego negó que fuera soberanista. «Nunca ha sido un partido que destaque por ser independentista», afirmó. Hasta Antonio García Ferreras tuvo que interrumpirle: «Sí son independentistas».

Junqueras se fue por las ramas. «Depende del día. Muy a menudo dicen que se sienten cercanos a Vox», aseguró.

«¿Dicen?» A mí, no me suena. Es evidente que coinciden en el tema inmigración pero Aliança no vota ninguna moción de Vox porque están redactadas en castellano. Eso sí, me consta que se saludan por los pasillos.

El presentador de Al Rojo Vivo volvió a terciar: «Se puede ser independentista y de extrema derecha». «En Cataluña nunca había pasado», replicó el líder de ERC.

Allí le falló la memoria. Voluntaria o involuntariamente. Pero como historiador debería saber que las juventudes de Estat Català -el partido fundado por Francesc Macià embrionario de Esquerra- se manifestaron el 22 de octubre de 1933 por Montjuïc como los fascio de Mussolini. Entonces el fascismo estaba de moda.

A continuación, Ferreras volvió a ponerle en apuros:

– ¿Junts per Catalunya es independentista?
– Espero que sí, respondió Junqueras.
– ¿Espera? ¿No lo sabe?
– Ayer, alguno de sus dirigentes, una persona relevante como Xavier Trias dijo que no lo era, añadió en alusión a la comparecencia del exalcalde de Barcelona en la comisión del Congreso que investiga la supuesta guerra sucia.
– Carles Puigdemont es independentista, insistió el periodista.
– Espero que sí, volvió a titubear el líder de ERC.
– ¿Lo espera o no lo sabe?

Al final llegaron a la conclusión de que Aliança Catalana era «independentista» y «xenófoba». El último calificativo lo puso Ferreras. Oriol Junqueras asintió.

Pero lo mejor estaba por llegar:

– ¿Le preocupa su ascenso?

El republicano negó. «No me preocupa casi nada», aseveró. No me lo creo.

La prueba es que Gabriel Rufián, que le debe el cargo, también se movilizó. Son 134.000 euros anuales desde el 2016. A pesar de que dijo, en el 2015, que a los 18 meses volvería a la República catalana. Había que echarle una mano al jefe.

Siempre he destacado las dotes de Rufián en las redes. Como, lamentablemente, aquel tuit de las 155 mondas de plata. Los catalanes todavía lo estamos pagando. Sospecho que fue decisivo para que Puigdemont no convocara elecciones.

Pero, en este caso, casi fue un episodio de guerra sucia. El diputado en el Congreso ilustró un post en X con una foto en la que se observa a Sílvia Orriols -junto a más gente- aplaudiendo a un guardia civil, el cual lleva un ramo de flores en la mano. Con el texto: «Somos uns butiflers. Capitana Orriols».

Lo que no decía es que se trataba del homenaje institucional que hizo el Ayuntamiento de Ripoll a las víctimas del atentado de las Ramblas. El primero que se ha hecho en la localidad. ¿Cómo no iba a aplaudir la alcaldesa si era un acto institucional organizado por el propio Ayuntamiento?

Además, escribió «traidores» con u: «butiflers» en vez de «botiflers» No sabría decirles si en plan ironía o por un conocimiento precario del catalán.

Pero que hayan pasado ahora a la ofensiva confirma que Aliança está pillando votos no sólo de Junts sino de ERC. Actualmente, tienen dos diputados: uno por Gerona y otro por Lérida. Aunque les fue de pelos no llegar a cuatro.

El último barómetro de la Generalitat ya pronosticaba que la formación de la alcaldesa de Ripoll se disparaba con entre ocho y diez. Pasarían, en este caso, a los Comunes y a la CUP.

Esquerra, en cambio, apostó por el voto magrebí desde el 2018 con la diputada Najat Driouech. Antes no llevaba velo -a mí me dijo un día que lo hizo por su abuela y yo a las abuelas las respeto mucho- pero no sé si, en caso de no llevar, la hubieran fichado.

En Martorell (Barcelona), también optaron por un alcaldable magrebí en el 2023 -bereber para más señas- pero los resultados electorales no han ayudado. Han pasado sucesivamente de tres concejales en el 2015 a dos en el 2019 y finalmente a uno hace dos años. Durante la campaña tuvo el apoyo de Junqueras y la plana mayor del partido.

No está ciertamente ERC para tirar cohetes. De ahí los nervios. En las municipales de hace dos años perdieron unos 300.000 votos. Y alcaldías de ciudades emblemáticas como Lérida, Tarragona o Sant Cugat del Vallès.

La gestión en éstas tenía que demostrar que ellos también eran un partido de gobierno pero no fue así. Los socialistas recuperaron las dos capitales de provincia y los posconvergentes, Sant Cugat.

A ello hay añadir la debacle en las autonómicas del año pasado. Cuando pasaron de 33 diputados -y la presidencia de la Generalitat- a 20 y a la oposición. Se dejaron trece escaños por el camino.

Además, Junqueras ha recuperado las riendas del partido tras trece años en el cargo. Aunque ha quedado casi partido por la mitad.

Por eso, Aliança está penetrando en el electorado no solo de Junts -ahora quieren prohibir el velo en las escuelas- sino también de Esquerra Republicana. Ambos partidos empiezan a sentir al aliento de Sílvia Orriols en el cogote. Y sóo ha pasado un año de legislatura.

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