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Alerta del Banco de España a las cuentas compartidas: te pueden bloquear el dinero si fallece un titular

En España es muy común tener una cuenta compartida con un familiar. Lo normal es tenerla con nuestra pareja, pero también se puede tener con padres que ya son mayores y debemos hacer gestiones por ellos, o con los hijos. Y lo habitual es que todos los titulares tengan acceso al dinero, pero cuando uno de los titulares fallece, esa normalidad se rompe de golpe. La operativa ya no funciona como antes y lo que muchos imaginan que es automático deja de serlo. El acceso al dinero de esa cuenta compartida, incluso al que uno considera suyo, puede quedar bloqueado.

Este tema vuelve una y otra vez a la actualidad porque genera dudas reales, especialmente cuando hay una herencia de por medio, pero el banco impide tocar el dinero. Por eso el Banco de España ha decidido aclararlo de nuevo: las cuentas compartidas no funcionan igual en todos los casos y, según el tipo de cuenta que tengas, la entidad puede limitar o no el uso del dinero tras el fallecimiento de un titular. El organismo insiste en algo que a mucha gente le sorprende: que el saldo no es libre automáticamente para quien sigue vivo. Y aquí es donde empiezan los matices, porque no es lo mismo una cuenta conjunta que una cuenta indistinta, y la diferencia puede dejar a un titular sin poder sacar ni un euro durante semanas. Conozcamos entonces más sobre las cuentas compartidas y en qué modalidad el dinero puede quedar bloqueado si uno de los titulares fallece.

El Banco de España alerta sobre las cuentas compartidas: te pueden bloquear el dinero

Según explica el Banco de España, cuando hay una cuenta conjunta, si uno de los titulares fallece, el resto no puede seguir operando como si nada. Para mover el dinero, retirar efectivo o hacer cualquier operación, se necesita el consentimiento expreso de todos los herederos del titular fallecido.

Ese consentimiento no es un formalismo ya que sin él, la cuenta queda paralizada por completo. El motivo es sencillo dado que dentro de esa cuenta compartida, la parte del fallecido pasa directamente a sus herederos, y hasta que estos no se pronuncien, el banco no puede liberar nada. Es decir que no se puede hacer un ingreso, pero tampoco sacar dinero, hacer una transferencia, un bizum u operar la cuenta desde la app o un cajero.

En otras palabras: el dinero no desaparece, sino que queda en una especie de pausa legal donde nadie puede tocarlo hasta que se aclare quién tiene derecho sobre qué.

Cuando la cuenta es indistinta, el funcionamiento cambia

El caso de las cuentas indistintas es diferente. Aquí el Banco de España recuerda que se puede seguir disponiendo del dinero incluso después del fallecimiento de uno de los titulares. Esto se debe a que este tipo de cuentas permite operar a cualquiera de los cotitulares sin necesidad de permiso del otro, algo que se mantiene también después del fallecimiento.

Ahora bien, esto no significa que no haya riesgos: un titular podría retirar dinero en exceso y los herederos del fallecido podrían reclamarlo más adelante. La operativa sigue abierta, sí, pero la obligación de rendir cuentas, nunca mejor dicho, aparece más adelante en el proceso de herencia. De este modo, la podemos entender como una opción más flexible, pero también más delicada cuando hay más personas implicadas en el reparto del patrimonio.

El gran problema: qué pasa si no hay acuerdo

Aquí es donde surge un auténtico problema dado que si la cuenta es conjunta y los herederos no se ponen de acuerdo ( o si simplemente no firman la autorización), el titular superviviente no puede sacar su dinero. Queda bloqueado por completo.

Durante ese tiempo, la cuenta sólo permite cargar recibos ya ordenados previamente, y eso siempre que ningún heredero presente una oposición formal. Pero no se podrá hacer nada más. Esto significa que alguien que llevaba años usando esa cuenta para su día a día puede encontrarse, de repente, sin acceso a los ahorros. Es una situación más frecuente de lo que parece y suele generar bastante tensión en momentos que ya son complicados de por sí.

Lo que recomienda el Banco de España para evitar problemas

Lo primero que se debe hacer es avisar al banco cuando fallece uno de los titulares. Es lo primero. Retrasar la comunicación sólo complica el proceso y puede dar pie a conflictos más serios después, sobre todo si parte del dinero pertenece legalmente al titular fallecido.

Informar a la entidad permite que esta actúe siguiendo la normativa, que identifique a los herederos, que determine qué operaciones pueden realizarse y cuáles no, y que evite una situación todavía peor: movimientos realizados sin autorización válida que después pueden considerarse indebidos. En resumen, aunque parezca un trámite frío, avisar cuanto antes evita sustos, reclamaciones posteriores y problemas que, en ocasiones, tardan meses en resolverse.