Monedero copió su táctica de tildar de «drogadictos» a sus rivales: los chavistas la usan contra López y Capriles

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Juan Carlos Monedero durante el acto de una revista satírica en el que lanzó sus insinuaciones contra el líder de Ciudadanos

La burda imitación con la que Juan Carlos Monedero insinuó que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tiene un problema con las drogas ha sido probablemente la muestra más rastrera de juego sucio que se había visto en la política española en muchos años.

Pero no ha sido un gesto improvisado. La mejor prueba de ello es que Monedero no ha sido en absoluto censurado por sus compañeros de Podemos. Pablo Iglesias disculpó sus groseras insinuaciones recomendando a Rivera que encaje las «bromas» con «deportividad». Y cuando todavía no se había apagado la polémica, Podemos de Baleares ha elegido precisamente a Juan Carlos Monedero como estrella invitada para presentar a sus candidatos a las elecciones generales en un acto celebrado esta misma semana.

El profesor de la Universidad Complutense y fundador de Podemos se limitó a trasladar a la campaña electoral española la misma táctica de guerra sucia que el régimen chavista ha venido aplicando durante años para desacreditar a sus rivales políticos.

El Gobierno venezolano y destacados dirigentes del partido de Nicolás Maduro, el PSUV, han tachado una y otra vez de «drogadictos» a los líderes de la oposición Henrique Capriles y Leopoldo López, para intentar destruir su reputación ante la opinión pública.

El propio Nicolás Maduro dirigió esta acusación contra Capriles en unas declaraciones realizadas ante la televisión el pasado mes de julio: «Capriles ha llegado a un nivel de estupidez que solo es explicable por algún tipo de sustancia que consuma. Creo que no pasa un examen de orina, ni psiquiátrico». Pero con anterioridad, varios dirigentes de su partido habían recurrido a las mismas insinuaciones, utilizando para ello incluso montajes fotográficos.

El ex vicepresidente del Gobierno de Hugo Chávez Jorge Rodríguez Gómez atribuyó en un acto las críticas de Capriles a que sufre «alucinaciones causadas por psicopatologías o por sustancias estupefacientes». Y lo hizo exhibiendo una fotografía burdamente manipulada en la que el líder opositor aparecía como un consumidor de crack, con los ojos enrojecidos y la mirada perdida.

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El ex vicepresidente de Venezuela Jorge Rodríguez Gómez muestra un montaje fotográfico en el que presenta a Capriles como un adicto a las drogas.

 

Por su parte, el jefe de uno de los Círculos chavistas de Lucha Popular, Pedro Solorzano, utilizó la misma técnica contra Leopoldo López, colgando en la red social Twitter un montaje en el que el opositor aparecía bajo los efectos de la droga. Solorzano acompañó esta imagen con el mensaje: «Familiares de Leopoldo López llaman al Gobierno a evitar que le pasen drogas, a ver si se regenera!».

Otro dirigente del partido de Nicolás Maduro, José A. Razquín, escribía en la misma red social un mensaje dirigido a Leopoldo López: «Drogadicto de mierda, esto no es Dictadura, es un Proceso Revolucionario liderado por el presidente chavista Nicolás Maduro».

Y el director general del Servicio de Registros y Notarías del Gobierno de Venezuela, Nelson García, colgaba más recientemente en la red la imagen de un hombre esnifando una «raya» de cocaína de varios metros de longitud en la playa acompañada de las siguientes palabras: «El sueño de Leopoldo López, periquero, drogadicto y cobarde».

Y tras sus dirigentes, multitud de simpatizantes del régimen chavista han inundado internet con montajes fotográficos alusivos a la supuesta adicción de Leopoldo López a la droga. Tras intentar destruir su reputación como líder opositor, el Gobierno de Venezuela ha optado ahora por meter en la cárcel a López para neutralizarlo definitivamente de cara a las próximas elecciones.

El profesor de Ciencias Políticas y antiguo asesor de Hugo Chavez Juan Carlos Monedero ha optado ahora por la misma técnica de «guerra sucia» para desacreditar al rival que amenaza las expectativas electorales de Podemos.

Tan solo unas horas después de que se difundiera el vídeo del acto en el que insinúa que Albert Rivera es adicto a las drogas, lejos de pedir disculpas, Monedero siguió provocando al líder de Ciudadanos a través de la red Twitter acusándole de «insultar, mentir y esconderse». La campaña tenía que seguir adelante. También en este caso, las acusaciones de Monedero han dado paso a la difusión de montajes fotográficos que buscan dar verosimilitud a su insinuación.

En respuesta a estas descalificaciones, el candidato de Ciudadanos ha presentado una demanda en la que reclama 30.000 euros por un delito de intromisión ilegítima en su honor. Rivera ha anunciado que si gana la demanda donará la indemnización a asociaciones que defienden la libertad y la democracia en Venezuela.

Juan Carlos Monedero cobró 425.150 euros por supuestos trabajos de asesoramiento a los Gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Salvador. Monedero asegura que cobró esta cifra por redactar un informe sobre la posible implantación de una moneda común en suramérica, aunque se niega a mostrar dicho informe alegando que es «confidencial».

Finalmente, tuvo que abandonar la dirección de Podemos al transcender que intentó defraudar a Hacienda para tributar menos por estos ingresos. Algo que no le ha impedido abrir la precampaña electoral del partido en Mallorca.

No hay que olvidar que la Fundación CEPS (de cuyo patronato han formado parte Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón,  Luis Alegre, Carolina Bescansa y otros líderes de Podemos) ha cobrado durante una década más de 4 millones de euros por supuestas labores de asesoramiento al Gobierno de Venezuela. Varios de los informes enviados por CEPS a Caracas exponían tácticas para denigrar y desacreditar a los líderes de la oposición, como la que ha utilizado ahora Monedero contra el candidato de Ciudadanos.

Las campañas de desprestigio lanzadas por el régimen chavista contra los líderes de la oposición –y trasladadas ahora a España por Podemos– resultan especialmente cínicas si se tiene en cuenta que el número 2 del Gobierno de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, ha sido vinculado por la Justicia con las redes de narcotráfico.  Por su parte, dos sobrinos del propio Nicolás Maduro han sido detenidos en Estados Unidos, acusados de intentar introducir en el país 800 kilos de cocaína.

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