Camino de Santiago: los mejores consejos para hacerlo por primera vez
Consejos prácticos para disfrutar al máximo del Camino de Santiago
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Recorrer el Camino de Santiago es una experiencia única que merece la pena vivir al menos una vez en la vida. Más que simple un viaje para apreciar la caminata, la naturaleza y los encantos ocultos de Galicia, así como su exquisita gastronomía, el Camino también ofrece la oportunidad de visitar numerosos lugares a un coste bastante accesible.
El Camino Francés destaca como el itinerario más concurrido y popular, con una excelente red de señalización y una amplia oferta de albergues. Por otro lado, para quienes buscan una experiencia más íntima y personal, tanto el Camino Primitivo como el Camino de Invierno ofrecen una alternativa encantadora.
Consejos para hacer el Camino de
Santiago
Europa alberga una vasta red de Caminos de Santiago, los cuales suman un total de 80.000 kilómetros. Según la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, España tiene 49 caminos que cubren unos 15.000 kilómetros en total.
Según Jorge Martínez-Cava, presidente de la Asociación, para aquellos que se aventuran por primera vez, el Camino Francés es la opción más recomendada, según recoge la revista «Traveler». Este camino posee una infraestructura sólida, con una gran cantidad de peregrinos y una señalización clara a lo largo del recorrido, marcada por las conocidas flechas amarillas.
Alojamiento
El Camino de Santiago se distingue por su tradición de acoger a los peregrinos. Para aquellos que desean ahorrar en alojamiento, una opción es hospedarse en alguno de los 70 albergues pertenecientes a la Red Pública de Albergues del Camino de Santiago en Galicia. Estos albergues públicos son más asequibles que los privados, con un coste de 8 euros por persona por noche, y las plazas se asignan por orden de llegada, sin posibilidad de reserva.
Además de los albergues, existen casas de voluntarios que ofrecen alojamiento a peregrinos a cambio de una contribución económica a discreción del huésped. Otra alternativa es acampar, aunque implica llevar el equipo de acampada y perderse la experiencia de convivencia en los albergues.
Alimentación
En cuanto a la comida, una opción muy económica son los menús del peregrino que ofrecen muchos bares y restaurantes en las diferentes etapas del Camino, con un precio aproximado de 10 euros. También es posible comprar alimentos en supermercados, especialmente si el albergue cuenta con cocina y microondas para preparar comidas propias.
Caminata
¿Practicas deporte con regularidad? Si es así, genial Pero si no es así, debes comenzar a ejercitarte de manera habitual algunos meses antes de emprender tu travesía. La intensidad de esta preparación dependerá de varios factores, como tu edad, tu estado físico inicial y el tipo de Camino que elijas. Una estrategia recomendada para prepararte es realizar excursiones al campo y completar etapas similares en longitud y dificultad durante los fines de semana.
Es recomendable comenzar a caminar temprano por la mañana. Muchos peregrinos se levantan a las seis de la mañana para iniciar su jornada, que generalmente concluye alrededor de la una del mediodía. ¿La razón? Evitar el calor del mediodía y caminar con el estómago vacío hace que el trayecto sea más llevadero. Además, para asegurarse un lugar en los albergues del destino, es necesario registrarse y muchos funcionan por orden de llegada.
Mochila
Por otro lado, aunque las guías suelen indicar que el peso máximo de la mochila debe ser el 10% del peso corporal, cada gramo de más que cargues contigo te pesará. Se puede lavar la ropa en la mayoría de los albergues y, dependiendo de la temporada, es posible optar por un saco de dormir más ligero. Además, a lo largo del Camino hay numerosos lugares donde comprar todo lo que se necesite, así que es mejor dejar en casa los «por si acasos».
Lo ideal es elegir una mochila ergonómica que nunca exceda los 10 kilogramos de peso. Además, es útil separar los elementos dentro de la mochila utilizando bolsas de tela. Conviene colocar los objetos más pesados en la parte inferior y más cercana a la espalda para mantener el equilibrio adecuado.
Calzado
En tiempos pasados, las botas de montaña eran la elección predominante para hacer el Camino de Santiago, pero en la actualidad se están popularizando otros tipos de calzado más cómodos y ligeros. La mayoría de los tramos se pueden completar con zapatillas de montaña impermeables, siempre y cuando las condiciones climáticas no sean especialmente adversas.
Antes de comenzar la caminata diaria, los expertos recomiendan aplicar vaselina en los pies, ponerse los calcetines y espolvorear un poco de talco dentro de tus zapatos. Esto ayuda a prevenir rozaduras y la acumulación de sudor.
Compostela
Una vez en Santiago, los peregrinos tienen la oportunidad de obtener la Compostela, un certificado que se otorga en la Casa del Déan, ubicada junto a la majestuosa Catedral de Santiago. Para recibir este diploma, es necesario haber recorrido al menos 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta o a caballo, demostrándolo con los sellos recopilados en la Credencial del Peregrino.
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