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España

Un impresionante castillo corona la playa más espectacular de Cataluña

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con casi 8.000 kilómetros de costa, España ofrece un espectáculo impresionante con sus playas de una belleza inigualable, convirtiéndolas en un destino turístico de primera categoría. Algunas de estas playas se mantienen completamente vírgenes, mientras que otras se encuentran en zonas urbanas y ofrecen todo tipo de servicios a los bañistas. Cada una de ellas posee un encanto propio. Al mencionar las playas de Cataluña, la Costa Brava suele ser la primera en venir a la mente. Sin embargo, también existen pequeñas joyas esparcidas a lo largo de la Costa Dorada. Un ejemplo destacado es una playa situada en la provincia de Tarragona: cala Jovera. Un destino que combina lo mejor de la naturaleza con un ambiente acogedor y familiar.

Cala Jovera

Cala Jovera es una pequeña playa que mide aproximadamente 90 metros de largo y 20 de ancho, ubicada al pie del imponente castillo de Tamarit. La vista que ofrece este rincón es espectacular, con la fortaleza enmarcando la escena, la arena dorada y el agua turquesa formando una combinación irresistible. Este paisaje, con sus estampas únicas, crea una de las postales más hermosas de la región.

La antigua torre de defensa contra piratas se encuentra en buen estado, y un sendero te lleva a través de un denso bosque de pinos. Para llegar a esta cala desde Barcelona, necesitarás aproximadamente 1 hora y 10 minutos viajando por la carretera C-32, mientras que desde Tarragona son 15 minutos por la A-7.

El acceso a cala Jovera sólo es posible a pie, siguiendo la N-340 en dirección al castillo de Tamarit. Cabe destacar que, al ser una playa completamente natural, no tiene servicios para los bañistas. Aunque el acceso puede resultar algo complicado, el esfuerzo vale la pena, ya que podrás disfrutar de una gran tranquilidad y desconectar de la rutina. Incluso en los últimos años, con la creciente popularidad de la cala, su afluencia sigue siendo baja en los meses de verano.

Castillo de Tamarit

El castillo de Tamarit se encuentra en una posición estratégica sobre una colina con vistas al Mediterráneo. Su historia se remonta al siglo XI, con su territorio pasando por las manos de diversos señores hasta el siglo XIII. Tamarit se dividía en dos sectores: la villa de Cerrada, una fortaleza amurallada que protegía a la población de posibles ataques corsarios, y el Arrabal o Monte fuera del recinto cerrado.

En el interior del castillo, se encontraban la iglesia parroquial, la abadía, las casas de los señores y la plaza de la iglesia. Las entradas y salidas se realizaban a través de cuatro portales, de los cuales hoy sólo se conservan el portal de Mora y el de la Cruz. Tamarit fue un puerto clave en el territorio catalán, actuando como línea divisoria entre la Cataluña cristiana y musulmana.

Durante el siglo XVIII, Tamarit sufrió una gran decadencia debido a la guerra contra los napoleónicos, los saqueos y ocupaciones militares, las enfermedades provocadas por las aguas estancadas y la falta de recursos económicos. En 1916, el americano Charles Deering compró las ruinas y, bajo la dirección del pintor Ramón Casas, transformaron el lugar en un idílico lugar de descanso.

Hoy en día, este monumento histórico y joya arquitectónica refleja la rica historia de esta región. Es un lugar mágico para celebrar grandes eventos, combinando el patrimonio natural del entorno con su imponente arquitectura.

Los pueblos más bonitos de Tarragona

Pasear callejuelas del centro histórico, explorar la plaza del Mercado, donde se celebraban juicios en la época medieval, y visitar el castillo son planes imprescindible en Tivisa. Los amantes de la arquitectura religiosa deben conocer la Iglesia Arciprestal de San Jaime. Ésta imponente construcción, cuyo origen se remonta a los siglos XIII y XIX, está formada por tres partes: la Iglesia Antigua, la Capilla del Rosario y la Iglesia Nueva.

Prades, que fue uno de los condados más importantes de la Corona de Aragón, el cual está rodeado casi en su totalidad por murallas medievales. La ermita de l’Abellera, incrustada bajo una cueva en la montaña, y la plaza porticada, con su emblemática fuente renacentista que en julio brota cava en lugar de agua, son algunos de sus atractivos.

Horta de San Juan, en la comarca de la Tierra Alta, es conocido por ser un refugio de Pablo Picasso, quien afirmó que todo lo que sabía lo había aprendido allí. Reconocido como Bien Cultural de Interés Nacional, Horta de Sant Joan ofrece un rico conjunto histórico y artístico que comprende la iglesia románico-gótica del siglo XII, el Centro Picasso y la antigua prisión de Horta.

Finalmente, Miravet es famoso por su castillo templario, que domina el paisaje desde lo alto de una colina, y por su histórico barrio construido sobre la roca justo encima del río Ebro. Las estrechas y empedradas calles de Miravet tienen un encanto especial que atraen a miles de visitantes cada año.