Actualidad
Turismo interior

Esta joya medieval parece una máquina del tiempo y es uno de los castillos más infravalorados de España

El patrimonio de castillos españoles es uno de los más vastos de Europa. El propio nombre de Castilla remite a esa tradición de fortalezas que jalonan campos, montañas y valles. Tal es el caso de uno de los castillos más infravalorados de Castilla y León, que hoy es nada más y nada menos que un hotel en el que uno puede ir a dormir o a celebrar un evento como en el pasado.

Lo curioso es que, a pesar de estar bien conservado y contar con elementos arquitectónicos únicos en el país, sigue sin formar parte del circuito habitual de difusión patrimonial. Y nunca hay que olvidarse que Castilla y León, con casi 300 castillos reconocidos, todavía guarda joyas poco conocidas, como la presentada a continuación.

Así es uno de los castillos más infravalorados de Castilla y León: es del siglo XV

Entre los castillos más infravalorados de Castilla y León se encuentra el de Olmillos de Sasamón, una construcción burgalesa del siglo XV. No fue concebido como bastión defensivo, sino como una residencia señorial. Su impulsor fue Pedro de Cartagena, regidor de Burgos y miembro de una poderosa familia judeoconversa.

Erigido en 1446, el castillo fue diseñado con una planta rectangular, torres circulares en las esquinas y matacanes rematando sus estructuras. En sus muros se conserva la flor de lis, emblema de los Cartagena, labrada en piedra.

A pesar de su aspecto fortificado, la edificación responde a la tipología de casa-palacio.

No queda rastro del recinto exterior que pudo acompañar su diseño original, aunque se conservan vestigios junto a las torres meridionales. El interior del edificio estaba dividido en dos zonas: una para usos militares (patio de armas) y otra señorial, con semisótano, primera y segunda planta.

¿Quiénes fueron los dueños del Castillo de Olmillos de Sasamón?

Pedro de Cartagena adquirió el señorío de Olmillos hacia 1440. Su familia, de origen aragonés, había adoptado el apellido ‘Cartagena’ tras su conversión al cristianismo. Su padre, Pablo de Santa María, llegó a ser obispo de Burgos.

La influencia de la familia se tradujo en alianzas matrimoniales con la nobleza y en el reconocimiento de su «limpieza de sangre» por parte de Felipe III.

A finales del siglo XV, los Cartagena consolidaron un mayorazgo que incluía tierras, casas y derechos en varias localidades burgalesas. El castillo pasó de generación en generación, hasta la unión matrimonial entre Ángela Rodríguez Mausiño y Manuel Franco de Guzmán, origen del linaje de los Valoria.

Durante los siglos XVI y XVII, el castillo siguió activo como residencia nobiliaria. La construcción de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, iniciada en 1540, coincide con la fase final de edificación de la fortaleza. La torre rectangular, posiblemente destinada a caballerizas, se integró al conjunto en esa época.

La decadencia de uno de los castillos más infravalorados de Castilla y León

El castillo experimentó su declive durante la Guerra de la Independencia. En 1812, fue incendiado por el guerrillero Santos Padilla, que acusaba a los propietarios de colaborar con las fuerzas napoleónicas.

La estructura quedó seriamente dañada, y el edificio fue abandonado. La localidad, como muchas otras de la provincia de Burgos, sufrió represión, requisamiento de cosechas y violencia durante la ocupación francesa.

En 1811, las Cortes de Cádiz decretaron la abolición de los señoríos, y los propietarios se desentendieron del castillo. La propiedad pasó por varias manos, hasta ser adquirida por la familia Arteche, que mantuvo el inmueble sin grandes intervenciones.

El día que el castillo de Olmillos de Sasamón se convirtió en hotel

En 1989, la familia San José adquirió la propiedad y comenzó un proceso de restauración. Las primeras actuaciones estructurales emplearon materiales como hormigón armado y piedra blanca que desentonaban con el original.

Aun así, se logró estabilizar parte de la fachada oeste, las escaleras, techos y almenas.

En 2003, el empresario Jusef Nasser Eddin compró el edificio e impulsó una segunda fase de rehabilitación más acorde con los materiales tradicionales.

Se empleó piedra de la zona, morteros a base de cal y cemento, y se oscureció el tono de la piedra blanca anterior. También se rehabilitaron caballerizas, capilla, muralla y accesos, con un presupuesto de unos tres millones de euros.

La restauración concluyó en 2005 con la apertura de un hotel. Desde entonces, el castillo de Olmillos de Sasamón acoge eventos, bodas, congresos y visitantes ocasionales que se alojan entre sus muros restaurados.