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'Cuarto Milenio'

Iker Jiménez, contra sus detractores: «Ni me drogo ni me voy de putiferio»

Iker Jiménez asegura que hace tiempo le hicieron un "dossier" para sacarle trapos sucios

Iker Jiménez sigue pensando en la crisis que ha sufrido tras dar información sobre la DANA y ha vuelto a cargar contra sus detractores. El periodista fue acusado de crear bulos sobre la tragedia, lo que provocó que el banco ING retirase publicidad en los programas Cuarto Milenio y Horizonte. Sin embargo, el público ha respondido en masa para apoyar al comunicador de Mediaset y sus espacios están consiguiendo récords de audiencia desde entonces. Íker Jiménez, el domingo 15 de diciembre, volvió a dedicar el editorial de Cuarto Milenio (Cuatro) a aquéllos que piden su cabeza y confesó algunos datos curiosos como que hace tiempo descubrió que le hicieron un dosier para sacarle trapos sucios, pero que era muy «aburrido» porque lleva una vida normal. «Yo me considero un hombre decente. A mí no me van a encontrar con la nariz empolvada, sacándome a rastras de un chiringuito. Ni a mí ni a mis amigos. No estamos en esa onda». Y sin cortarse, el comunicador exclamó: «Como no me drogo, no me emborracho, no me voy de putiferio, no me voy con jovencitos o jovencitas, como no soy un depravado, la circunstancia es un lenguaje que no se entiende».

Las polémicas de Iker

Recordemos que, durante la cobertura de los estragos provocados por la DANA, un reportero de Horizonte, Rubén Gisbert, se manchó a conciencia de barro para aparecer más sucio en una conexión en directo. Además, Iker publicó un tuit en el que afirmaba que en el parking de Bonaire de Paiporta, había «muchos cuerpos», cuando, en realidad, no fue así. El comunicador ya pidió disculpas desde su plató: «He aprendido la lección, intentaré ser más escrupuloso, desconfiaré de todas las fuentes y que la información que demos sea absolutamente certera porque sé que tenemos muchos ojos encima». La polémica se hizo más grave cuando el banco ING decidió retirar su publicidad de los espacios que presenta y dirige Iker Jiménez en Mediaset: Cuarto Milenio y Horizonte.

Iker Jiménez llora en ‘Horizonte’, y Rubén Gisbert arrodillándose en el barro para mancharse.

Muchos pensaron, pues, que Iker Jiménez iba a ser aplastado por un boicot de anunciantes, pero no ha sido así, de hecho, desde entonces, Horizonte ha batido récords de audiencia.

Iker Jiménez: «Me considero una persona decente»

El domingo 15 de diciembre, Iker Jiménez terminó Cuarto Milenio dirigiéndose a sus espectadores para reflexionar sobre la cacería que ha sufrido y cómo ha habido muchas personas que han intentado sacar algo turbio de su vida.

Entonces, Jiménez recordó que a un amigo suyo «tuvo que sacar a rastras (de un bar) a un célebre presentador, muy digno él, de nariz empolvada, como una croqueta por el suelo», como «a otros tantos». «Y ojo, que cada uno se divierta como quiera, pero entrevés ahí que algo falla».

Iker Jiménez.

Iker aseguró que hace tiempo descubrió que le hicieron un dosier para sacarle trapos sucios, pero que era muy «aburrido» porque lleva una vida normal. «Yo me considero un hombre decente. A mí no me van a encontrar con la nariz empolvada, sacándome a rastras de un chiringuito. Ni a mí ni a mis amigos. No estamos en esa onda. Como no me drogo, no me emborracho, no me voy de putiferio, no me voy con jovencitos o jovencitas, como no soy un depravado, la circunstancia es un lenguaje que no se entiende».

El comunicador de Mediaset dijo no guardar rencor a aquellos que le habían atacado recientemente, puesto que, según él, «algunos cerebros muy bien no tienen estar. Hay que tener cierta misericordia porque si estás venao y si tu vida fuera de la pantalla, del periódico o del micrófono no es que sea muy equilibrada, tienes que tener la sensación de que no es un diálogo».

Iker Jiménez.

Y para terminar, Iker aclaró que: «Todo el mundo se puede tomar una copa. Yo no soy inquisidor de nadie, pero analizando la circunstancia de algunos personajes concretos, me ha llamado la atención y he preferido pensar que, en ocasiones, la neurona no rige muy bien. Lo que pasa detrás de bambalinas, también influye. La vida que yo tengo aquí delante de ustedes no se diferencia mucho de mi cotidianidad. No digo que sea bueno o malo, sino que hay cierta coherencia que no veo en otros, que los ves muy dignos, atacando, y que los tienes que sacar a rastras como una croqueta».